Revista Cultura y Ocio

Amélie Nothomb: Barba Azul:

Publicado el 16 febrero 2014 por David David González
O me lo parece a mí o Amélie Nothomb, en sus novelas de pura ficción, como esta, Barba Azul, está degenerando a pasos agigantados. En esta ocasión, la refinada relación, emocionalmente intelectual, entre un asesino en serie, o algo así, y su coinquilina, Saturnine. Una broma. Y no te digo más. Prefiero dejarte con su inicio:
Amélie Nothomb: Barba Azul:
   Cuando Saturnine llegó al lugar de la cita, le sorprendió que hubiera tanta gente. Sospechaba que no sería la única candidata, desde luego; pero de ahí a ser recibida en una sala de espera en la que la precedían quince personas, iba un trecho.   "Demasiado bonito para ser verdad", pensó. "Nunca conseguiré que me elijan como coinquilina". No obstante como se había tomado libre toda la mañana, decidió esperar. Aquel magnífico lugar la invitaba a hacerlo. Era la primera vez que entraba en un palacete del distrito séptimo de París y no daba crédito al lujo, la altura de los techos y el sereno esplendor de lo que apenas constituía una antesala.   El anuncio especificaba: "Habitación de 40 m2 con cuarto de baño, libre acceso a una cocina amplia y equipada", por un alquiler de 500 euros. Debía de tratarse de un error. En todo el tiempo que llevaba buscando alojamiento en París, Saturnine había visitado tugurios infectos de 25 m2 sin siquiera baño por 1000 euros al mes, que encontraban arrendatario. ¿Qué clase de embrollo escondía aquella milagrosa oferta?
Amélie Nothomb. Barba Azul. Editorial Anagrama, febrero 2014. Ilustración: foto de Pablo Zamora /S Moda, Ediciones Conelpa. Estilismo: Francesca Rinciari.

Al menos, el Exterminador de E-rratas, no ha encontrado ninguna en las 138 páginas de Barba Azul.



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