Albert Camus: literatura y compromiso

Esta semana se cumplen 55 años de la muerte en accidente de tráfico de Albert Camús, uno de los más grandes novelistas y ensayistas del siglo XX. El escritor francés es considerado junto a Jean-Paul Sartre uno de los principales miembros del existencialismo, aunque él rechazaba cualquier asociación ideológica y prefería ser conocido como un hombre y un pensador.

Camus, nacido en Argelia en 1913, fue un autor comprometido con su tiempo y con los acontecimientos históricos que marcaron a Europa antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Sus obras se caracterizan por un estilo enérgico y preciso, mediante el que desarrolló una reflexión sobre la condición humana y luchó contra todas las ideologías y abstracciones que alejan al hombre de su condición como tal, lo que Camus denominó filosofía del absurdo.

En 1942 fue publicada su primera novela y una de las más conocidas, “El extranjero”, así como el ensayo “El mito de Sísifo”, que marcaron el inicio de la popularidad del escritor. Estas obras, complementarias entre ellas,  evidencian la influencia del existencialismo en el pensamiento de Camus, con una visión del destino humano como absurdo. Calígula (1945) es una de sus obras de teatro más conocidas donde se desarrollan temas existencialistas. En el año 1947 llegó su obra más importante, La Peste, una apasionante  novela que reconstruye los sentimientos del hombre europeo de la posguerra con un profundo realismo. Esta obra supuso un cierto cambio en su pensamiento, ya que la capacidad de resistencia del hombre frente a la tragedia se impone al concepto del absurdo de sus anteriores obras. Posteriormente se publicaron, entre otras, obras como La caída (1956), El hombre rebelde (1951), El exilio y el reino (1957) y Una muerte feliz (1971).

El autor francés fue reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1957 “por su importante producción literaria, que con una seriedad clarividente ilumina los problemas de la consciencia humana”.