Revista Espiritualidad

Alzar la mano y tocar el cielo, a la vuelta de la esquina

Por Deboraharevalo @deboraharevalo

"Cuando más perdidos nos sintamos, más cerca estamos de encontrarnos. Pues sólo cuando todo está oscuro, la luz del espíritu viene a buscarnos." Arnau de Tera

"A los ojos de Dios, todos somos perfectos y tenemos una capacidad ilimitada de expresarnos brillantemente." Marianne Williamson

El destino

Alzar la mano y tocar el cielo, a la vuelta de la esquina

Creo que el misterio de la vida se puede llamar destino. Pero en realidad es algo difícil de explicar con palabras. Por un momento, creí entender la vida sin palabras. Sólo fue un conocimiento fugaz.

En realidad, todo cambió para siempre cuando decidí ir hacia mi norte. Descubrir mi misión.

La sonrisa, la alegría, la felicidad, la duda se pueden sentir a miles de kilómetros de distancia. Quería saber si alguien conoce mi destino... Ahora lo sé, nosotros mismos, cada instante lo podemos cambiar. Nuestro destino sagrado es ser una mariposa y volar libremente y sin miedo a nada...

Eso me lo han dicho muchas veces. Pero a mí me cuesta creer que tal cosa sea posible. Sin embargo ahora veo lo oculto, lo que mis sombras me esconden por miedo. Empiezo a ver tanto lo verdadero como lo que me impide volar.

No temo ver la sombra porque sé que en ella duerme todo mi potencial. Por eso ahora confío en ver mis alas agitarse con perfecta sincronicidad, ya puedo sentir que vuelo, que estoy sana, jovial y liviana, aquí, allá y alrededor del mundo.

Mi metamorfosis es inminente. Mi miedo, tristeza, mal humor, falta de autoestima, desconfianza en la vida... son solo síntomas temporales de que estoy creciendo por dentro.

Alzar la mano y tocar el cielo, a la vuelta de la esquina

Dios me lo dice siempre: soy simplemente extraordinaria. En realidad, todos lo somos. Nadie es vulgar, del mismo modo que nadie es ni más ni menos que nadie. Todo, absolutamente todo, desde una gota de agua a la inmensidad del planeta, es absolutamente extraordinario y maravilloso. Tu forma de tocar, tu misión en este mundo, al igual que la mía, es sagrada.

Somos hijos de Dios. En lo profundo de mi ser, lo sé, lo sabemos. Pero encima de esa sabiduría se acumula mucho polvo, escombros y basura. Lo que hay que hacer es una limpieza a fondo. https://lifeisdear.com/2013/06/18/limpiando-mi-interior/

Sabiduría absoluta Cada uno de nosotros la tiene. De eso se trata la iluminación, la cual nos permite ver todo. Todo a la vez, el universo entero a la vez en todas sus dimensiones. Todo está relacionado y tiene que ver con cada detalle que percibimos.

Alzar la mano y tocar el cielo, a la vuelta de la esquina
Hacer lo que nos gusta. Ver el amor manifestado en todo. Detrás de cada conflicto y de cada sensación de escasez. Detrás de cada persona -conocida o no- que se me cruza en el día. Sin etiquetas, sin juicios. Desde un indigente hasta un político, somos uno.

Ahora más que nunca se manifiesta el hecho de que el dinero ya no cambia las cosas como antes creíamos.

El silencio se traga el ruido de mis pensamientos y, repentinamente, por un instante, siento la música que late dentro de mi. Cerré los ojos, como suelo hacer cuando estoy inspirada, y me dejé caer en un ambiente armónico, cercano, arropándome.

¿Es esto la iluminación? Hice una limpieza mental, me vacié de lamentos, quejas, comparaciones y otros pensamientos inútiles y así descubrí que puedo vivir de esta manera la grandeza de cada instante en un presente eterno.

Entonces la vida por instantes se me manifiesta como un concierto infinito. Creo que eso es la iluminación, la maravilla que aguarda a cada ser humano a la vuelta de la esquina, el único sentido de todo lo que es. Ese es el destino final de todo. Debemos ir cambiando la manera de interpretar todo lo que sucede. Nada es personal...

Me tumbé sobre la hierba, bajo la copa de un árbol. Sentí la luz que centellea. Me sentí en paz. Miré extasiada los destellos que bailaban en las ramas del gran árbol. Entonces pensé en mis padres, mis amigos, mi familia, mis parejas, mi novio, la gente que allí estaba y en esos niños y niñas que tal vez nunca conocería. Todos estaban junto a mi, y la luz nos cubría a la vez que emanaba de todos, de lo más profundo del ser.

Alzar la mano y tocar el cielo, a la vuelta de la esquina

Entonces vi un ser hermoso y radiante, quizás un ángel, que saltaba de rama en rama mientras cantaba "somos uno, celébralo. Con el todo somos uno, siéntelo, ¡Somos uno!"

Al fin lo comprendí. #SomosUno #Tengoderechoalosmilagros #Lifeisdear


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