Andra Mari (again), pero en familia

Da gusto volver a ver caras conocidas, entrar en una casa con 50 años de historia como es Andra Mari, y que te saluden por tu nombre. El real, me refiero. Hace unas semanas mi madre reservó en el restaurante de Galdakao, para celebrar su cumpleaños, que mi hermano venía de visita, y que nos apetecía (repetir) Andra Mari. 
Desde que mis padres descubrieron eso de los menú degustación se han hecho fans, y apenas miran la carta, y la verdad que es un puntazo poder disfrutar de varios platos de la carta por un buen precio. Pues nada, que aprovecho además, que el pasado día de la madre no le dediqué unas palabritas a mi querida madre, para decirle que es la más mejor madre del mundo, y que seguiré siendo su "pegatina" todos los días del año. ¡Que a pesada no me gana nadie! 
Para empezar, pedimos unas copas de txakolí, por eso de brindar por la madre, por su cumple, y por que estábamos los cuatro juntos. Y en esto que estábamos en plena carcajada cuando aparece el primer entrante: un taco de foie, delicioso, que con el pan de brioche, le daba un toque dulce, adictivo.  La foto está borrosa, con los nervios no enfoqué bien la cámara, y nada, salió el puturrú ese...

Arranca muy muy bien: foie caramelizado de Andra Mari

¡Qué ganas tenía yo de probar este plato! Resulta que unos días antes, Zurine estuvo en el programa de David de Jorge "Robinfood", presentando entre otros, un plato maravilloso, "setas, patata y ravioli de huevo", vamos que con esos tres ingredientes, nada malo podía salir. Unos hongos con ese sabor a monte; crema de patata ligera, y una especie de tarta de patata crujiente, coronado todo por una yema de huevo crujiente. PROBADLO, y luego, lloráis de emoción.

Patatas + hongos + huevo 

El último de los entrantes, y el que a simple vista menos me atraía, no soy muy amiga de los arroces, no sé, debo ser muy del norte, y sin gen Valenciano, que se llevó íntegramente mi hermano. El caso es que  cuando las chicas que nos atendían en el comedor, vinieron con los platos humeantes, y percibí ese olor a caza, no me quedó duda de que me iba a encantar: trozos de liebre, y hongos con ese arroz que tenía concentrado en sí, todos esos sabores. Una maravilla, quizás para mí, demasiada ración, viendo lo que venía después.

Arroz cremoso de liebre

Se supone que en los menús degustación, te ponen media ración de pescado, y media de carne. Bueno, en Andra Mari, es que las raciones son muy de Bilbao, a pesar de estar en Galdakao, vamos que Zurine además de ser una gran chef, no deja que nos vayamos con hambre. El pescado, bacalao, en dos de las recetas más tradicionales, una sabrosa salsa vizcaína, y un cremoso pilpil que nos comimos en silencio, disfrutando la ración. Fíjate que hasta me comí la piel (aquí, seguro que Zurine se rie, entre ella y Josemi me han convencido para que no lo deje en el plato, siempre aprendiendo a comer de la mano de los grandes!)

Bacalao pilpil y bacalao bizkaina

Momentazo del día, cuando llega una de las chicas que nos atendían (encantadoras por cierto), y me pregunta, de parte de Zurine, que si soy Blackie (en realidad dijo mi nombre real). Mis padres con una cara de susto, que era para hacerles una foto... "¿¿Y te conoce la chef?? Estoy alucinando" Mi padre flipaba mientras no dejaba de comer el cochinillo que nos habían servido. 

Cochinillo confitado con crema de castañas y tartar de piña

Casi no pudimos terminar el cochinillo, pero de repente el estómago de los postres hizo su aparición: aún quedaba sitio. Ahora que veo la foto, no es muy estético que se diga, pero os juro que en su momento, ni nos percatamos de ello, sólo veíamos chocolate, helado de nueces e itxaursaltza, vamos que no quedó ni rastro, un postre que parece sencillo, y que nos supo a maravilla con nueces. 

Otz bero de helado de nueces, intxaursaltza y chocolate caliente

RESTAURANTE ANDRA MARI
www.andra-mari.com
Barrio Elexalde, 22. Galdakao.
Siempre que he comido/cenado en Andra Mari, he salido encantada. La unica pega que vi en su momento, fue el que se vendiesen sus menús a través de las ofertas esas de descuento, que sinceramente no me parecen mas que un engaño para clientes y una ruina para hosteleros (hablo de mi caso particular, con mi cena en este restaurante). Por el contrario, me parece que sus propios menús degustación se adaptan a bolsillos y gustos, como fue nuestro caso, el menú "tradicional Elexalde" en el cual los cuatro estábamos de acuerdo (que por cierto, ha cambiado respecto al que comí yo).
La atención es maravillosa, cuidan los detalles y cuidan al cliente desde que entras en su "casa", empezando por Roberto, que me reconoció de la "dark dinner" en la que estuve invitada; las responsables de sala, que te atienden con paciencia y una sonrisa; hasta Zurine Garcia y su equipo de cocina, que aunque no les ves, (bueno yo si), te imaginas sus caritas de satisfacción al terminar el servicio y ver que no entra del comedor ni un plato en la cocina con comida. 
Fue un placer poder saludar a Zurine a nuestra salida, que mis padres le pusieran cara, que mi padre comentase con ella cómo le había gustado el pilpil y que él cocina mucho (bueno, esto lo conté yo, #amordehija); cómo mi madre le decía que en la masterclass que estuvo, no pudo verla a ella y por eso tenía ganas de probar su cocina, y cómo mi hermano salió encantado de una comida tan amena. 
"Oye, qué jovencita es esta chica, ¿no?" mi padre es un #crack. 
PD: ¡felicidades mami! ;)
Menú degustación, cafés, Iva, agua, txakolis y vinos varios (por copas) no llegó a 47€ por persona.