Revista Cultura y Ocio

Alfonso x el sabio

Por Ilustrado

Alfonso X, rey de Castilla y León, fue un auténtico promotor cultural que reunió en su Corte a sabios y eruditos de las tres religiones peninsulares, creando escuelas de investigadores y traductores. Por ello, durante su reinado, la Escuela de Traductores de Toledo alcanzó su esplendor, y esta ciudad se convirtió en capital cultural de Europa.
Dejó una abundante obra escrita literaria, como Cantigas de Santa María, histórica, como Crónica General o General Estoria, científica, como Libros del saber de astronomía o Lapidario, y jurídica, con la promulgación del Fuero Real, las Leyes del Estilo y las Siete Partidas; este último código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supone la recepción del derecho romano en Castilla, incorporándose a la corriente europea del “derecho común”.
Este rey ilustrado fue el gran impulsador de la prosa medieval castellana, con su extraordinaria obra cultural y científica se crearon los cimientos de la lengua castellana y un vínculo entre la Europa medieval y la cultura árabe.

ALFONSO X EL SABIO

ALFONSO X EL SABIO

Fue rey de Castilla y de León, entre 1252 y 1284, guerrero y diplomático que reconquistó para la Cristiandad española, entre 1253 y 1262, las ciudades de Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz, e incluso continuó el avance frente al Islam pasando al norte de África, al enviar una expedición a Salé en 1260. Además eliminó una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y el valle del Guadalquivir y repobló Murcia y la Baja Andalucía. Pero, sin duda, pasó a la Historia por su reconocida obra literaria, científica, histórica y jurídica.

Impulsó y participó en una intensa actividad cultural en su ciudad natal y Corte de su reino de Castilla, Toledo, convirtiéndose en la capital europea de la cultura, gracias a la labor de la Escuela de Traductores de Toledo.
Durante el reinado de Alfonso X, la ciudad de Toledo permitía la convivencia de las tres religiones en armonía y tolerancia y el intercambio de conocimientos y pensamientos, buscando la unidad del ser y del saber, en definitiva, algo opuesto a la tradicional confrontación bélica de la Reconquista. Por eso, esta institución reunió a los más reputados científicos y eruditos del momento pertenecientes a las tres culturas: cristianos, judíos y musulmanes. Se trataba de un conjunto de sabios en lenguas hebrea, árabe y latina que formaban el scriptorium (escritorio) de Alfonso X.

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ALFONSO X EN EL ESCRITORIO REAL CON SUS COLABORADORES


Aunque esta escuela ya existía desde 1124, conoció en su reinado sus años de mayor esplendor aglutinando a diversos eruditos europeos que atraídos por la existencia de numerosos manuscritos árabes formaron una auténtica congregación en diferentes proyectos de traducción cultural demandados por todas las cortes de la Europa cristiana.
Alfonso X hizo trasladar a Toledo los restos de la biblioteca cordobesa de Al Hakam II, cuyos fondos fueron traducidos. Allí se asentaron las antiguas escuelas y academias judías de Córdoba y Lucena expulsadas de Al-Ándalus por el fanatismo almohade.
La escuela toledana desarrolló una importante labor científica al rescatar textos de la Antigüedad y al traducir textos árabes y hebreos, no sólo al latín, sino de manera definitiva también al castellano y al francés, de hecho, dejó una extensa erudición en lengua castellana. Como ejemplo preclaro es la obra árabe Libro de la Escala, que recoge una serie de leyendas relativas a un viaje recorrido por Mahoma en el infierno y el paraíso. Aquella obra fue traducida al castellano por Alfonso X antes de 1264, y posteriormente por Buenaventura de Siena, quien la tradujo al francés y al latín. Dante se inspiró en esta traducción al francés para establecer la base argumental de su Divina Comedia.

