Revista Infancia

Anécdotas nocturnas

Por Viviendo Con Peques @ViviendoCpeques

¿Alguna vez habéis cronometrado lo que os cuesta presentaros en la habitación de vuestro hijo cuando llora o grita a mitad de noche?da igual lo lejos que esté, en menos de 2 segundos pasas de estar soñando plácidamente a tener al peque en brazos. Yo creo que debería ser un nuevo deporte olímpico, la velocidad que puede llegar a tener un padre o madre en llegar a su pequeño cuando este está en apuros.

Al igual que deberían serlo todos los malabares que hacemos al salir de su habitación cuando conseguimos que se quede tranquilo y dormidito…no se puede ser más silencioso y cuidadoso, me recuerda a esas pelis en las que los ladrones tienen que evitar un montón de infrarrojos para que no salte la alarma cuando están a punto de robar algo, me pregunto si entrenarán en una habitación llena de niños recién dormiditos, de esos que se despiertan al mínimo ruido (como el mio la mayoría de las veces) .

Son tantas las anécdotas nocturnas que vivimos con estos peques…Y por cierto si duermen de tirón toda la noche no os hagáis ilusiones, llegará un momento en que se fastidie y por un motivo u otro vuelvan los despertares. Por experiencia propia, después de más de un año de tranquilas noches Álvaro lleva unos meses que ha decidido hacérnoslas más divertidas y nos toca visitar su habitación unas cuantas veces; eso sí, la cosa cambia, ya no tienes que correr tanto por oírlo llorar.

Cuando son más mayores de repente en sueños escuchas “mamáaaaa” y cuando no sabes si te está llamando desde la playa maravillosa con la que sueñas o desde su cama…abres los ojos y ves la cruda realidad…lo hace desde su cama, y además te das una gran alegría al ver que sólo te queda una hora para que te suene el reloj. Por el camino solemos acordarnos de toda nuestra familia, nos imaginamos que habrá algún papi más despierto a esas horas (por eso de mal de muchos consuelo de tontos) y una vez allí, entre cabezada y cabezada se lo perdonamos todo, y es que aún así los queremos más que a nada en el mundo.

Como decíamos el otro día en el curso de disciplina positiva, el que decía eso de “he dormido como un bebe” seguro que no tenía niños cerca…

¡Buenas noches y dulces sueños!


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