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Análisis: Akiba’s Beat

Publicado el 29 mayo 2017 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Análisis: Akiba’s Beat

Hace ya un tiempo, puede que algunos recuerden un peculiar juego japonés llamado Akiba’s Trip: Undead & Undressed que vio la luz para PlayStation 3, PlayStation Vita y PlayStation 4. Aquel juego era una secuela de una serie cuya primera entrega nunca vio la luz en Occidente, y que nos ponía en la piel de un chaval que descubría que el barrio de Akihabara estaba poblado por vampiros a los que solo se les podía destruir desnudándoles.

Pues bien, Akiba’s Beat, que está disponible desde hace unos días para PlayStation 4 y PlayStation Vita, es la tercera entrega de esta franquicia, que en esta ocasión abandona la comedia subida de tono y la jugabilidad beat’em up de los anteriores, para optar por un JRPG con una historia centrada en realidades alternativas. Lo único que le une a la saga, es el escenario, el barrio tokyota de Akihabara.

UN AKIHABARA INVADIDO POR ILUSIONES

El protagonista de la historia es Asahi Tachibana, un chico que se define como NEET, o lo que nosotros conocemos como un NINI, ni estudia ni trabaja. Se trata de un héroe vago cuyo único deseo en la vida es estar tirado en su cama sin hacer absolutamente nada, viendo como pasa la vida por delante. El destino, sin embargo, tiene otros planes para él. Su vida dará un giro de 360º cuándo un día se encuentre con una misteriosa chica llamada Saki y su mascota Pinkun. Ella le explicará que es uno de los elegidos que pueden ver las ilusiones o dimensiones paralelas que se están abriendo en Akiba, y que es su deber cerrarlas, derrotando a los monstruos que las pueblan y localizando a las personas que las proyectan.

Análisis: Akiba’s Beat

Da comienzo así una trama que nos recuerda mucho a las vistas en las diferentes entregas de la saga Persona. Y es que las dimensiones paralelas y los JRPG no son algo muy original, y son muchos los juegos que han escogido una propuesta parecida, como Mind 0 o Tokyo Xanadu (este aún inédito en occidente). No obstante, al principio la trama, y el simpático sentido del humor que desprende, resultan entretenidas e interesantes.

El problema reside en que estas impresiones positivas iniciales se van diluyendo a medida que el argumento avanza. Éste deja de sorprender, e incluso se vuelve tedioso, sobre todo dada la extensa cantidad de conversaciones que debemos escuchar de un modo pasivo, y que ralentizan la acción. Esto es algo que explicaremos con más detalle a continuación, ya que gran parte de la culpa la tiene el modo en que está estructurada la jugabilidad.

Análisis: Akiba’s Beat

UN BARRIO CONCURRIDO CON POCO QUE HACER

Aparte de los mundos ilusorios y los combates, de los que ya hablaremos, el otro lugar dónde vamos a pasar nuestro tiempo, es Akihabara. Este será el mundo que podremos recorrer libremente, y se trata de una recreación cuidada del famoso barrio real de la ciudad de Tokyo. Aunque es un escenario abierto dividido en zonas, es un lugar igualmente vacío en el que no hay nada que hacer, o cualquier tipo de actividad secundaria con la que pasar el rato y descansar de la historia principal.

Ese es uno de los problemas del juego, y que perjudica a la adecuada progresión de la trama. Porque aparte de ir de tiendas para comprar y vender equipo y otros items, no hay otro motivo para explorar el escenario. De vez en cuando, se vuelve disponible una misión secundaria que profundiza en la relación de Asahi con el alguno de sus compañeros, y que revela nueva información del pasado de éstos. Cumplen su cometido y nos permiten coger un poco más de cariño a los distintos miembros del reparto principal, que sin ser los personajes mejor construidos que hemos visto, se dejan querer. No obstante, como decimos, esto es algo puntual.

