Imagina un mundo en el que nunca pudieras comer fuera de casa, usar maquillaje, perfumes de olor dulce o comer un gran porcentaje de los alimentos en las tiendas. Según los alergólogos en el Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI) este es el mundo de entre el 2 y el 3 por ciento de las personas que viven con una alergia a las especias.
Las especias son uno de los productos más utilizados que se encuentran en alimentos, cosméticos y productos dentales. La Food and Drug Administration de EE.UU no regula las especias, lo que significa que a menudo no se notan en las etiquetas de los alimentos, haciendo a las especias, posiblemente, el alérgeno más difícil identificar o evitar. Según cálculos aproximados, la alergia a las especias es responsable del 2% de las alergias alimentarias. Sin embargo, suele ser infra-diagnosticada, sobre todo debido a la falta de pruebas cutáneas o análisis de sangre fiables.
Mientras que la alergia a las especia parece ser poco común, con el uso cada vez mayor de especias en la dieta americana y una gran variedad de cosméticos, los profesionales de salud anticipan que se desarrollará cada vez más. Los pacientes con alergia a la especias a menudo tienen que tomar medidas extremas para evitar el alérgeno. Esto puede conducir a mantener una estricta dieta, una baja calidad de vida y, a veces, la desnutrición.
Debido al amplio uso de especias en los cosméticos, las mujeres son más propensas a desarrollar alergia a las especias.
Los desencadenantes más comunes de la alergia a las especias incluyen la canela y el ajo, pero puede variar desde la pimienta negra a la vainilla.
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