América, la Vieja España

“¿Quién defiende a España?”, pregunta Rosa Díez en un artículo en el que, frente a las exigencias soberanistas, propone defender la igualdad, la lealtad mutua y los derechos constitucionales de los españoles, idea que deberían compartir tanto el PSOE como el PP.   

El problema de la división entre los dos grandes partidos tiene distintos orígenes, y entre ellos uno fundamental: ni siquiera están de acuerdo en conceptos básicos sobre qué es y de dónde viene España, cómo vincular su pasado al presente.

Algo que tienen claro en América, y no sólo la de habla española, sino la colonizada en inglés, como se ve estos días en el Museo Brooklyn, en Nueva York.

“Behind Closed Doors”, Detrás de las puertas cerradas, “Recuerdos Arte Colonial Español”, compila el arte de los siglos de la colonización hispanoamericana que retrata la vida de españoles, criollos, nativos y esclavos en aquella América desde Florida a Cabo de Hornos, excluyendo Brasil, cuarenta veces mayor que España.

Aparece la vida de las distintas castas de origen español, pero también nativo, no menos injustas o crueles que las de los conquistadores: un cacique indio era más brutal con los suyos que cualquier español.

Pinturas magníficas de autores desconocidos aquí, muestran el cada día de aquella sociedad que llegó a tener indígenas ennoblecidos en España, como el peruano retratado a su llegada por Goya en 1806, Don Tadeo Bravo de Rivero, caballero de Santiago.

Vieja España que debería aceptarse para construir el futuro, con sus Blas de Lezo, Núñez de Balboa o Ponce de León, españoles de todas las regiones, incluidas las que albergan separatistas que ocultan de su historia y las de sus esclavistas.

Es difícil mantener cohesionado un país que se esconde de sí mismo.

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SALAS