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Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare

Publicado el 12 febrero 2017 por Williamcadiz @ParedDigital
Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare
Activision no podía faltar a su cita anual y lanza gracias a Infinity Ward Call of Duty: Infinite Warfare, un titulo que muestra el hecho de que las ideas se van agotando ante la falta de novedades en la jugabilidad en el modo online y una historia que podría haber dado mucho más de sí.
Guerra Civil en el Sistema Solar 
Call of Duty: Infinite Warfare nos lleva a un futuro indeterminado en el que la Tierra se le ha quedado pequeña al ser humano, sobre todo en términos de recursos energéticos, y ha decidido expandir sus fronteras hacia el Sistema Solar. Contrariamente a lo típico en los juegos espaciales, el enemigo no es una raza extraterrestre que busca dominarnos sino el propio hombre. Y es que una facción de rebeldes, la SDF y liderados por el personaje que interpreta Kit Harington -Jon Snow en Game of Thrones-, ha decidido desligarse de la política terrestre, centrar su base en Marte y declararle la guerra al resto de la Humanidad.
Nosotros tomaremos el control de Nick Reyes, capitán de la nave Retribution, y nos encargaremos de inclinar la guerra hacia nuestro favor en no pocas escaramuzas espaciales. Uno de los puntos fuertes de la historia son los personajes que nos acompañan durante la aventura. Junto a nosotros tenemos a la teniente Salter, la segundo al mando, el líder de los marines, Omar, y, sobre todo a Ethan, un robot de combate que tiene más personalidad y fuerza argumental que muchos de los personajes que nos ha tocado ver en el resto de la franquicia de Call of Duty.

Eclipse de ideas
¿Cual es el problema entonces con la historia a nivel narrativo? CUIDADO QUE VIENEN SPOILERS: Pues que lo que empieza como la que podría ser la mejor historia de la saga Call of Duty acaba no solo siendo más de lo mismo, sino que te deja con una sensación de que se ha desaprovechado todo el potencial que podía ofrecer Infinite Warfare en una serie de sin sentidos argumentales.
Por poner un ejemplo, desde el primer momento, el gran reclamo de Infinite Warfare, el detalle que más se ha vendido, ha sido el hecho de tener a Kit Harington en la saga como villano. Pues bien, el personaje al que interpreta solamente aparece físicamente en el juego dos veces y ni siquiera es el último enemigo al que nos enfrentamos. Teniendo en cuenta que su papel es el del líder de la rebeldes que ha puesto en jaque a la Tierra y hecho del Sistema Solar su patio de recreos, es cuanto menos alarmante. ¿Os acordáis de Kevin Spacey y su papel en Call of Duty: Infinite Warfare? Pues si buscabais un villano similar iros olvidando.
Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare
Luchando en las estrellas
Por lo pronto el hecho que Call of Duty: Infinite Warfare sea tan futurista es que permite jugar en escenarios nunca vistos hasta la fecha en la saga y tan espectaculares como en la superficie de Marte, en la luna Titán de Júpiter e incluso en una instalación dentro de las entrañas de un asteroide muy próximo al Sol. Esto hace además que se disfruten de unas vistas que, si te gustan las películas espaciales, te dejen alucinado.
Más allá de las vistas, podemos hacer uso de unas armas mucho más avanzadas desde armas eléctricas hasta los clásicos fusiles y rifles francotirador pero con un diseño mucho más futurista. Además gracias a nuestro ordenador en la muñeca podemos piratear robots, otro de los enemigos añadidos para la ocasión, para controlarlos y convertirlos en bombas suicidas que destrocen a los enemigos que le rodeen. También habrá granadas inteligentes con forma de araña que persigan a los enemigos u otras que creen superficies resistentes como protección cuando andemos escasos de coberturas. No faltarán los paseos por el espacio, momentos en los que se añade la ausencia de gravedad y tener que echar mano de impulsores para moverse.
Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare
Especial atención a las batallas espaciales. En Infinite Warfare podemos pilotar una nave biplaza para combatir en el espacio en diferentes partes de la historia y que habrá que mejorar si no queremos ser polvo espacial. Mejoras que irán desbloqueándose conforme avancemos y se centrarán en ametralladoras y misiles más potentes, armas láser o mayor resistencia o velocidad. Hay que decir que no todas podrán usarse a la vez, el jugador deberá escoger la combinación de extras que considere más acertada o acorde a su forma de jugar. Lo mismo ocurre con las armas personales en misiones a pie. Antes de cada una habrá que pasar por la armería y hacer lo propio.
