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Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Publicado el 25 septiembre 2017 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Lanzado originalmente para PlayStation 2, el primer juego de la franquicia Yakuza se convirtió rápidamente en un éxito en Japón. Aquí tardaría en llegar, como es habitual con esta saga, y para cuando estuvo a la venta, su popularidad era mucho más discreta de lo que es actualmente. Por esto, mucha gente se quedó sin jugarlo en su día.

Con esto en mente, desde el Yakuza Team se propusieron traer de vuelta aquel primer juego. Sin embargo, en lugar de hacerlo mediante una remasterización, o una versión HD, tuvieron la feliz idea de embarcarse en la realización de un remake entero, desde un apartado gráfico nuevo a un nuevo reparto de actores de doblaje, entre muchas otras novedades. De esta manera, podrían disfrutarlo tanto los que jugaron al original, como los neófitos. Una decisión, que como veremos, ha resultado ser muy acertada.

2005, UN AÑO CONVULSO PARA EL CLAN TOJO

Cuando el juego comienza, corre el año 1995, y nuestro protagonista Kiryu Kazuma ostenta una buena posición entre las familias de los yakuza. Es un hombre respetado, y está a punto de conseguir ser el líder de su propia familia. Pero, tras una serie de sucesos terribles, acaba autoinculpándose del asesinato del jefe de la familia Dojima para salvar a su mejor amigo Nishikiyama y su gran amor Yumi.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Tras una década en la cárcel, cuándo Kiryu regresa a Kamurocho, el territorio del clan, descubre que las cosas están lejos de estar tranquilas, y que el clan mafioso está sufriendo una auténtica crisis con el asesinato de uno de sus principales líderes y la desaparición de 100 millones de dólares. Por si fuera poco, Yumi también está en paradero desconocido, y Kyriu se ve obligado a ocuparse de Haruka, una niña huérfana cuya tía también se llama Yumi.

Si fuisteis de aquellos que llegaron a jugar el primer juego, no os habrá costado reconocer que la historia es la misma que en aquel —algo lógico por otra parte—, pero desde el estudio han incluido también algunas secuencias extras que van a redondear el que ya de por sí era un guión de temática criminal estupendo. Una trama, que como es habitual en la saga, es madura, seria y realista. Sin embargo, y como siempre, el juego está en japonés con subtítulos en inglés.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Para Yakuza: Kiwami, como ya hemos dicho, se han introducido nuevas secuencias de vídeo que enlacen los hechos con la precuela que vimos hace unos meses, Yakuza 0. Pero también se han redoblado todos los diálogos con los actores de los que está haciendo uso la saga en las últimas entregas. 

GRAN VARIEDAD DE ACTIVIDADES

En Yakuza: Kiwami, como en cualquier otro juego de la franquicia, el argumento principal es solo un parte de lo que se puede hacer. De nuevo, entre objetivo y objetivo de la trama, tenemos tiempo libre para explorar el barrio de Kamurocho a nuestro libre albedrío.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Aquí podemos encontrar muchas y muy diferentes tareas opcionales por realizar. Por un lado las habituales misiones secundarias, que suelen activarse al hablar con determinados transeúntes, o presenciando sucesos que acontecen en plena calle al pasar por ella.  Todas ellas son pequeñas historias de muchos de los vecinos del barrio, y completarlas suele ofrecer algún tipo de recompensa.

Además de misiones opcionales, también existen múltiples establecimientos con todo tipo de mini-juegos. Entre estos encontramos las carreras de coches de radio control, antros de Mahjong, citas con chicas guapas en clubes, máquinas recreativas o una especie de juego de cartas coleccionables en el que luchan chicas vestidas de forma sexy y simulando ser insectos —sí, has leído bien—, entre otros.

Más allá de esto, el mapa también tiene diversos bares, supermercados y tiendas donde comprar suministros o comida para recuperar salud.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Al final, y como en entregas pasadas, el juego nos reta a completarlo al 100%, algo que lleva meses de vuestro tiempo, con el añadido de que en este remake, también hay actividades y misiones nuevas que no estaban presentes en el original.

