Siendo más o menos pequeños seguramente habréis tenido la oportunidad de disfrutar un buen cuento, e incluso a veces tener uno favorito que os marca por lo que os cuenta o por cómo lo hace. Sony ha querido traernos a las consolas PS3 en exclusiva, una aventura que nos recordará a aquellos tiempos en los que escuchábamos historias de fantasía con guerreros y monstruos malvados, su título: Puppeteer.
A simple vista y por la impresión que puede darnos la carátula o los vídeos del videojuego Puppeteer que hayamos visto, podemos pensar que estamos ante un videojuego infantil y facilón para niños pequeños, en el que nos van a saltar al ojo los colores chillones y al oído las palabras bonitas de amor y felicidad, vivieron felices, comieron perdices y todas esas cosas. Como muchas veces os digo, no os dejéis llevar por las primeras impresiones, porque Puppeteer no es nada de eso, ni por asomo y lo entenderemos nada más que arranquemos el videojuego en la consola.
Puppeteer, aunque parece un nombre curioso, significa Titiritero en inglés y es exactamente eso lo que vamos a ver, una historia narrada a través de un titiritero (al cual representará el jugador) que manipulará los hilos de sus marionetas para ofrecer un espectáculo sin igual. Es un videojuego de plataformas, fundamentalmente, con un argumento más oscuro de lo que sus coloridos gráficos representan. El Rey Oso Luna ha acabado con el reinado de la Reina Luna y se ha convertido en un auténtico tirano, que roba las almas de los niños de la Tierra para merendárselas o convertirlas en esclavos dentro de los cuerpos de unas marionetas que utiliza a su antojo. Tras muchos intentos de los niños por escapar del lugar, nunca nadie lo ha conseguido y todos ellos han perdido la cabeza (literalmente). Pero ha aparecido alguien especial, Kutaro, un niño con una gran fuerza de voluntad al cual ayudará la Bruja Luna y el Gato Luna entre otros personajes importantes de la historia, para conseguir restaurar la Piedra Lunar recuperando sus fragmentos, salvar a la Reina Luna y a todos los niños de la tiranía del Rey Oso Luna… ¿lo conseguirá?
Una aventura lunar
Todo esto es contado como si se tratara de una función teatral con mucha intensidad y cierta gracia, de hecho el propio menú de inicio nos muestra un telón cerrado mientras el narrador nos anuncia el comienzo de la función y pueden escucharse los instrumentos de la orquesta afinando al igual que el murmullo del público. La ambientación creada para hacernos entrar en éste mundo mágico es sublime, la inmersión será total rápidamente y todo gracias a unos apartados técnicos de nota, pero eso lo dejamos para más adelante.
Como buena obra teatral estará dividida en actos, en total unos 7 actos (o mundos, como queráis verlo) que tienen 3 telones cada uno. Cada telón nos contará una parte de la historia teniendo, como no, un jefe que pondrá el punto y final a cada acto. Como comentaba al principio, es un juego de plataformas, por lo que la mecánica del juego es bastante simple: sortear todos los obstáculos que se nos pongan por delante, acabar con unos cuantos enemigos con los que liberaremos almas de los niños secuestrados y conseguir todos los coleccionables que veamos al paso.
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Cada telón cuenta con una fase extra que conseguiremos realizando una acción en especial. Aunque están a la vista no siempre son accesibles en primera instancia, lo cual aumenta la rejugabilidad del juego y nos obligará a volver a repetir las fases más de una vez si somos jugadores completistas. Habrá que investigar cada punto del nivel para conseguir encontrar todo lo que esconde. Los coleccionables en Puppetter serán, además de las fases extra, las cabezas y las almas de los niños. Además contaremos con libros ilustrados que nos contarán entretenidas historias a modo de cuento infantil, ampliando así nuestros conocimientos sobre los personajes que veremos en el juego y acontecimientos que han tenido lugar y que no se cuentan o se dan por hecho en la historia principal.