Análisis: Akiba’s Beat

El resto de tiempo, una vez completado la actividad o actividades secundarias que se hayan abierto, y que duran muy poco, tendremos que seguir con la historia principal, en la que todo lo que se nos requiere realizar es ir al lugar señalado y hablar con la persona indicada, o simplemente estar presentes en la zona para que se inicie la conversación correspondiente. Nada más. Así pues, asistimos de forma pasiva a horas de diálogos que de vez en cuando se ven interrumpidos para dejarnos libertad de acción, pero que dada la ausencia de otro tipo de actividades, de poco sirve y todo cuanto podemos hacer es encaminarnos al nuevo lugar que se nos indica, a asistir a otro diálogo, hasta que llegue el momento de entrar a uno de los mundos ilusorios.

Si Akiba’s Beat hubiese sido una novela visual, hubiésemos entendido que fuese tan lineal y tuviese tan poca interacción con el entorno, pero al ser un JRPG, no podemos pasar por alto lo poco divertida que nos ha resultado esta forma de entender la jugabilidad.

Análisis: Akiba’s Beat

DE ILUSIONES Y COMBATES

La otra gran porción de la jugabilidad que posee Akiba’s Beat son los mundos ilusorios, o Delusions, y los combates.

Los primeros, pese al nombre que les otorga el juego, son las mazmorras o dungeons habituales en todo JRPG. También como es común, en Akiba’s Beat están divididas es pisos o niveles, conectados mediante puertas. Cada mundo ilusorio está diseñado en torno a la fantasía de su creador, por ejemplo, un amante de los equipos de sonido hace que aparezca una mazmorra decorada con todo tipo de ondas sonoras, altavoces, etc. Esto, sin embargo, es una característica puramente estética que no afecta a cómo está construido o diseñado el recorrido de los dungeons.

De hecho, cada nivel o piso de estas Delusions suelen consistir en una serie de pasillos interconectados de forma aparentemente aleatoria, en donde se encuentran repartidos ítems, monstruos, puntos de salvado y la puerta de acceso y salida del nivel. No son las mazmorras mejor diseñadas que hemos visto en un JRPG, pero también las hemos visto peores, de modo que en este sentido el juego se mantiene en la media, con la misma calidad que muchos otros títulos de este género, sin destacar y sin fracasar.

Análisis: Akiba’s Beat

Decíamos que los monstruos vagan por las mazmorras, porque son visibles en todo momento. Akiba’s Beat no hace uso del ya casi olvidado sistema de encuentros aleatorios, si no que en todo momento sabemos dónde están los enemigos y si queremos entrar en combate, basta con acercarse y golpearles, o dejar que nos descubran y venga a por nosotros. El primer método otorga ventajas en la batalla posterior, el segundo no.

Ya dentro de la pelea, el sistema de combate del que se sirve el juego nos ha resultado poco satisfactorio. Sus creadores han optado por plantearnos unos combates en tiempo real, en los que tenemos una serie de puntos que equivalen al número de ataques que podemos realizar de forma consecutiva. Gastado ese número, hay que esperar entre uno y dos segundos a que se recarguen. La cantidad de puntos que tenemos puede aumentarse con el equipo que llevemos puesto y al subir de nivel. Ya sean ataques normales o especiales, podemos encadenarlos en el orden que prefiramos.

Análisis: Akiba’s Beat

Como no todo es atacar, también podemos defendernos y esquivar ataques, de forma ilimitada, y usar items. Lo que no podemos hacer es manejar a todo el grupo de personajes, por lo que tenemos que configurar cuál queremos que sea el comportamiento de nuestros compañeros según surjan determinadas situaciones en mitad de un combate.

Por desgracia, todo este sistema a medio camino entre el JRPG y el hack & slash no termina de funcionar. Por un lado, y pese a que pueda parecer lo contrario dada la cantidad de opciones, realmente no permite establecer mucha estrategia en el enfrentamiento; por otro, todo se vuelve tan caótico que de poco sirve esquivar a un enemigo si hay un segundo rival por detrás que no tiene problemas para impactarte. Al final, todo se reduce a atacar todo lo posible para que los monstruos mueran antes de que puedan hacernos mucho daño, pero pronto se vuelve frustrante tener que esperar unos segundos entre combinaciones de ataques a que se recarguen nuestros puntos de acción.

Lo único de todo el sistema que nos ha parecido original y con potencial, es la posibilidad de entrar en una especie de trance musical en la que nuestro daño se multiplica cuanto más ataquemos (tenemos puntos de acción infinitos), mientras suena una canción J-Pop de fondo, que podemos elegir nosotros, y que otorga aún más mejoras en las secciones del estribillo.