Infinite Warfare además incluye un panel de misiones, que no es más que una pantalla con un mapa del Sistema Solar donde se muestran tanto las misiones principales (22 en total) como las secundarias (nueve) y el porcentaje de éxito que podemos tener en función del armamento desbloqueado hasta el momento. El jugador puede decidir si continuar con la historia o desviarse a hacer misiones secundarias para desbloquear nuevas armas y habilidades que hagan más fácil su campaña.
Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare
El hecho de no tener soporte de modo cooperativo o que sea más corta que por ejemplo Black Ops III no hace que sea una mala campaña ni corta, de hecho, completarlo todo puede llevarnos hasta nueve horas. Otra de las ausencias es la de coleccionables. Ya no tienes que preocuparte por recogerlos ya que solo te tienes que centrar en abrirte paso a tiros.
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Multijugador a la antigua
Durante muchas entregas, el modo multijugador ha sido el modo principal de la saga Call of Duty, el motivo por el que muchos jugadores compraban el juego de turno. Por eso sorprende ver cómo en Infinite Warfare apenas hay novedades en este apartado jugable.
La única novedad reseñable es el hecho de que existe la posibilidad de ponernos al servicio de distintos grupos que nos encargan misiones específicas dentro de la propia partida como eliminar un número determinado de enemigos con un arma concreta para obtener recompensas adicionales.
Se repiten movimientos como el doble salto o correr por las paredes. También vuelve la posibilidad de gestionar nuestro equipo con el pick 10, pudiendo solamente llevar una cantidad muy limitada de armas y accesorios, así como las habilidades especiales o armas exclusivas que se desbloquearan conforme hayamos obtenido una racha de puntos determinada.
Análisis de Call of Duty: Infinite Warfare
En total son doce mapas en los que se podrá jugar una cantidad muy variada de modos de juego desde capturar la zona, hasta duelo por equipos pasando por el típico de acabar con un objetivo específico. Por no olvidar de las enormes opciones de personalización que, sin embargo, pueden quedar en un segundo plano si la jugabilidad no llama para dedicarle muchas horas a este modo de juego.
En definitiva, no es el mejor modo online de la franquicia y simplemente es una versión mejorada del visto en Black Ops III.
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La nueva fantasía zombi
Todo lo contrario ocurre en el modo zombis, esta vez titulado Zombis in Spaceland, que concentra gran parte de las novedades de Call of Duty: Infinite Warfare. ¿Recordáis ese original modo de juego que salió en el primer Black Ops como un mero suplemento o añadido? Pues poco queda de él ya que se ha convertido en prácticamente la piedra angular de la saga. Y eso si estuvieras en una franquicia de zombis tendría sentido, pero no en una donde su esencia han sido los campos de batallas y las operaciones especiales.
Zombis in Spaceland nos traslada a un parque de atracciones abandonado en la época de los 80 donde la finalidad es la misma: sobrevivir a interminables oleadas de zombis cada cual más dura que la anterior solo o con tres compañeros más, mientras se disfruta de la atmósfera ochentera, David Haselhoff incluido en el papel de DJ.
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No faltan interruptores que encender para desbloquear nuevas zonas del ya de por sí amplio parque de atracciones, poner en marcha atracciones, búsqueda de objetos para desbloquear o construir armas más potentes, zonas de teletransporte y las clásicas tiendas de compra de armas necesarias para poder sobrevivir.
Un espectáculo de luces y zombis pero que como se ha dicho antes poco tiene que ver con la esencia de Call of Duty, aunque si este modo es lo que atrae realmente al usuario lo normal es que Infinity Ward se centre en mejorar lo que más demanda tiene.
Conclusiones
Cuando en una saga como Call of Duty las principales novedades se encuentran en el modo zombis es que algo falla. La historia, aunque bien aprovecha la temática espacial con armas a la altura de las circunstancias y mecánicas jugables, es muy lineal y sin giros argumentales como ocurría en anteriores juegos de la franquicia. Tres cuartas partes ocurre con el modo online, el gran reclamo desde hace unas cuantas entregas, donde apenas hay novedades. Dicho esto, si eres fan de la saga no dudes en jugarlo pero ya sabes qué te vas a encontrar. Esperemos que el año que viene haya ideas más frescas que den vida a Call of Duty.
Puntuación: 7.5
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