Revista Comunicación

American Gods es mucho más que estética

Publicado el 11 julio 2017 por Dro @Drolope
Shadow Moon en 'American Gods'Bryan Fuller es un creativo que en la mayoría de sus series ha demostrado su amor por dos cosas: 1) Gillian Anderson y 2) la importancia de crear una estética bella y cautivadora que vaya acorde con la grandiosidad de sus tramas. Los planos medidos al milímetro, el juego de luces y colores, y el uso de la cámara lenta (que ha podido resultar, quizá, algo excesivo en ocasiones) son algunas de sus características principales. American Gods, su nueva apuesta, cuida estos detalles tanto como su predecesora Hannibal. Pero es que American Gods es, al mismo tiempo, muchísimo más que eso.
Como gran fan que soy de Hannibal debo admitir que entiendo muchas de las críticas que recibió. Nunca he llegado a defender que sea "pedante", pero sí creo que es muy cierto que más de una vez abusó de planos lentos y de conversaciones excesiva (e innecesariamente) elaboradas. Entendedme: Hannibal me parece una serie brillante, pero hay muchas críticas que era pertinente hacerle. Con American Gods, sin embargo, siento que la crítica ha sido en general muy injusta. ¿Que ha sido "dispersa"? ¿Que no tiene un mensaje consistente? ¿Que es solo una "road movie"? ¿Una historia "muy bonita" sin fundamento? ¿Una "experiencia" que ver sin darle demasiadas vueltas?
Salim y el Genio en 'American Gods'La escena de sexo de estos dos lo fue todo, ¿me oís? TODO. Leed a Bryan Fuller explicándola si no me creéis, y también este artículo que analiza el significado del sexo en 'American Gods'.
Por supuesto que, claro está, American Gods es una experiencia. Bryan Fuller concibe sus series como un espectáculo visual, pero la experiencia no es solo el visionado, sino la conjunción de todos sus elementos. En solo ocho episodios American Gods ha creado una historia –¿o sería más acertado decir historias?– emocionante, intrigante, lanzando una afiladísima crítica a nuestra sociedad a través de los Nuevos Dioses a quienes hoy rinde devoción la humanidad, tales como Technical BoyMedia –maravillosa Gillian Anderson–. A lo sumo, podríamos acusar a American Gods de "dispersa" los tres primeros episodios, cuando resulta difícil comprender, pero a partir del cuarto las piezas se ubican y los personajes empiezan a tomar fuerza y consistencia.
El mensaje de American Gods es algo abstracto, y considero licito defender si es más o menos de tu agrado, pero criticar a la serie por no tenerlo, o por contarlo mal, me parece un síntoma de no haberla entendido. A partir del cuarto episodio, como decía, el hilo narrativo, aunque lleno de locuras y saltos de fe, resulta sencillo de seguir y muy atractivo, dejando por el camino preguntas sobre las que merece la pena pararse a reflexionar: ¿la mera creencia colectiva sirve para hacer algo realidad? ¿Somos nosotros quienes damos fuerza y hacemos nacer a los Dioses?
Lo mejor de American Gods –o, al menos, lo que más me ha llamado la atención–, es que reinventa el concepto de Dios. El episodio que critica el culto desmedido a las armas de fuego en Estados Unidos es la mejor prueba de ello. ¿Esa "psicosis colectiva" yanqui ha convertido al mismo concepto del arma de fuego en un Dios? Tampoco hay que desdeñar otras críticas muy duras que plantea la serie, denunciando el clima de tensión racial en Estados Unidos, la frivolidad humana –¿estamos olvidando los valores esenciales?– y el desdén al medio ambiente.
Laura Moon en 'American Gods'
Laura es, quizá (y sin el quizá), uno de los personajes más complejos, difíciles e interesantes de 'American Gods'.
Todo esto lo hace a través de una gama de personajes carismáticos y bien definidos. Shadow Moon (Ricky Whittle, conocido por el dramón de The 100), convence como un protagonista serio pero atrayente, mientras que otros como la genialísima Laura Moon, su explosiva relación con Mad Sweeney, el Sr. Miércoles y el resto de excéntricos Dioses acaban de completar un elenco muy bien elegido, moviéndose a lo largo de un viaje aderezado con fábulas, historias bellísimas y duras, de ensueño y realistas, que siempre esconden tras de sí crítica, preguntas y muchas reflexiones.
Por tanto no: por supuesto que no creo que American Gods sea solo una historia rarita que no hay que "tomar en serio" con una estética "muy bonita". Creo que ha sido una serie que ha sabido pulir muy bien los elementos que no funcionaban en Hannibal, combinando estética y trama de forma inteligente. Porque hay un mensaje, hay consistencia y profundidad tras todos esos planos increíbles. Quered y analizad un poco más (y mejor) a American Gods, por favor.

Isidro López (@Drolope)

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