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ESCUELA DE TRADCUTORES DE TOLEDO


También realizó la primera normalización ortográfica del castellano, lengua que se adoptó como oficial, en detrimento del latín, convirtiéndola en lengua culta, tanto en el ámbito científico como en el literario. El propósito del monarca era que el castellano tuviera preminencia en su Corte porque era la que comprendían sus vasallos. Su afán por la divulgación de la lengua “porque los omnes lo entendiessen meior et se sopiessen dél más aprovechar” le llevó a traducir al castellano la Biblia, el Corán, el Talmud, la Cábala, los Libros del Tesoro de Brunetto Latini, una colección de cuentos ejemplares (o exempla) llamada Calila y Dimna, etcétera. Por ello, está considerado el fundador de la prosa castellana.
Era el mecenas de toda aquella erudición, concebía el plan de cada obra, ponía los medios para realizarla, daba las instrucciones precisas sobre su estructura y contenido, y revisaba el trabajo final, incluso se interesaba por detalles como precisar los dibujos e ilustraciones que debían ilustrar el texto. La intervención del rey fue a veces directa y a veces indirecta, pero indudablemente fue el arquitecto de estas obras.
Así lo dejó escrito en la General estoria: “El rey faze un libro non por quel él escriva con sus manos mas porque compone las razones d'él e las emienda et yegua e endereça e muestra la manera de cómo se deven fazer, e desí escrívelas qui él manda. Peró dezimos por esta razón que el rey faze el libro.”

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GRANDE E GENERAL ESTORIA


Esta preocupación por la obra bien hecha se manifiesta también en el prólogo del tratado inaugural de los Libros del saber de astrología, que es el Libro de las figuras de las estrellas fixasversión revisada acometida en 1276 de una primera traducción realizada en 1256. Allí se dice que el rey ordenó la traducción del texto a Yehudá ben Mosê y a Guillén Arremón de Aspa en 1256:
“E después lo endereçó e lo mandó componer este rey sobredicho, e tolló las razones que entendió que eran sobejanas e dobladas e que non eran en castellano derecho, e puso las otras que entendió que cumplían, e quanto al lenguaje endereçolo él por sí. E en los otros saberes ovo por ayuntadores a maestre Joan de Mesina e a maestre Joan de Cremona e a Yhudá el sobredicho e a Samuel. E esto fue en el año XXV de su reinado.”
La labor de la Escuela de Traductores de Toledo ayudó a transmitir al Occidente cristiano importantes elementos de la cultura oriental y de sus raíces clásicas. Pero no sólo se recopilaba y se traducía, sino que también se investigaba, se enseñaba y se creaba mucha obra original en todas las materias: medicina, filosofía, cosmografía, historia, derecho, literatura, etc. Los maestros eran judíos y mozárabes y la materia impartida consistía en el conocimiento islámico. Básicamente se enseñaba filosofía, astrología y artes mágicas, ya que fueron los árabes quienes conservaron y transmitieron a Europa la tradición del saber griego y romano a través de España.

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ALFONSO X DIALOGA CON MÉDICOS ÁRABES


Alfonso X promovió la creación de Estudios Generales de latín y de arábigo, tanto en Sevilla como en Valladolid, que posteriormente se convertirían en Universidades.
Igualmente, fundó en 1269 la Escuela de Murcia, una escuela de investigadores y traductores, dirigida por el matemático Al-Ricotí, que como las demás, se convertiría en Universidad. Se trata de la primera escuela interconfesional del mundo donde enseñaban sabios judíos, cristianos y musulmanes, los "bani oud".
Además supo dar un nuevo impulso a los Estudios Generales de Salamanca y de Palencia otorgándoles el rango de Universidad en 1254 y 1262 respectivamente. La Universidad de Salamanca fue la primera en adquirir esta titularidad en toda Europa.

