Revista Cultura y Ocio

Amigas con hijos. Monica Drake

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Amigas con hijos. Monica Drake
     "Cincuenta cosas de las que quizá no debas preocuparte durante el primer año de vida de tu bebé (pero de las que te puedes preocupar si quieres): Guía hipocondríaca del cuidado del bebé.
     Empezó una lista:
     1. Caras extrañas que ponen los recién nacidos al despertarse.
      ...
     7. Te mira fijamente.
     ...
     10. El bebé:
     a. Duerme todo el tiempo
     b. Duerme cuando lo abrazan
    ....."
     Hoy no pongo el principio del libro, he pensado que era mejor enseñaros unas pinceladas de esta lista que comienza una madre primeriza con la que, adelanto, me he reído bastante. Y de este peculiar modo, hoy traigo a mi estantería virtual Amigas con hijos.
     Conocemos a cuatro amigas que son, como suele suceder, totalmente diferentes. Todas ellas tienen como  punto común la edad, ese momento cercano a la madurez en el que uno revisa alguna de esas cosas que nos dicen son elementales en la vida de una mujer: vamos, la familia. Sarah está obsesionada con ser madre un hijo pese a que tiene un historial de abortos que la está costando la estabilidad emocional ante el tema, Georgie en cambio acaba de ser madre y asiste a una vida que no reconoce como propia, Dulcet es... diferente, se gana la vida vestida con látex informando sobre el cuerpo humano en institutos sin echar en falta la maternidad y Nyla.. bueno, ella ya tiene una hija adolescente y unas cuantas opiniones al respecto.
     Monica explora en este libro el complicado tema de la maternidad, esa supuesta necesidad que sienten todas las mujeres y con lo que se encuentran después. Y también las que no sienten necesidad alguna, y cómo las parejas cambian ante la llegada o la simple mención del tema. Y lo hace con un acertadísimo sentido del humor evitando caer en el anecdotario o la parodia fácil. Para ello mezcla en la historia temas más serios, mostrándonos personas normales con distintas inquietudes y cambios a lo largo de sus vidas. Escoge además Portland, una ciudad con una conciencia que me resultó incluso chocante, en la que la gente deja cajas en las puertas de sus casas con aquello ya que no usan para que otros lo puedan utilizar. Un entorno interesante con personas con costumbres normales, con juegos en torno a la televisión, inseguridades, y meteduras de pata caseras que consiguieron ganarse mi simpatía como si se tratara de unos vecinos nuevos.
     No es una novela chick-lit, y no encuentro mejor forma de dejar claro ese punto. Supongo que podría decirse que es una tragicomedia en el sentido más literal de la palabra puesto que aborda aristas serias que nos encontramos agazapadas en párrafos distendidos que no nos borran la sonrisa, pero que sí que hacen que abordemos la lectura desde un punto de vista más crítico. O tal vez sea por lo serio del tema, porque tener hijos es mucho más que la llegada de un miembro nuevo a una familia. En todo caso he disfrutado mucho con este libro que ha sido una sorpresa tanto en el tema con o en sus formas que huyen de la ambigüedad a la hora de tratar el tema. Y, por supuesto, también hay maridos, por si no habías pensado en ello. Es más, hay algún momento genial en baños con luces programadas y maquillajes de supuesto camuflaje.
     Un libro a descubrir que puede dar mucho juego y me ha hecho soltar alguna risa inoportuna. Y vosotros, ¿os resulta más fácil la risa o la emoción cuando os enfrentáis a una lectura?, ¿es más difícil hacer reír o llorar?
     Gracias
   

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