Revista Ilustración

And justice for all

Por Davidrefoyo @drefoyo
AND JUSTICE FOR ALL
¿Acaso alguien creía que la justicia española archivaría las causas contra Garzón? ¿Alguien en su sano juicio guardaba la más mínima esperanza de que eso ocurriera? Revisando las reacciones en las redes sociales uno piensa que esta indignación ha sido motivada por una sorpresa extrema. Mayúscula. A decir verdad, no ha habido sorpresas, Garzón estaba imputado por tres causas diferentes que se juzgaban a la vez. Es la primera vez que la justicia española actúa con una celeridad tan asombrosa, sin retraso y con una eficacia digna de cualquier estudio para la mejora de la competitividad pública. Y es que Garzón estaba atrapado. Por un lado, aceptó dinero del Banco Santader para patrocinar un curso en New York, por otro, investigó los crímenes contra la humanidad ocurridos durante la posguerra española y, por último, destapó cómo funciona el poder en España: redes clientelares, empresas que absorben dinero público para beneficio propio y para colaborar en el enaltecimiento de megalómanos políticos. El caso Gurtel, como se conocía, afectaba a las redes de financiación del PP en Valencia, Madrid, Castilla y León y Baleares, entre otros lugares de interés. Sin embargo, las prácticas que este partido pueda tener en esas regiones son iguales o muy parecidas a las que ha tejido el PSOE en sus cortijos particulares. La democracia española, pendiente de un reset desde el inicio de los tiempos, desde que nos colaron la Transición como el ejemplo de mayor prosperidad social ocurrido nunca en el mundo, se ha repartido en dos partidos, dos cabezas, con las que entretener al público. Garzón estaba condenado de antemano por el Partido Popular, sí, pero no ha recibido un apoyo real del PSOE como se podía esperar. Entretanto, entre todos lo mataron y él solito se murió. No es que haya que defender a Garzón porque puede haber cometido delitos o errores, sí, pero la justicia española apesta. Cualquiera que mire el telediario con cierta inocencia, saldrá escaldado. Próxima entrega: el caso Urdangarín. ¿Aportamos? Luego no me vengan sorprendiéndose como hoy.

Volver a la Portada de Logo Paperblog