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ESTORIA DE ESPAÑA


La actividad historiográfica de Alfonso X se concretó en las dos grandes compilaciones historiográficas que la España medieval nos dejó: la Estoria de España y la Grande e General Estoria.
La General Estoria es una enciclopedia de historia universal. La Estoria de España, conocida como Crónica General, constituyó la primera historia nacional escrita en lengua romance en 1270. Su contenido alberga desde los orígenes bíblicos y legendarios de España hasta la inmediata historia de Castilla bajo Fernando III.
El propósito de Alfonso X lo dejó escrito: “Donde por todas estas cosas, yo, don Alfonso, después que hube hecho juntar muchos escritos y muchas historias de los hechos antiguos, escogí dellos los más verdaderos e los mejores que supe; e hice también hacer este libro, y mandé poner en él todos los hechos señalados tanto de las historias de la Biblia como de las otras grandes cosas que acaecieron por el mundo… Todos los grandes hechos que acaecieron por el mundo a los godos y a los gentiles y a los romanos y a los bárbaros y a los judíos y a Mahoma, a los moros de la engañosa fe que él levantó, y todos los reyes de España, desde el tiempo en que Joaquín casó con Ana y que Octavio César comenzó a reinar, hasta el tiempo que yo comencé a reinar, yo, don Alfonso, por la gracia de Dios, rey de Castilla.”


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SELLO DE ALFONSO X


Sobre su literatura lírica hay que destacar las 453 composiciones poéticas de Las Cantigas que permiten considerarlo como el primer lírico en lengua gallega. De ellas las más conocidas son las de carácter religioso, conocidas como Cántigas de Santa María. Son de 427 poemas líricos reunidos en cuatro códices de pergamino que narran milagros de la Virgen. Están escritas en galaico-portugués, la lengua fundamental de la lírica culta durante el siglo XIII en Castilla. Están acompañadas de notación musical y unas vistosísimas ilustraciones que se hallan entre lo mejor de la pintura de su tiempo, ya que reflejan toda la sociedad del siglo XIII.
Es una obra colectiva en la que participó el propio monarca, y está considerado como el repertorio musical europeo más importante de la lírica medieval. Un material único que ha permitido ahondar en las fascinantes raíces del folclore musical europeo.


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CANTIGAS DE SANTA MARÍA


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Hizo instalar un observatorio astronómico en el castillo toledano de San Salvador; a partir de las observaciones realizadas, se elaboró en 1272 el Libro del saber de la Astronomía, conocido como Tablas Astronómicas Alfonsíes, un completo tratado de astronomía de posición Las Tablas Alfonsíes sirvieron para calcular las efemérides planetarias, tomando como referencia las elaboradas en el siglo XII por el astrónomo cordobés Azarquiel. Sustituyeron a las obsoletas tablas que el greco-egipcio Ptolomeo elaboró en el siglo II y que todavía tres siglos más tarde admiraría Copérnico. En esos días se hizo famosa la frase del rey cuando comentando el orden de las esferas dijo: “Si hubiese estado al lado de Dios cuando creó el universo, le habría dado algún valioso consejo”. En 1935, se le reconoce como astrónomo nombrándole en su honor el cráter lunar Alphonsus.

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LIBRO DEL SABER DE LA ASTRONOMÍA


En los Libros de los relogios se hace la primera mención en Europa de un reloj de pesas y eso que los primeros relojes de cuerda no hacen su aparición hasta el año 1450.
Su apelativo de “el sabio” hace honor a sus aportaciones en la cultura porque le interesó prácticamente todo y quiso hacer enciclopedias de todo. Una de ellas es El Lapidario, un tratado pseudocientífico, a mitad de camino entre la medicina y la magia, en el que se describen y analizan 500 piedras preciosas, metales y otras sustancias en relación con la astronomía judaica y sus cualidades terapéuticas. Por último, el Libro de los juegos trata de temas lúdicos como el ajedrez, los dados y las tablas. El juego era considerado como el deporte de la nobleza y toda una filosofía en la épocas.

