Revista Cultura y Ocio

Alex. Pierre Lamaitre

Publicado el 15 octubre 2012 por Carmina
Alex. Pierre LamaitreUna a veces se pregunta quien hace los reclamos para vender un determinado libro. Mi hermana suele pasarme la revista de Circulo de lectores, unas veces tiene claro que libro pedir y otras no le llama la atención ninguno, entre las dos al final sacamos un pedido. Este libro es una de nuestras apuestas, y si soy sincera me ha decepcionado un poco, por no ser dura y decir un mucho. Quizás gracias a la revista donde vendía tan bien la novela que me hice una composición de lugar falsa y puede que por ello no me haya terminado de llegar.
He de reconocer que las apariencias engañan, ningún personaje es lo que parece, todos son al mismo tiempo  victimas y verdugos, de ahí que muchas veces no sepamos muy bien a que atenernos y que algunas acciones sean complicadas de comprender. Puede que al tratarse de una cuarta entrega el detective este muy evolucionado y que tampoco esta sea la mejor de sus obras, por una razón u otra a mi la novela no me ha terminado de gustar.
El autor
Alex. Pierre LamaitrePierre Lamaitre nació en Paris. Antes de dedicarse a la literatura de ficción y a la creación de guiones para cine y televisión, pasó muchos años ejerciendo la sicología y la enseñanza para adultos, especialmente de literatura norteamericana y francesa, análisis literario y cultura  general.
Con Travail soigné ganó el premio Cognac a la mejor novela del año 2066. Posteriormente, ha escrito otras tres novelas: Robe de marié, que mereció varios premios y que ha supuesto su mayor éxito hasta el momento Cadres noirs , y Alex que pertenece a la trilogía protagonizada por el comandante Camille Verhoeven. Además ha publicado Les grands moyens, una novela por entregas editada especialmente para dispositivos digitales.
Sus obras han sido traducidas a trece idiomas y tres de ellas están en proceso de adaptación al cine.
Argumento
Alex Prévost es una atractiva mujer de treinta años que tiene una extraña afición a lucir y probarse pelucas y postizos, casi directamente proporcional a utilizar nombres falsos que hacen que en ocasiones no sea capaz de recordar cuál es el verdadero. Una tarde tras cenar en un restaurante es secuestrada en plena calle con una violencia inusitada.
Su secuestrador un hombre bien entrado en la cincuentena no vacila en utilizar la fuerza bruta y tras golpearla para reducirla lanzarla en el interior de una furgoneta. Cuando se da cuenta se encuentra desnuda, encerrada en una caja y colgada del techo de una nave industrial. Álex no conoce a su verdugo al menos no en un primer instante.
La policía investiga y da con el secuestrador que prefiere suicidarse antes de revelar el paradero de la muchacha, cuando finalmente la policía da con él, Alex ha desaparecido y el caso comienza allí donde debería haber terminado. La figura de la víctima y el verdugo empiezan a confundirse de forma caprichosa y un reguero de cadáveres va saliendo al paso de la policía que investiga quien es la muchacha.
Impresiones
Con un argumento así la novela pintaba muy interesante y de hecho en un principio atrapa, y es trepidante sin embargo llega un momento en que se estanca, que es imposible entender el porque de la actuación del asesino, que móvil lo mueve y quienes son sus victimas porque no parece seguir un patrón establecido.
Nos encontramos con una idea a mi parecer original, con gancho, que el autor no ha sabido llevar con éxito hasta sus últimas consecuencias, porque si una novela llega a aburrir es que el autor no ha sido capaz de dosificar bien la intriga y yo ha habido momentos en que me he planteado dar por terminada la lectura. Pero como la curiosidad mata al gato y detrás del comportamiento de Alex debía haber un motivo me mantuve pegada a sus líneas, aunque no logré descifrarlo hasta las últimas páginas.
He de reconocer que tiene uno de esos finales para quitarse el sombrero, de esos que deja todos los cabos atados y da una vuelta de tuerca a la historia, sin embargo no fue suficiente para quitarme ese sabor agridulce que se me instalo en la boca del estomago a medida que ahondaba en la lectura.
