Revista Religión

Amar la liturgia, no inventársela

Por Alvaromenendez

El Gloria y el Sanctus de la Misa

Fidelidad litúrgica y formación elemental


Una vez, y otra, y otra... y otra más. Me estoy refiriendo a las veces que he observado en la celebración eucarística de mi parroquia que en lugar del Gloria se canta un canto que cambia la letra de tan importante oración, que es ya multisecular. Y lo mismo sucede en el momento del Sanctus de la Plegaria Eucarística.
Empecemos con el Gloria. Aquí vamos a empezar, señores, por los rudimentos, por lo más básico. Vayamos a la Institutio Generalis Missalis Romani (Instrucción u Ordenación General del Misal Romano= OGMR). Es lo que dice este documento lo que hay que obedecer.  La OGMR, en su número 53 dice algo que a muchos les parece complicadísimo de captar, pero ya verán que no es para tanto. Allá va:
«El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. El texto de este himno no puede cambiarse por otro. Lo entona el sacerdote o, según los casos, el cantor o el coro, y lo cantan o todos juntos o el pueblo alternando con los cantores, o sólo la schola. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos, o juntos a dos coros que se responden alternativamente.
Se canta o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, en las solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares celebraciones más solemnes» OGMR, 53.
Desde luego, el texto que acabo de citar no parece tan complicado como la conjetura de Poincaré. Tampoco debería ser muy arduo entender que lo afirmado por la OGMR no es mi opinión particular sino lo que manda la Iglesia. Este número 53 es sencillo y claro. Sencillo y claro. Y repito: es lo que dice este documento lo que hay que obedecer. Insisto tanto en esto porque en una conversación un cura me decía que 'había libros' (sic) en los que se dice que está permitido sustituir la letra del Gloria por otra cosa semejante. Un consejo: olviden esos libros. Yo no tuve curiosidad y no caí en la tentación de pedirle el elenco bibliográfico en el que se contienen esas cosas. Supongo, y no creo errar, que el cura se refería a que bastaría con que la palabra 'gloria' apareciera en la letra del canto elegido aunque ésta sustituyera la letra propia delGloriade la misa. Ni que decir tiene que dicha justificación no es admisible, como ha quedado demostrado.
Respecto al Sanctus ocurre otro tanto de lo mismo: el abuso consiste en introducir cantos para el Sanctus que modifican la letra del Misal Romano. El criterio para detener tal tropelía es el mismo: la letra del Sanctus no puede ser modificada, parafraseada o adaptada, ni por supuesto alterada completamente, que todo hay que decirlo. Leamos por ejemplo dos números que la OGMR dedica a la Plegaria eucarística, el 78 y el 79. En este último número se muestran sucintamente las partes de la Plegaria eucarística. Como todo el mundo sabe... Perdón, como todo el mundo debería saber, la aclamación Sanctus forma parte de la Plegaria eucarística (OGMR 79 b) y siendo esta inmodificable también lo son, consecuentemente, cada una de sus partes. Ergo la letra del Sanctus es inmodificable. ¿Ven que fácil? Y es que, además, «la liturgia es agradecida; si la tratas bien, te recompensa con creces», como afirmaba el cardenal Bevilacqua.

Amar la liturgia, no inventársela

Ordenación General del Misal RomanoPortada de una conocida edición de estudio 


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