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LIBRO DE LOS JUEGOS

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Una de las facetas más importantes de su reinado fue su labor legisladora, ligada a la introducción del sistema jurídico de los glosadores de Bolonia y de los canonistas. Bajo su impulso se organizó un formidable corpus de textos  jurídicos, tanto doctrinales como normativos.
En Castilla y León la lucha entre el Derecho viejo y el nuevo generó muchos quebraderos de cabeza. El padre de Alfonso X, Fernando III el Santo, comenzó otorgando como ley a todas aquellas ciudades que iba reconquistando el viejo código visigodo, llamado Fuero Juzgo, que marcó un hito en la legislación de aquella época pues determinó los delitos y los castigos a los que se hacían acreedores quienes vulnerasen las prohibiciones. Era la traducción en romance del Liber Iudiciurum promulgado por Rocesvinto a mediados del siglo VII (revisado en 681 por Ervigio), toda una compilación usada en los reinos feudales de la península en la alta Edad Media.
Alfonso X se dio cuenta de que había que renovar y unificar los diversos fueros que regían las villas y ciudades de su reino. Para conseguirlo, comenzó refundiendo este Código visigodo con preceptos del Derecho romano y formó el Fuero Real de Castilla, que quiso conceder a cada una de las ciudades para lograr una unidad jurídica en su reino.

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LAPIDARIO


Su objetivo era formar una enciclopedia del derecho como la que hizo de la astronomía o de la historia. Por eso, el Espéculo, promulgado en 1255, sería la primera redacción de un código legal unificado, en la línea del Fuero Real.
Un año más tarde, bajo su supervisión decidió que su equipo de juristas redactase el Libro de las Leyes o Las Siete Partidas. Se trata de un nuevo código legal ampliado y basado en el Espéculo y en el Derecho romano-canónigo, elaborado entre 1256 y 1265. Se considera que Las Partidas tienen la misma calidad y transcendencia exterior en el ámbito del Derecho que la obra de Santo Tomás de Aquino en el campo de la Teología.
La reacción de la nobleza y de las ciudades en contra del nuevo Código fue general y violenta, ya que los privilegios nobiliarios se veían amenazados por la creciente intervención del Estado en las legislaciones privativas. Como era inteligente, en 1272 Alfonso X derogó sus leyes y reconoció la vigencia del viejo Fuero Juzgo. Desde entonces y hasta mediados del siglo XIV el viejo derecho popular de los fueros rigió en su plenitud junto con las leyes dictadas por el rey y las Cortes.
Pero Las Siete Partidas aunque no tuvieran fuerza legal, inspiraron las decisiones del tribunal supremo del rey y formaron la mentalidad de los nuevos juristas, aspiraron a codificar y dar unidad a la vida normativa del reino y trascendieron sus propios límites. Tal es así que las Partidas fueron aplicadas a la América española, se aplican hoy en día por los tribunales de San Luis, en Estados Unidos, como herencia de la legislación que llevaron a América los españoles a partir del siglo XV, y en Brasil hasta la época de las codificaciones del siglo XIX.

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LAS SIETE PARTIDAS


En el terreno económico, Alfonso X facilitó el comercio interior con la concesión de ferias a numerosas villas y ciudades. Estableció un sistema fiscal y aduanero avanzado que potenció los ingresos de la Hacienda regia y reformó el sistema monetario.
Como rey sabio, Alfonso X inició un proceso reformador de las estructuras políticas y económicas que desembocaría en el Estado Moderno de época de los Reyes Católicos. Concedió numerosas ferias y creó el Honrado Concejo de la Mesta de Pastores en 1273, un gremio que aglutinaba los intereses de la ganadería trashumante de todo el reino. Fue su gran fuente de riquezas, basada en una poderosa sociedad ganadera que explotaba enormes rebaños de oveja merina entre Andalucía, Castilla y Extremadura lo que favoreció el comercio de la lana con los centros textiles de Flandes, Inglaterra y Francia. A cambio, les otorgó prerrogativas y privilegios como eximirles del servicio militar, de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc.
Con parte de los beneficios, el monarca ayudó a construir las impresionantes catedrales góticas que dieron esplendor arquitectónico a la Edad media hispana: las catedrales de Burgos, Segovia, León y Burgo de Osma.

ALFONSO X EL SABIO

ALFONSO X EL SABIO, BIBLIOTECA NACIONAL, MADRID


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