Personajes
Al tratarse de una tercera entrega el personaje del comandante Camille Verhoeven esta muy desarrollado, de ello parece el que autor destaca solo  aquello que llama la atención en demasía, su escaso tamaño, 1.45,  y su poco sentido del humor, o lo que es lo mismo su  mal genio, pero hace referencia a hechos del pasado que tan solo apunta que se dejan un poco en el aire.
Solo hay dos personajes bien dibujados el comandante y Alex, de los demás se nos dan unas ligeras pinceladas aquí y allá para al final uniendo todas las piezas del rompecabezas tener una visión general de ellos, incluso de Alex es necesario ir cogiendo información al azar para llegar a comprender quién es, que la mueve a actuar como lo hace y porque elige a sus victimas, al final lo que se orquesta es una vendetta descomunal que tiene un giro inesperado.
Estilo
Podríamos distinguir dos partes en esta novela, la primera con una Alex víctima de secuestro, una mujer enigmática que parece llevarse mal con su familia, una mujer con un trabajo que la lleva de aquí para allá y que con una precariedad extrema, no se sabe muy bien de donde saca el dinero, pero le da para permitirse pequeños caprichos como cenar fuera de casa o comprar cosas que no siempre usa.
Durante su encierro hace gala de una fortaleza física y mental impresionante, llegando a desesperar a su captor que lo único que espera es darle una muerte lenta y dolorosa, y sobre todo averiguar donde está su hijo...
Hay momentos que son especialmente duros y otros en los que el estomago se revuelve, sin embargo puede que para mí fuera la parte más interesante de la novela.
En la segunda parte encontramos una Alex verdugo, con crímenes que ya ha cometido y salen a la luz a raíz de la investigación y con otros que sigue cometiendo, porque tiene una misión que cumplir y no puede darse por vencida ni dejarse atrapar hasta que haya llegado al final. Y ahí es donde yo me he aburrido, porque todas las muertes siguen el mismo patrón, y no sabes muy bien el porque. Cuando llega a su última víctima prepara el golpe final y ese es el que nos deja a los lectores con la boca abierta a la vez que nos proporciona las claves para recomponer todo el rompecabezas, sin embargo no llega a redimir a la protagonista, no logré quitarme esa sensación de chasco que me acompañó desde que la novela paso a la segunda parte.
El autor usa un estilo directo, aséptico, sin concesiones. Alterna la narración y el diálogo aunque este no es muy frecuente, sabe dar giros inesperados pero a mi no me ha acabado de convencer
Conclusión
Una novela que se ha ido diluyendo a medida que avanzaba, que ha logrado remontar hacía el final con un golpe de efecto impresionante y un broche de oro para una historia que podría haber dado mucho más de sí.
Como tema de trasfondo los abusos a menores y los daños que ocasionan, un tema que solo se apunta y que esta en la punta del iceberg de todo lo que acontece, sin embargo queda tan matizado, tan poco desarrollado que te deja con ganas de más.
La forma de narrar el autor sin concesiones y a veces tan cruda tampoco me ha terminado de convencer, esperaba tanto que se ha quedado a mitad camino.
El detective tampoco me ha parecido nada carismático, desde luego no es de esos que se hacen un lugar en tu corazón y que deseas seguir encontrando en nuevas entregas, no me han quedado ganas de conocer más andanzas de Camille Verhoeven, y cuando uno de los personajes de más peso de la novela te es indiferente y te es imposible empatizar con la protagonista que queda?, pues la verdad es que nada, o bien poco.
A pesar de mi opinión animaría a la gente a que se acercara a ella, puesto que el enfoque es original, nada es lo que parece, y todas las opiniones que he leído eso si, en francés y en italiano la ponen mejor que bien, por ello pienso que quizás el leer las otras entregas hubiera sido condición sine qua non para disfrutar de este cierre de trilogía.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog