Aunque no lo parezca, son muchas las opciones que tenemos a nuestra disposición para que nuestra alimentación sea compatible con un estilo de vida sostenible y responsable con la biodiversidad.
Ya hemos visto como elegir alimentos frescos, locales y de temporada nos pueden ayudar a transformar fácilmente nuestros hábitos alimentarios con recursos que están a nuestro alcance, y en esta línea vamos a continuar desarrollando opciones:
Conoce tus legumbres
Las legumbres son nuestras grandes aliadas a la hora de hacer nuestra alimentación más sana y sostenible.
Son uno de los alimentos más nutritivos del Planeta porque nos aportan altas cantidades de fibra, proteínas, zinc, hierro, minerales y vitaminas del grupo B, y además su menor huella de carbono, su facilidad para producirlas y su capacidad de fertilizar los suelos las convierten en la mejor arma contra el cambio climático.
Desde siempre este alimento ha sido la base de la alimentación en muchos países, siendo uno de los grandes pilares de la dieta mediterránea, pero en muchos casos se está perdiendo la costumbre de consumirlas.
Los garbanzos, lentejas y judías son las principales legumbres que cultivamos y consumimos, incluso hay variedades dentro de estos 3 tipos que solo se cultivan en ciertas regiones y forman parte de la cultura gastronómica local.
Estas y otras legumbres están dentro de los sellos europeos de calidad diferenciada de Indicación Geográfica Protegida y Denominación de Origen Protegida.
En el mundo existen muchas variedades de legumbres, todas con características diferentes que les permiten adaptarse perfectamente a las diferentes condiciones climáticas de cada lugar, además de hacer un uso muy eficiente del agua.
Por otro lado, mejoran la biodiversidad y calidad de los suelos porque mejoran su fertilidad, ya que sus raíces les permiten fijar nitrógeno atmosférico en el suelo, elemento fundamental para el crecimiento de las plantas.
Esta eficiencia y capacidad de adaptación de las legumbres puede ser clave para hacer frente a las consecuencias del cambio climático
Pero no todo es positivo: la gran mayoría de las legumbres que consumimos en los países desarrollados son importadas, es decir, vienen de lugares lejanos y su huella de carbono es elevada, por lo que a la hora de comprar legumbres no se nos puede olvidar mirar su origen.
Carne, menos cantidad y más calidad
El consumo de carne en exceso tiene no solo efectos negativos sobre nuestra salud, también sobre el medio ambiente.
Uno de los pasos que más impacto positivo va a tener sobre la sostenibilidad de nuestra alimentación es comer una mayor cantidad de productos vegetales que animales.
La ganadería, como es el caso de vacas, ovejas, cabras, conejos o gallinas, es responsable de buena parte de las emisiones gases de efecto invernadero (GEI) que se generan durante la producción de alimentos, en especial la ganadería industrial e intensiva.
Además, esta ganadería intensiva afecta a la biodiversidad y al entorno de 3 maneras diferentes:
- Por la contaminación del agua, aire y suelo: Los residuos orgánicos producidos en macrogranjas, llamados purines, son focos importantes de contaminación que afectan gravemente a la biodiversidad.
- A través de la producción de piensos: Muchos de estos piensos se producen en grandes áreas dedicadas al monocultivo. Esto reduce la biodiversidad de la zona, y en algunos casos conlleva la deforestación de áreas de gran valor como ocurre en el Amazonas.
- Por la utilización de unas pocas razas ganaderas: Al ser más productivas se abandona la cría de razas locales, esto hace que razas autóctonas estén en peligro de extinción.
Aunque lo fácil es pensar que la solución pasa por abandonar el consumo de carne, la ganadería tiene también aspectos positivos.
Existe un tipo de ganadería sostenible, que tiene en cuenta no solo el bienestar y la salud de los animales, sino también la del entorno natural en la que se desarrolla: la ganadería extensiva.
Este tipo de ganadería tradicional cría a los animales fuera de las naves, permitiendo que se puedan alimentar de pasto fresco, bellotas u otros alimentos que se encuentren a su paso.
Ejemplo de este tipo de ganadería son los rebaños de ovejas y cabras o las piaras de cerdos ibéricos criados en dehesas o bosques adehesados, que incluso pueden pacer dentro de áreas naturales protegidas, ya que la ganadería extensiva juega un papel importante en el mantenimiento de áreas naturales.
En nuestra próxima entrega continuaremos repasando los pasos para conseguir una alimentación más sostenible.
Si te ha gustado este tema y quieres profundizar, puedes acceder a la Guía FSV – La alimentación: cambia tus hábitos para mejorar tu salud y la del Planeta, preparada por la FVS – Fundación Vida Sostenible, y que está disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.
El artículo Aliméntate de manera sostenible y protege la biodiversidad (3) se publicó primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.
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