Revista Cultura y Ocio

Agosto, octubre. Andrés Barba

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Agosto, octubre. Andrés Barba
     "Ocurría al volver a casa desde la playa junto a sus padres y su hermana pequeña. La excitación se parecía mas a una molestia que a un placer. Se quitaba el bañador y se masturbaba en el cuarto de baño antes de ducharse evocando imágenes medio difusas que acababa de ver hacía tan solo unos minutos en la playa o en el paseo que la unía a la casa que habían alquilado sus padres para pasar las vacaciones, imágenes casi abstractas de chicas de su edad, o incluso un poco mayores, de dieciséis o de diecisiete años. Mas que la certeza de un cuerpo concreto sentía -cuando cerraba los ojos y comenzaba a tocarse -una suma difusa de cuerpos fantasma cuyas formas eran, a la vez, inquietantemente concretas."
     Siempre digo que los libros llegan de formas diversas y que cojo muchas de vuestras sugerencias. Bien, en este caso el nombre del autor llegó de boca de @Offuscatio, y no pasó mucho desde que lo leyó hasta que me lo envió a mí. No estábamos solas, @yossibarzilai se unió al interés despertado por @Offuscatio y, una vez leído el libro, éste fue a parar a sus manos. Hoy traigo a mi estantería virtual una lectura compartida en muchos sentidos, traigo Agosto, octubre.
  •      Tomás se va de vacaciones ese año sin saber que volverá cambiado. Su paso a la adolescencia se convierte en el mayor de las atracciones de un verano que le cambiará la forma de ver las cosas y que estará marcado por acontecimientos determinantes para su formación como futuro adulto.

     Hoy traigo un libro que, desde las primeras páginas, se me antojó íntimo, como puede serlo un diario personal, de un momento incómodo. Decía Somoza que ha de morir un niño para que así nazca el adulto que lleva dentro, y puede parecer una afirmación severa, pero de algún modo tiene razón. De ser esto así, Agosto, octubre sería un panegírico exquisito de la infancia. En la novela no encontramos una historia espectacular ni una narración trepidante, pero está llena de sentimientos encontrados que chocan con la ebullición hormonal propia de la adolescencia. Esta vez no es un adolescente que se deprima o se queje, sino que poco a poco va buscando su sitio, usando escenas magistrales como aquella en la que ve a sus padres dormir y automáticamente los desciende a la categoría de personas normales. todo un cambio para un niño.
     Si hubo un momento en el que las vacaciones de verano con el consabido viaje al pueblo eran consideradas todo un ritual, otro lo es sin duda el despertar sexual adolescente, tal vez por eso Barba decide comenzar su libro así. Porque es un libro sobre un ritual completo por el que todos hemos pasado hace más o menos tiempo y por el que seguirán pasando niños cada día desde el momento en que se miran al espejo sin apenas reconocerse a sí mismos. Tiene momentos memorables, y un momento particularmente directo que le dará título al libro. Un libro que merece la pena ser leído y un autor para ser descubierto, y que me deja en deuda con mis compañeros lectores.
     Y vosotros, ¿cómo habéis empezado la semana?, ¿cuál es vuestra lectura actual?
     Gracias
     PD. En el blog de  @Offuscatio: reseña
            En el blog de @yossibarzilai: reseña

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