Revista Coaching

Al final todo es un negocio

Por Miguel Pujante Marco @miguelthepooh

Cuando un individuo consigue saltarse la seguridad del presidente de Estados Unidos, ponerse al lado del presidente del pais más poderoso del mundo y que sea grabado por todas las televisiones del mundo y encima se haga pasar por intérprete para sordos puede esperarse cualquier cosa.

Que al cabo de un mes en tratamiento en un hospital psiquiátrico y le dejen salir puede ser “normal” pero que lo hagan y pueda grabar un spot publicitario ya puede empezar a olerse la chamusquina.

Fue contratado por la empresa de comunicaciones LiveLens para una campaña publicitaria en la que el falso intérprete se ridiculiza a sí mismo.

En el comercial, Thamsanqa Jantjie recuerda lo que fue su experiencia durante las honras fúnebres de Mandela, al tiempo que pide perdón por el engaño y concluye que, ahora, todo lo que importa es el dinero.

El video, subido por LiveLens en su perfil de Facebook, se ha convertido en un fenómeno viral.

Lo que me hace llegar a la conclusión (como si fuera nueva) de que a veces el más tonto es o el que tiene suerte o es el listo el que sabe colocarse en el sitio justo en el momento justo. Un poco de ridículo y un mucho de oportunidad (agitado con una temporada en el psiquiátrico) llena el bolsillo del embaucador de guante blanco con las manos puestas en un pastel bien hermoso.

Podremos hablar de ética comercial pero a menudo son los “listos” los que se llevan el gato al agua.


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