La carne puede sustituirse perfectamente por alimentos de origen vegetal.
Este cambio de hábitos permite mejorar la salud además de contribuir a la transición hacia un modo de alimentación más limpio, sostenible y saludable.
La necesaria ingesta de proteínas siempre generó mucha polémica, pero estas proteínas pueden obtenerse de otros alimentos mucho más sostenibles que la carne.
La ganadería representa un foco de emisiones contaminantes que es preciso comenzar a reducir lo antes posible por el bien del planeta.
Se han realizado muchos análisis y cálculos para demostrar que para obtener un kilo de carne se necesitan una superficie y una cantidad de agua desproporcionadas.
Esta tierra y este agua darían para cultivar alimentos vegetales y alimentar a muchas más personas que con la carne..
Unos hábitos alimentarios que tengan en cuenta los recursos naturales y la economía local, pueden convertirse en un eficaz instrumento para luchar contra el hambre y ayudar a conservar la buena salud del planeta.
Por otro lado, hoy en día es fácil conseguir alimentos vegetales que aporten prácticamente las mismas propiedades que la carne y sus derivados pero s in generar daños tanto en la salud humana como en el medio ambiente.
A continuación os presentamos algunos alimentos vegetales que por sus características resultan ideales para quienes desean dejar el consumo de carne y mejorar su salud.
Más conocido como la "carne" del vegetariano, el seitán es rico en proteínas. Cada 100 gramos de este alimento a base de harina de trigo, agua y sal contiene 75 gramos de proteínas.
Pobre en materias grasas, el seitán es también un alimento rico en calcio.
Alga vieja con más de 3.000 millones de años, la espirulina se consume fresca, en cápsulas o en gelatina y contiene del 50% al 70% de unas proteínas de excelente calidad.
La espirulina es también una excelente fuente de hierro, de beta carotenos y de ácido gamma linolénico (omega 6).
Pobre en calorías, la espirulina es rica en ficocianina, pigmento azul de gran poder antioxidante.
La soja rica en ácidos grasos esenciales poliinsaturados y aporta una media de 36 gramos de proteínas por cada 100.
La soja es también una buena fuente de hierro, de zinc y de calcio. Su leche sirve para fabricar el tofu, más digestivo que la carne y muy utilizado por los vegetarianos.
Las lentejas son las legumbres más ricas en proteínas con 26 gramos por cada 100. Bajas en calorías, las lentejas son también ricas en fibras y minerales como el hierro y el magnesio.
Además, las lentejas aportan fósforo, hierro, manganeso, cobre, vitaminas B9 además de zinc, vitamina B1, magnesio, potasio, selenio, vitamina B2, B3, B5 y B6.
Hace ya muchos años que la avena se convirtió en un cereal muy estimado debido a que su proteína es de muy alta calidad. Efectivamente, la proteína de la avena reúne aminoácidos esenciales.
Además la avena aporta al organismo una buena cantidad de manganeso, fósforo, hierro, selenio y vitamina B1.
La almendra es rica en antioxidantes. Por cada 100 gramos de almendra 21 son de proteína de buena calidad. Es el fruto seco de cáscara que más concentración de proteínas posee.
La almendra es rica en fibra y en materia grasa.
El garbanzo ofrece 19 gramos de proteína por cada 100. Bajo en materia grasa, el garbanzo es rico en fibra, manganeso, cobre, calcio, vitamina B9, fósforo, hierro y zinc. No hay que olvidar que el garbanzo es un actor principal de la dieta mediterránea y una excelente solución para alimentarse adecuadamente.
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