Revista Cine

Amanecer (Parte I): Si Embarazada a los 18 fuese un programa de Sci-Fi

Publicado el 18 noviembre 2011 por Ruta42 @ruta42

Amanecer (Parte I): Si Embarazada a los 18 fuese un programa de Sci-Fi
Llega la nueva cinta de la saga Crepúsculo para acallar la sed de sus fans, a los que se les acaban las entregas. Comprende la difícilmente emocionante primera parte del último de los libros. Como ya pasó con Harry Potter es un pequeño bajón con respecto a lo anterior, pero una necesaria parada por el momento más difícil para Bella Swan y Edward Cullen, que se embarazan.
La boda de Edward y Bella por fin llega a la pantalla grande, y para fortuna de sus espectadores contiene enormes cantidades extras de azúcar (la banda sonora roza lo solondziano). Todo sale bien, todo el mundo es feliz y además beben champán y comen tarta. Jacob aparece por ahí, y cuenta algo de que está como triste, pero a nadie le importa.
Amanecer (Parte I): Si Embarazada a los 18 fuese un programa de Sci-Fi
Entonces la feliz pareja se va de luna de miel. A una isla en Cuba. El sitio es precioso y todo eso, pero lo que interesa es la carnaza. Una exhibición de sexo soft salvaje intentando mezclar adecuadamente todos los sentimientos y matices de tan esperado momento, para realmente mostrar lo que suele pasar. Es una decepción que a través del autoengaño parece más de lo que ha sido. Si bien Edward se ha pasado todo este tiempo luchando arduamente por mantener su autocontrol y no hincarle el diente e hincarle el miembro, de pronto se queda todo en algunas magulladuras superficiales y un cabecero malparado. Aún así Edward decide abandonar el erotismo por juegos más decentes, como el ajedrez, y así se la pasan la mayor parte del tiempo (y con una Bella intentando seducirle hasta grados muy patéticos). Mientras tanto Jacob se queja con sus amigos en la playa quileute de que Bella está tonta y no ha elegido al correcto.
Amanecer (Parte I): Si Embarazada a los 18 fuese un programa de Sci-Fi
Entonces llega el problema. Y es que después de echar dos polvos, a las dos semanas de llegar a la isla ella ya está embarazada. Edward dice cosa, Bella lo llama bebé. Y así también se dividirán los bandos en el pueblo de vuelta de las vacaciones (familia Cullen y hombres lobo) a los que parece importarles tanto un suceso del que no participan. Lo cierto, es que interesante es el planteamiento de la semilla muerta en el vientre vivo. Un suceso paranormal digno de ser equiparado a aquél ángel que dichó a la Virgen María (¿el coito vaginal con muertos cuenta como perder la virginidad?). Eso y que Bella está al borde de la muerte por una criatura híbrida que no sabemos si tiene más de mortal o de monstruo (y que si es niño se llamará Edward Jacob y si es niña Reneesme), pero que la está erosionando desde dentro y a pasos agigantados. A Bella le pasan un envase portátil de refresco lleno de sangre para que alimente a la bestia, y Jacob se enfada y sale de casa de los Cullen. También patea su moto muy fuerte. Drama. Mucho drama.
Amanecer (Parte I): Si Embarazada a los 18 fuese un programa de Sci-Fi
Alzaré una bandera en favor de un movimiento ético concreto que tiene lugar en este cuento (puesta al día de la moral cristiana). Cuando Bella sufre y pone en riesgo su vida in extremis Edward acaba estallando y le exige a Bella participación del futuro de ese embrión que han engendrado los dos. Que ella ha tomado las decisiones apartándole de algo que también le concierne de igual manera. Que “Nosotras Parimos” es una gran mentira tendenciosa y hembrista. Aunque claro, de repente el feto empieza a hablarle mentalmente a Edward y ya se le pasa. Jacob hace mohínes porque nadie le ha hecho caso. Quiere imprimarse.

Esther Miguel Trula


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