La jugabilidad en Puppeteer es bastante entretenida y ligeramente innovadora, un aire fresco dentro del género plataformero que hemos aceptado con los brazos abiertos. Las habilidades de Kutaro son bastante escasas, principalmente puede saltar (ni dobles saltos ni nada, un salto básico), rodar por el suelo y atacar con las tijeras mágicas que conseguirá en cuanto avancemos un poco en la historia. Según completemos niveles conseguiremos otras habilidades diferentes, como por ejemplo poner bombas o defendernos con escudo. Una característica importante de Kutaro es que no tiene cabeza y utiliza las que va encontrando por el camino para poder sobrevivir. Estas cabezas tienen formas y poderes diferentes cada una de ellas y servirán para abrir nuevos caminos o encontrar fases extra. A mi gusto se podría haber explotado más esta característica, quedando su uso como algo más anecdótico o dirigido a completistas que otra cosa.
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Tendremos 3 cabezas, que hacen las veces de vidas para el personaje y si nos dañan tan sólo una vez, perderemos la cabeza. Podremos ir corriendo a recuperarla pero si no lo conseguimos perderemos una vida. Cuando gastemos todas las vidas disponibles podremos revivir si hemos recogido suficientes estrellas doradas, ya que cada 100 de ellas nos darán una posibilidad más de revivir al personaje. No os preocupéis porque tendremos estrellas de sobras en todos los niveles para conseguir “continúes“, al menos en los primeros niveles hasta que nos hagamos con el manejo de todo.
Dos personajes, un mando
El movimiento lateral del personaje (es un plataformas de scroll horizontal en 2D) lo efectuaremos con el stick izquierdo, mientras que la cruceta nos permitirá elegir cuál de las tres cabezas queremos utilizar y ejecutar sus correspondientes acciones. Hay que tener en cuenta que cada vez que encontremos una cabeza nueva se eliminará la más antigua, por lo que es importante elegir qué cabezas vamos a llevar para poder completar los niveles, teniendo presente que algunas acciones sólo podremos hacerlas con una cabeza en concreto. Si la perdemos, mal asunto.
Con el stick derecho controlaremos al personaje secundario que nos acompañe en cada ocasión (de manera simultánea que manejamos a Kutaro), como el Gato Luna o la Princesa Sol, por ejemplo. Este personaje secundario se dedicará a revolotear por el mapeado para ayudarnos a conseguir cabezas o interactuar con elementos del escenario (es muy entretenido buscar cosas en los decorados para hacer que se muevan), consiguiendo estrellas, apaleando enemigos o liberando almas. La verdad es que por lo general éste secundario no es de mucha utilidad y a veces estorba más que lo que ayuda. Sus características se quedan demasiado cortas y poco útiles, pudiéndose haber implementado un doble salto para llegar a los lugares donde el secundario llega y haberse ahorrado el punto molesto en pantalla.
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Pero en realidad donde la cosa mejora un poco (tampoco demasiado) es en el cooperativo, ya que el segundo jugador se encargará de manejar al personaje secundario, ayudando al primer jugador que lleva a Kutaro. Hay que decir que este segundo personaje aún y siendo controlado por otro jugador se queda escaso, sus funciones siguen siendo prácticamente las mismas y el aburrimiento puede llegar a apoderarse de este segundo jugador por una falta de cosas que hacer en el juego y monotonía. Hubiera estado bien el poder elegir a otro personaje con el que plataformear o el personaje secundario volador intercambiando, como por ejemplo vemos en el reciente Rayman Legends, quien ejecuta este aspecto con mayor acierto.
Lo que en cooperativo es demasiado fácil de manejar con dos jugadores, para un jugador la cosa se vuelve más complicada, teniendo que manejar a ambos con los sticks de un mando. El control parece al principio más de lo que realmente es y nos acostumbraremos rápido a manejarlo con soltura. Otra de las cosas interesantes en Puppeteer, es el protagonismo y versatilidad que se le ha dado a las tijeras mágicas. Permitirán a Kutaro poder mantenerse en el aire o recorrer largas distancias mientras estén cortando algo del decorado, bien sean hojas, hilos, tela o cualquier otro material que se pueda recortar. Esto es útil para movernos en lugares donde las plataformas son inexistentes y hacen del juego algo original a la par que divertido (y en ocasiones complicado).
