ANÁLISIS: Batora Lost Haven

Entre el sol y la luna

Hace unos meses pude probar en forma de acceso anticipad o una interesante obra de acción y rol, con una importante carga narrativa, y un mundo totalmente destruido. Que me dejó inquieto y con ganas de ver hasta dónde podría llegar con su propuesta tan bien acabada por entonces.

Así que ese día ya ha llegado. Y ya he podido terminar con este Batora Lost Haven. El juego desarrollado por el estudio italiano Storming Games, y publicado por Team 17 que me ha terminado por dar lo que me apetecía e imaginaba a nivel jugable. Pero además, ha tocado, y me ha dejado pensativo, cosa que no me esperaba, y que nos quiero hacer ver en las próximas líneas.

Dicho lo dicho. No me queda otra que empezar hablando con fuerza de esa parte narrativa que tanto me ha sorprendido. Y es que el planteamiento narrativo nos lleva por dos derroteros muy marcados y entrelazados. Poniéndonos en el papel de una joven llamada Avril y su amiga Mila. En una Londres postapocaliptica tras una serie de eventos globales que iremos conociendo poco a poco. Y donde una concepción mágica, con una serie de cultos y divinidades representativas del sol y la luna, nos bendecirá con una importante misión para salvar lo que queda de la humanidad.

Unas bases sólidas, aunque habituales. Pero que se unen con una belleza y melancolía muy bien guionizada por parte de sus diálogos y divagaciones. Donde iremos reviviendo momentos de la vida de nuestras protagonistas, sus formas de ver el mundo, y una fuerte amistad que creará una serie de vínculos y pensamientos realmente fuertes. Que nos lleva por un camino lleno de sorpresas. Donde importante tomas de decisiones influyentes. Y la visita de sitios inesperados. Terminando por hilar una parte narrativa que me ha impresionado y me ha dejado con interés de saber aún más sobre este universo.

Una camino que nos acerca a un apartado jugable sólido y bien tratado en todos sus puntos. Con una constante evolución en la docena de horas aproximadamente que puede durar está aventura.

Y es que Batora, nos propone un juego que más allá de su parte narrativa, consigue introducir una importante parte de acción, que vendrá caracterizada y potenciada por esa parte divina y mágica que la luna y el sol nos van a adjudicar. Y que nos descubre que cada una de ellas tendrá unas cualidades y efectos bien marcados. Donde el poder lunar se centra en la distancia y la agilidad, y el sol en el cuerpo a cuerpo y la potencia. Con un rápido y ágil cambio entre ellos, siendo de vital importancia dentro de la dinámica de combate. Y donde las barras de salud, según estado que tengamos, le da un toque estratégico y particular, que nos lleva a la muerte si no sabemos gestionar una de ellas.

Todo esto va relacionado con la parte más interesante del combate, y de los enemigos en si. Y es que estos posee también dos colores que nos obligan a ser conscientes de como dañarlos. Haciendo de los combates una unión de habilidad y rápido pensamiento, entre variados enemigos.

Teniendo que destacar especialmente el muy efectivo y bien ajustado sistema de control q ue se ha implementado. Sabiendo mezclar los ataques, las esquivas y movilidades especiales de forma que se hace muy espectacular y agradecida una experiencia muchas veces frenética.

Todo ello nos encamina a unos tintes roleros que sinceramente se me han quedado algo cortos. Siguiendo por un lado la línea que nos va aportando la propia historia a nivel potencial. Y por otro lado, una serie de runas que iremos consiguiendo, y que nos aportan condiciones especiales de defensa, ataque o energía. Viéndose limitadas por la cuantía numérica necesaria para activarlas, y que como veréis, va a depender de cada una de ellas. Cosa que nos acerca a su exploración y su diseño de escenarios. Los cuales nos motivan a rebuscar entre sus rincones, y sus pocos atajos. Destacando algunos retos, puzles y desafíos que de vez en cuando le dan un toque de aire fresco a la mucha acción.

En general, no es un juego ni largo ni complejo. Que ciertamente se disfruta mucho por sus mecánicas, y especialmente por esa serie de tomas de decisiones que nos lleven hacia un lado y otro, y supongan que no hay dos partidas iguales. Cosa que nos incita a rejugar y disfrutar de ¿Que hubiera sucedido si...?

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