Análisis: Akiba’s Beat

LIMITADO EN LO VISUAL PERO ESTUPENDO EN LO SONORO

Aunque es ya conocido por nuestros lectores y los aficionados a los juegos venidos de Japón que rara vez suelen ser un portento gráfico, Akiba’s Beat está por debajo de la media en este sentido. Y no porque tenga un apartado visual malo o pobre. No es tal el caso, ya que los gráficos que despliega en pantalla son correctos. Nos ha decepcionado en este aspecto por la aparente dejadez que han mostrado sus creadores, o por unas decisiones que han tomado en cuanto al diseño que nos parecen cuestionables.

Dentro de lo positivo, hemos de recalcar la excelente recreación virtual que se hace de Akihabara. Si bien no hemos estado allí en persona, han sido tantos los juegos ambientados en esa meca para el otaku, que no es difícil reconocer la distribución de calles, edificios y tiendas famosas. Al mismo tiempo, han cuidado bastantes detalles, como la inclusión de carteles publicitarios de otros juegos, que le otorga un toque más realista.

Análisis: Akiba’s Beat

La cara negativa, es lo vacío que se encuentra el escenario, pese a estar lleno de gente. Esta contradicción se entiende porque en Akiba’s Beat, los transeúntes y personajes de poco  peso carecen de diseño y son simplemente siluetas sin rostro y de distintos colores. Así, nos dedicaremos a recorrer unas calles plagadas de figuras que parecen más fantasmas que personas, y que no consguen, para nada, transmitir la sensación de ser una ciudad viva y llena de actividad. Por si fuera poco, no serán pocos los diálogos en los que intervenga alguno de estos secundarios sin nombre, pero ni siquiera aquí se han molestado en ilustrarlos como personas, sino en ilustrar las siluetas de colores y sin rostro.

Por el contrario, lo que más nos ha gustado de Akiba’s Beat es el trabajo realizado en el apartado sonoro. La banda sonora es de lo mejor del juego, y la implementación de las canciones J-Pop en los combates como ya hemos comentado es un experimento divertido y efectivo, que incluso mejor realizado podría ser memorable, en lugar de solo curioso. En cualquier caso la selección es apropiada dada la cultura otaku que intenta llevar a la pantalla el juego.

Análisis: Akiba’s Beat

Además el doblaje al inglés está mucho más cuidado que en los anteriores juegos de la serie, que habían recibido quejas en este sentido. Se nota que se ha hecho un mayor esfuerzo en este apartado para ofrecer un producto más cuidado. Si por el contrario, preferís experimentar el juego en su versión original japonesa, también es posible, pues Akiba’s Beat incluye esa opción. Lo que no es una opción es jugarlo en castellano, pues nos llega completamente en inglés.

CONCLUSIÓN

Akiba’s Beat ha resultado ser un experimento fallido por parte de Acquire de llevar esta saga a otro género y estilo de juego. Abandona todas las señas de identidad de la anterior entrega para intentar ofrecer una nueva experiencia algo más seria y diferente. No obstante se queda a medio camino. Ni la historia, ni la jugabilidad, ni los gráficos le hacen destacar, y tiene demasiados puntos negativos como para perdonárselos. Aunque es posible exprimirle algo de diversión al juego, con tiempo, paciencia y ganas, es evidente que hay mejores ofertas en el mundo de los JRPG en consolas PlayStation.

El análisis se harealizado con una copia de la versión para PlayStation 4 de Akiba’s Beat.

Historia - 65%
Jugabilidad - 58%
Gráficos - 55%
Sonido - 67%

61%

Akiba's Beat ha resultado ser un experimento fallido por parte de Acquire de llevar esta saga a otro género y estilo de juego. Abandona todas las señas de identidad de la anterior entrega para intentar ofrecer una nueva experiencia algo más seria y diferente. No obstante se queda a medio camino. Ni la historia, ni la jugabilidad, ni los gráficos le hacen destacar, y tiene demasiados puntos negativos como para perdonárselos. Aunque es posible exprimirle algo de diversión al juego, con tiempo, paciencia y ganas, es evidente que hay mejores ofertas en el mundo de los JRPG en consolas PlayStation.

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