VALENCIA, Venezuela (AP) – Las autoridades divulgaron poco el miércoles información sobre un motín y un incendio en una estación de policía venezolana, mientras los familiares dijeron que decenas de detenidos permanecían en condiciones miserables y expresaron temor de que sus seres queridos estuvieran muertos.
Los funcionarios confirmaron el miércoles por la noche que hubo víctimas mortales, pero dijeron que todavía estaban determinando el número exacto. Dijeron que no proporcionarían ninguna estimación “por respeto a las familias”.
“En el momento oportuno brindaremos información sobre el número total de víctimas que hoy pone al estado de Carabobo de luto”, dijo Jesús Santander, secretario general del gobierno local.
La escasa información llegó horas después de que una gran multitud de parientes enojados que exigían saber si sus seres queridos habían sobrevivido se enfrentaron con oficiales antidisturbios. La policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud de hombres y mujeres que gritaban en Valencia, a unas 100 millas (160 kilómetros) al oeste de Caracas.
“¡No sé si mi hijo está muerto o vivo!” gritó Aida Parra, quien dijo que vio a su hijo por última vez un día antes, cuando fue a entregarle comida. “No me han dicho nada”.
Una ventana a la libertad, un grupo sin fines de lucro que monitorea las condiciones en las cárceles de Venezuela, dijo que la información preliminar pero no confirmada indicaba que los disturbios comenzaron cuando un detenido armado le disparó a un oficial en la pierna. Poco después se produjo un incendio, con llamas creciendo rápidamente a medida que el fuego se extendía a los colchones en las celdas, dijo. Los rescatadores aparentemente tuvieron que abrir un agujero a través de una pared para liberar a algunos de los prisioneros que estaban adentro.
Las fotos compartidas por el grupo mostraban a los prisioneros siendo llevados en camillas, sus extremidades congeladas en posiciones incómodas a medida que la piel se desprendía.
El director de Window to Freedom, Carlos Nieto Palma, dijo que los funcionarios deben rendir cuentas por no abordar el deterioro de las condiciones en las cárceles de las estaciones de policía. El grupo dijo que el hacinamiento se ha vuelto común en todo el país ya que los detenidos permanecen mucho más allá de los periodos de espera breves habituales antes de ser enviados a otras cárceles más grandes antes del juicio o liberados.
“Es grave y alarmante”, dijo Nieto Palma. “Lo que sucedió hoy en Carabobo es una señal de eso”.
Fuera de la estación de policía, algunos parientes enterraron sus manos en sus caras mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Otros tuvieron que ser detenidos con el apoyo de amigos y familiares mientras colapsaron en la desesperación. Aún otros lloraban en silencio y se agarraban las manos en oración.
Cerca de allí, las tropas de la Guardia Nacional vestían chalecos antibalas y llevaban rifles a la espalda entrando y saliendo de la estación. Los camiones de bomberos y las ambulancias estaban afuera, y las camillas sin usar estaban apoyadas contra la pared.
El legislador opositor Juan Miguel Matheus exigió que el líder progubernamental del estado Carabobo informara a los familiares sobre lo sucedido.
“No se debe jugar con la desesperación de los familiares”, dijo.
Los enfrentamientos entre prisioneros y guardias no son infrecuentes en Venezuela. Los reclusos con frecuencia pueden obtener armas y drogas con la ayuda de guardias corruptos y grupos fuertemente armados controlan los feudos de celdas bloqueadas.
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