Revista Viajes

Al monte aunque llueva

Por Eazkoitia
AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Quadra Island es una isla llena de gente alternativa donde las actividades principales son pasear por el bosque, pasear por las playas de guijarros o ir al centro urbano (tres tiendas, una oficina de correos y una biblioteca casi siempre cerrada) a mirar escaparates, porque todo es carísimo.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Los hippies, eso sí, hacen siempre cosas de hippies: que si te encuentras cartelitos donde pone “coge lo que necesites” y las opciones son “fuerza”, “integridad”, “amabilidad” o “libertad” entre otras; que si hay paraditas de alimentos veganos holísticos de curandero santero (o sea, zanahorias y brécol), puestos con ropa de segunda mano más cara que cuando fue nueva… el paraíso del postureo, vamos.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Desde que llegamos a Canadá, exceptuando el primer día en Vancouver, ha estado lloviendo. Tuvimos nuestras dificultades de adaptación al principio, pero ya nos han salido branquias. Ahora ya estamos acostumbrados así que nos ponemos el impermeable y hacemos como quien oye llover.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Cierto es que tuvimos un ratito de sol en el que aprovechamos para ir de cala en cala esperando encontrarnos con una manada de lobos costeros, con un puma o con un oso negro o incluso con la pareja de leones marinos que cada mañana se pasaban por delante del comedor a la hora del desayuno.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
En esas estábamos, saltando de roca en roca y mirando el agua (de un transparente espectacular) que Jim empezó a gritar desde la casa “¡Ballenas!” (en inglés obviamente) y, ciertamente, en frente de nosotros (lejos) había dos ballenas de paseo por la zona. Nos han explicado que por el area donde Jim y Maria tienen la casa (Copper Bluff) durante el verano pasan orcas a menudo y que a veces tienen ballenas jorobadas pasando la noche en su bahía. Qué pena no haberlas visto, pero hemos tenido cada desayuno el espectáculo de centenares de salmones saltando como posesos a escasos metros de nuestra mesa.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Una de las excursiones que hicimos fue hasta la cima del Eagle Ridge. Se empieza siguiendo un camino de leñadores (esto es tan típico canadiense) que lleva hasta una presa de castores (todavía más canadiense).AL MONTE AUNQUE LLUEVA
No vimos a ningún castor en el embalse, pero vimos su casa; tenía pinta de ser bastante húmeda, como nuestra habitación en Cumberland. Rodeamos el lago y empezamos a subir por el bosque siguiendo las pilas de piedras que alguien puso antes que nosotros.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
El camino es muy bonito. Es una mezcla de bosque tupido con zonas rocosas que, al ser tan húmedo, tiene musgo de color verde intenso cubriéndolo todo. AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Una vez en la cima las vistas no están nada mal. Se ve la mayoría de Quadra Island y parte de la costa de Vancouver Island. El agua es tan clara que casi hasta se pueden ver ballenas y orcas cruzando el estrecho de océano.AL MONTE AUNQUE LLUEVA
Otra de nuestras excursiones fue por el vecindario (por llamarlo de alguna manera porque las casas están tan alejadas unas de otras que no se deberían considerar vecinos) porque teníamos la misión de encontrar una planta que había que llevar a casa de Jim y Maria para que la cuidaran durante el invierno. En el desempeño de nuestra misión nos equivocamos de casa, muy bonita por cierto, por lo que estuvimos haciendo un poco los vándalos donde no debíamos. Huimos a tiempo y acabamos encontrando la casa correcta y la planta, que no era ni siquiera bonita. Caminamos los casi cinco quilómetros de vuelta con la planta en brazos, que ya podríamos haber ido a rescatar a un perro y así al menos habría vuelto andando solo.Ahora estamos en el Territorio del Yukon, ya sin lluvia y a pesar de estar bajo cero todo el día, pasando mucho menos frío, cosas de la humedad. Pero de esto, de la Aurora Boreal y demás, ya hablaremos en la próxima actualización.
Enrique & Marina

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