Miedo al compromiso, temor a crecer, búsqueda –sin éxito- del amor, falta de ideas, infelicidad. Estos conceptos sonarán a más de uno, son conflictos que definen a la perfección a esos hombres ya no tan jóvenes, que cuando toca dar el salto al mundo adulto, son invadidos por recuerdos de aquellos locos 20 años que tan lejanos están, pero que tan cerca parecen. En efecto, hablamos del síndrome de Peter Pan...y de "Ocho y Medio".
¿De qué va?
Mads Christiansen, guionista de éxito, casado y con la presión de su mujer de “formar una familia” lo deja todo y sale a buscar sus verdades: muchas mujeres, una novia mucho menor, intentos de escribir “lo que él quiere”.
¿Quién está detrás?
¿El alter ego del protagonista de la película? Nikolaj Arcel antes de dar el salto al largometraje también fue guionista tanto de cine como de televisión. Es por ello que no sería descabellado pensar que estamos ante una película de tintes autobiográficos. Asimismo, destacar que el emergente director danés ha sido reconocido en importantes festivales como Berlín, Gijón o Locarno, situándose como uno de los directores más prometedores del cine nórdico tras ser recientemente nominado al Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa por “Un Asunto Real”.
¿Quién sale?
El también protagonista de las películas a concurso en Sección Atlas: Brotherhood y Keep The Lights On. Thure Lindhard es un actor danés que encarna perfectamente a esa generación atizada por el Síndrome de Peter Pan. Una genial actuación en la que muestra perfectamente la desorientación o la desidia propias de esas almas pérdidas que vagan por el mundo sabiendo lo que fueron pero sin tener nada claro dónde van.
¿Qué es?
“Ocho y Medio” en su versión más indie, “En la Casa” ocómo construir una historia, el toque de comedia romántica atípica propia de “Olvídate de mí”, Quiéreme si te atreves” o “(500) Días juntos”, o la caricatura del hombre perdido propia de “Con una pistola en cada mano”.
¿Qué ofrece?
El revelador retrato de muchos hombres que ven como su vida naufraga sin poder llevar a buen puerto esos sueños juveniles que años atrás les habían servido para construir el bote, desde el cuál dejarán de ver tierra en el momento en el que toca plantearse la descendencia. Amor, desamor, creación, son los temas sobre los que gira esta obra perfectamente narrada, con una atractiva voz en off y un ritmo frenéticamente trazado con esa –ya- popular estética indie que tantas pequeñas obras ha engrandecido en los últimos años. Aquí no hay recetas de guión, ni vitales; sí muy buenas reflexiones sobre la construcción de la ficción, soltura narrativa, sexo nórdico, y apuntes agudos que construyen un relato agridulce, que esbozan la sonrisa ‘picarona’ dando con el tono exacto para hablar de muchos sentimientos sin nada de sentimentalismo.
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