EL DRAGÓN DE DOJIMA

El combate, es junto con el apartado gráfico, el que más se ha visto beneficiado en Yakuza: Kiwami, si lo comparamos con el juego original. Haciendo uso de los avances logrados en anteriores juegos de la serie, Kiryu cuenta con hasta cuatro estilos de combate diferentes.

Tres de ellos ya los vimos en Yakuza 0, son el estilo Brawler, centrado en golpes potentes, el estilo Rush está enfocado a realizar golpes muy rápidos y esquivas pero con menor fuerza, y el estilo Beast nos convierte en una máquina imparable que golpea con todos los objetos que haya a nuestro alrededor en ese momento sin necesidad de agarrarlos previamente.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

El último de los estilos de combate es el Dragon, y es bastante especial. Y lo es porque mientras los otros estilos de combate se mejoran mediante puntos de experiencia obtenidos por luchar contra los enemigos, los diversos movimientos del estilo Dragon están sólo pueden aprenderse a medida que luchemos contra Goro Majima.

De esta manera, se introduce una característica novedosa en Yakuza: Kiwami, apodada por su creadores <<Majima Everywhere>>, o lo que es lo mismo, Majima en todas partes. Y es que este secundario está obsesionado con Kiryu en este juego, y se dedica a pasear por Kamurocho, o directamente sorprendernos de forma inesperada para retarnos a una pelea. Combates, estos, especialmente duros, pero que al llevarlos a cabo van desbloqueando las diferentes habilidades del estilo Dragon.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

MÁS VISTOSO QUE NUNCA

En lo visual, es dónde Yakuza: Kiwami supone un salto abismal comparado con el Yakuza original de PlayStation 2. En doce años la tecnología ha avanzado muchísimo, y se nota, pues este es el apartado que más trabajado está.

Para empezar, el juego hace uso del mismo motor que ya pudimos ver en Yakuza 0 y que tan buenas sensaciones nos dejó. Salvo por las escenas de vídeo, que debido a su mayor carga gráfica y a su estilo más cinematográfico se mueven a 30 fps, el resto del juego tiene un rendimiento de 60 fps estables, a 1080p y sin ninguna incidencia gráfica, más allá de un poco de tearing en algunas zonas de Kamurocho. Simple y llanamente, el rendimiento del juego es impecable.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

Pero los cambios no se han reducido a una mejora visual. Como ya hemos dicho Yakuza: Kiwami es un remake construido desde cero, y eso se nota. Para empezar, el motor actual ha logrado que las pantallas de carga que había entre combates en el juego original desaparezcan por completo. El juego solo carga cuando cambiamos de escenario, pero nunca al empezar o finalizar un combate.

Además, mientras que en el pasado el primer Yakuza hacía uso de cámaras fijas al movernos por el mapa, en Yakuza: Kiwami, como ya viene sucediendo en la saga desde hace un tiempo, la cámara sigue al personaje y puede moverse libremente. Solo se utilizan las cámaras fijas al entrar en las tiendas u otro tipo de establecimientos.

Análisis: Yakuza: Kiwami – remake extremo

CONCLUSIÓN

Como ya sucedía con Yakuza o, Yakuza: Kiwami es otro estupendo exponente de por qué esta saga debería recibir más atención. Estamos ante un juego muy notable, por calidad y contenido, pero también estamos ante un ejemplo perfecto de lo que debería significar un remake. Traer de vuelta un juego del pasado y llamarlo remake debería implicar un desarrollo desde cero, un nuevo motor gráfico actualizado y más contenido. Yakuza: Kiwami es eso, y por ello resulta perfecto tanto para los que no lo jugaron en su día, como para los que si lo hicieron.

Historia - 90%
Gráficos - 85%
Sonido - 80%
Jugabilidad - 88%

86%

Como ya sucedía con Yakuza o, Yakuza: Kiwami es otro estupendo exponente de por qué esta saga debería recibir más atención. Estamos ante un juego muy notable, por calidad y contenido, pero también estamos ante un ejemplo perfecto de lo que debería significar un remake. Traer de vuelta un juego del pasado y llamarlo remake debería implicar un desarrollo desde cero, un nuevo motor gráfico actualizado y más contenido. Yakuza: Kiwami es eso, y por ello resulta perfecto tanto para los que no lo jugaron en su día, como para los que si lo hicieron.

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