Analizamos el piloto de Camelot

Sin acción, ritmo ni magia

Nota: 4
La cadena Starz, responsable de la serie Spartacus, lanza una de sus apuestas fuertes de la temporada: una nueva adaptación del archiconocido mito de Camelot. Sin duda, es una de las historias que más adaptaciones hemos visto, tanto para la pequeña como para la gran pantalla, desde el clásico Excalibur o la serie Merlín que se emite actualmente hasta la aceptable película de televisión protagonizada por Sam Neill.
¿Qué tal habrán adaptado la historia desde Starz? Descubre nuestras impresiones sobre  el piloto tras el salto.

En Camelot tenemos como puno de partida de la historia la venganza de la atractiva hechicera Morgana hacia su padrastro el Rey Uther. Con malas artes, conseguirá deshacerse del corrupto monarca para exigir el trono junto con uno de los mayores enemigos del Rey. En este momento, Merlín hace acto de presencia para que el monarca en su lecho de muerte reconozca el derecho al trono de su primogénito Arturo, hijo secreto que se encuentra oculto lejos de la corte. Es entonces cuando el mítico mago tendrá que correr contra el cronómetro para conseguir que el joven Arturo se alce como rey en detrimento de la vengativa Morgana.
Lo cierto es que el piloto comienza de forma interesante, sin embargo a medida que pasan los minutos nos damos cuenta de que todo había sido una ilusión debido a un guión desastroso. Para empezar, tenemos a Joseph Fiennes -al que todos recordamos por la decepcionante Flashfoward- como mago Merlín. A pesar del disfraz con una bola de billar por cabeza, por mucho que lo intente el hermano pequeño de Ralph Fiennes, no consigue darle ni la credibilidad ni el carisma que un personaje como Merlín requiere.
Pero la mayor debilidad de Camelot, es un guión precipitado que me recordó en cierta medida a la película de Ridley Scott El Reino de los Cielos en su versión recortada, por el mal desarrollo de los acontecimientos. En la nueva versión de Camelot, nos presentan a un Arturo jovencísimo y despreocupado, un campesino amante de las mujeres y de los placeres de la vida. Todo cambia tras la llegada de Merlín, que le hace ser consciente de su destino. Tan sólo cinco minutos bastan para que el futuro Rey Arturo acepte su destino como rey y abandone su vida como la ha conocido hasta entonces. Ahora solo quedará el camino hasta Camelot donde se encontrarán con Morgana en disputa del codiciado trono.
Lo que verdaderamente salva el piloto es el buen hacer de la actriz Eva Green como Morgana, a la que muchos recordaremos como la chica Bond de Casino Royal. El resto de los personajes dista mucho de mostrarse interesantes, así como el ya mencionado Merlín. En cuanto al joven Arturo, tenemos más de lo mismo, falto de total carisma. El guión se muestra demasiado acelerado, intentando resumir en un piloto demasiados acontecimientos, con una preocupante falta de ritmo e inexistencia total de acción.
La decepción de Camelot ha sido mayúscula, sobretodo porque muchos esperabamos tal vez algo diferente que se alejase un poco de las anteriores versiones de la historia de Camelot, al menos es lo que nos vendieron. En esta ocasión no sólo no lo hacen sino que encima lo hacen mal. Tal vez, Camelot no sea una serie del todo desechable -hasta que no termine la temporada no dictaremos sentencia definitiva- pero lo cierto es que se asemeja a una serie más al nivel de Robin Hood, que a la esperadísima Juego de Tronos.