Revista Cine

Analizamos la 2ª temporada de The Walking Dead

Publicado el 21 marzo 2012 por Lapalomitamecanica
Espectacular cierre para una temporada superior
Analizamos la 2ª temporada de The Walking Dead
Después de terminar la segunda temporada de The Walking Dead estoy seguro de que muchos de sus detractores se sienten por lo menos contrariados. No es ningún secreto que a la serie de la AMC se la ha acusado de ser lenta y aburrida sobre todo porque durante esta entrega  la trama se había quedado estancada en la granja. Sin embargo, como ya comentamos antes del parón navideño, los primeros capítulos crearon ese clímax tan necesario para que la resolución del “2x07 Pretty much dead already” fuera tan sobrecogedora y pillase a más de uno desprevenido. Una vez se pisó el acelerador, la serie ha seguido la tónica con un final de temporada espectacular y con un protagonismo casi absoluto para Shane Walsh.
El análisis completo, tras el salto.
Como ya comentamos, la revelación de la muerte de Sophia fue un duro golpe para el grupo. Creían que la granja representaba ese oasis en el desierto que todos anhelan, sin embargo, una vez más todo resultó un espejismo como demostró el preámbulo del “2x13 Beside de Dying Fire”, en el que muestran como el azar es el principal responsable de traer a los zombies hasta allí. La granja representa el punto de inflexión de la serie, la escenificación del "hasta dónde llegar" con el fin de sobrevivir y proteger a los tuyos, y el fin de intentar salvaguardar el mundo racional que hasta la fecha queríamos para nuestros hijos.
Analizamos la 2ª temporada de The Walking Dead
La segunda parte de esta temporada ha venido cargada con mayores dosis de tensión, ya que si la primera parte se centraba en la búsqueda de una forma de vida en la que la muerte no acechase en cualquier esquina, los últimos seis capítulos no han hecho sino dar respuesta a dicha pregunta. Porque por fin son conscientes de que los caminantes solo son uno más de sus problemas, y es que ya lo decía el personaje de Christopher Eccleston en la sensacional 28 días después cuando afirmaba que con zombies o sin ellos el mundo no ha cambiado porque seguimos tratándonos de matarnos los unos a los otros. Una atmósfera que hasta entonces The Walking Dead todavía no había preconcebido  y es que la naturaleza del ser humano en un mundo anárquico tiene un arraigo alejado de la bondad y las buenas maneras con las que somos criados. Ya lo vimos en The Road o El Señor de las Moscas y seguramente lo seguiremos viendo en la tercera temporada de The Walking Dead. Por ello, la supervivencia será aún más cara y traerá consigo actos poco heroicos lejos de cualquier moralina que el viejo Dale pudiera soportar.
Esta segunda temporada ha rondado sobre como unas personas decentes pueden vivir en tiempos aciagos manteniendo la pulcritud. Shane lo tenía claro, y tal vez Dale tuviera razón cuando afirmaba que este mundo esta hecho para hombres como él, en el que solo viven los que tienen pudor para mancharse las manos. Finalmente Rick ha acabado por entenderlo, el recto Sheriff ha necesitado que le lleven al límite de su liderazgo para comprender cuan difícil es el peso del mando, sobre todo cuando todo se viene abajo y muchos no dudan en dilapidarte en el loco afán de busca de culpables.
Analizamos la 2ª temporada de The Walking Dead
Pero como ya comentábamos, esta temporada ha estado absolutamente eclipsada por la evolución de Shane con un esforzado (hay debate sobre el resultado, pero el tipo lo intenta)  Jon Bernthal. Shane ha dejado demostrado ser un superviviente nato, capaz de tomar decisiones que nadie quiere tomar e intentando salvaguardar la poco decencia que aún les queden hasta que la soga les apriete el cuello. El precio de la supervivencia es posiblemente una ralla que no quieran todos traspasar, ni siquiera el propio Rick, pero una vez muerto Dale, que es  quién intentaba sostener la pizca de razón humana en un mundo de caos y con la muerte de Shane a manos de un Rick que por fin sabe cual es la consigna del liderazgo, no cabe duda que el tiempo de la cordura ha terminado. Y no nos equivoquemos, con Shane a bordo estaban más seguros.
La temporada finalizó dejando atrás la devastada granja y llevándose consigo a unos cuantos personajes por el camino. Una de las facetas en las que The Walking Dead debiera solventar urgentemente es la carencia de carisma en algunos de sus personajes ya que con la muerte de Shane será absolutamente necesario alguien más que pueda sostener el interés del espectador dinamitando la serie.  Personajes como T-Dog o la madre de la pequeña Shopia, carecen de interés alguno, mientras que otros como la mujer (¿Alguién entiende su última reacción?) o el hijo (que además tiene el don de la ubicuidad) de Rick comienzan a ser algo insoportables, por no hablar del resto de familiares de la granja que simplemente han servido de carnaza para la legión caminante sin que los guionistas les hayan dedicado un solo minuto a dibujar a unos personajes que han pululado como sombras durante la segunda temporada. No obstante, por fin tuvimos respuesta a lo que el Doctor Jenner acabó susurrando a Rick en el preludio de su muerte y pudimos conocer a Michonne, uno de los personajes más reclamados por los fans de la novela gráfica y con una de esas entradas en pantalla que serán recordadas con los años.

Analizamos la 2ª temporada de The Walking Dead
The Walkind Dead, a pesar de contar en su final con una alucinante audiencia de nueve millones de personas (recordar que la AMC es una cadena de pago), sigue teniendo una considerable legión de detractores. Desde aquí, me reafirmo en que en ocasiones puede pecar de lenta, pero es que no podemos exigir que una serie de zombis pueda seguir el ritmo de un cómic y ni mucho menos que existan carnicerías cada vez que Lidia Lozano hace el ridículo en la televisión (es decir, siempre). Lo que ha conseguido The Walking Dead es crear un clímax cada vez más entonado hacia la deshumanización en un camino que no podría tener un futuro más brillante por delante. Eso sí, en octubre.

Volver a la Portada de Logo Paperblog