El poder recoger diferentes objetos con poderes en los escenarios y después aprender a utilizarlos y darle uso, recuerda poderosamente a la saga rolera Zelda, aunque poco tengan que ver entre si. Hablando de semejanzas, otro de los juegos que nos viene a la cabeza es Little Big Planet, tanto por los escenarios 2D llenos de elementos 3D como por el movimiento del personaje.
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Otro de los aspectos que hay que mencionar en este apartado son los enemigos. Su IA está bien, justa, sin pretensiones y sobretodo caben destacar los jefes finales. Tienen una buena cantidad de movimientos diferentes y aunque todos ellos se rigen por patrones fácilmente predecibles, nos sorprenderán más de una vez con movimientos inesperados, siendo por supuesto unos más sencillos de vencer que otros, sin una progresión aparente. La dificultad sí que tiene una curva correcta y no molesta al jugador en ningún momento, mezclando los momentos de tensión con otros más relajados para descansar. Lo de tirar el mando por rabia contenida se lo dejamos a otros.
Se abre el telón
Y aquí viene donde Puppeteer pone el broche de oro, en el apartado técnico. Gráficamente el videojuego es una delicia, los decorados son impresionantes y el movimiento, color y punto detallista en cada uno de ellos es admirable. Además hay muchos movimientos u objetos que parece que van a salir de la pantalla. El juego en pantallas 3D podría ganar muchísimo. Los modelados de los personajes son excelentes, se ha conseguido el aspecto de marioneta a la perfección, con unos diseños extravagantes dignos del mundo de fantasía en el que se desarrolla la historia.
Sin duda alguna, la medalla en este apartado se la llevan los efectos de luces y sombras junto a los fluidos movimientos de cámara, que consiguen una ambientación sensacional en todos y cada uno de los escenarios, así como en las animaciones que disfrutaremos cual niños pequeños. Los movimientos de los personajes son muy realistas (parecen auténticas marionetas) y los tiempos de carga entre niveles ni extremadamente largos ni muy cortos, un término medio aceptable.
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Por último, el apartado sonoro se lleva unos cuantos aplausos, tanto por la banda sonora totalmente orquestada que nos envuelve en la atmósfera épica y fantasiosa del juego, como por el fantástico doblaje en perfecto español que podremos disfrutar de principio a fin, empezando por el narrador y acabando por los personajes secundarios. Los diálogos quizá se quedan a veces algo fuera de lugar, pero en general son entretenidos y nos harán esbozar unas cuantas sonrisas, mientras modelan la personalidad de todos los personajes del juego.
Conclusión Puppeteer
Si habéis leído hasta aquí podéis comprender la magia que desprende Puppeteer, un videojuego de plataformas con una historia entretenida y más oscura de lo que puede parecer en un principio, llena de magia y fantasía. Se ha hecho un buen trabajo para innovar en las mecánicas de juego y se han conseguido cosas muy interesantes, ofreciendo al jugador un modo de juego fresco y entretenido, enfocado a todos los públicos y acaparando la atención de los completistas, dadas las múltiples cosas que podremos coleccionar. Se antoja algo corto, nos costará unas 13 horas completar la historia principal, pero después podremos pasar unas cuantas horas más buscando todos los objetos coleccionables y descubriendo las fases extra disponibles. Todo viene acompañado por unos gráficos preciosos y una banda sonora de muy buen gusto. Un juego que recomendamos a todo tipo de jugadores que dispongan de una PS3 sean o no asiduos al género, pero haciendo especial mención a los amantes de las plataformas que quieran disfrutar del juego solos o en compañía.
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