ANÁLISIS: My Little Pony Aventura en Bahía Yeguamar

Regresa la magia de la amistad

Una de las experiencias más bonitas que existen para un amante de los videojuegos es poder compartir con su hijo o hija su gran afición. Por lo que siempre que tenemos la ocasión de poder analizar un producto centrado en este tipo de público, intentamos realizar el experimento de realizar el análisis del juego desde el punto de vista de ellos. Con sus opiniones y sensaciones, mucho más puras y menos sesgadas que las nuestras.

Así que gracias a Bandai Namco. al estudio Outright Games, y al lanzamiento de la que es la nueva generación de My Little Ponny, os traigo un artículo sin puntuación sobre este, tras una preciosa y compartida experiencia que vale oro.

AMOR POR LA SENCILLEZ

Llega el momento de dar el mando de la consola a la peque. Y es que estoy hablando de una niña de seis años, fan absoluta de universo. La cual se conoce a cada personaje, lugar y actitud de estos. Cosa que la motiva más y, le alumbra más el rostro en los primeros compases del juego. Una aventura que la acerca a una aventura de corte clásico, donde los puzles y las plataformas, se entremezclan con constantes acciones y situaciones que la mantienen en todo momento activa, con motivadoras actividades, y un hilo narrativo que la guía en todo momento.

ANÁLISIS: My Little Pony Aventura en Bahía Yeguamar

HACIENDO AMIG@S

Entrar en el juego le ha sido realmente sencillo gracias a la inteligente y sencilla explicación, manejabilidad y, linea de aprendizaje en cuanto al control y uso de las acciones que posee. Llevando en cada momento a interactuar con el escenario y los diferentes ponys con lo que se encuentra. Dando acceso y explicación a acciones como el salto o algunas movilidades especiales, como el patinaje. Todo ello con un control preciso, sencillo y siempre indicado y guiado por señales visuales en pantalla.

Como ya os digo, el juego abre una interesante apuesta por la narrativa en un escenario abierto. Donde las diferentes misiones propuestas por este hilo argumental la llevan de un rincón a otro de este particular decorado de Yeguamar. La pone constantemente en la necesidad de ayudar a los diferentes amigos. Creando interesante sistema progresión y de desbloqueo de zonas cual concepto metroidvania se entiende. Motivando a la chica a recoger estrellas, recibir premios,o comprar nuevos objetos con los que poner más guapa y molona a su divertida pony.

Más allá de las misiones, se han incluido un gran número de minijuegos, siempre bajo un concepto puzle muy bien medido, para que les sea de fácil entendimiento y ágil resolución. Unos puzles que pasan de los musicales, hasta los de recolección de piezas, hasta los de velocidad, vuelo y agilidad mental. Siendo en todo momento una grata experiencia, la cual he visto reflejada en su cara, nunca llevándola a la frustración, y más a la felicidad de haber sido capaz de resolver el reto o acertijo.

FIESTA DE PURPURINA

La parte narrativa es esencial dentro de este juego. Y es que siendo un juego muy centrado en los fans del universo, y especialmente en el público infantil. Sabe ir introduciendo a cada personaje. Dando su sitio, y mostrando sus motivaciones y deseos. Y dejado a la pequeña totalmente alucinada con su constante momentos guionizados que la llevan a hablar con sus personajes favoritos, un poco tiempo después de los hechos que pudo vivir en la peli de esta nueva generación de My Little Pony.

APARTADO TÉCNICO

¿NO TODO ES PERFECTO?

Ver la cara de ilusión a cada salto, estrella que cogía, pony que controlaba o misión que complementaba hace que no haya nada más que buenas sensaciones y puro amor. Y eso tapa cualquier defecto posible.