Revista Salud y Bienestar

Anemia: 'La epidemia de la época'

Por Salutis @MariaSalutis
Anemia: 'La epidemia de la época'
La anemia, a pesar de la sobre alimentación existente en nuestra sociedad avanzada, afecta cada vez a más gente. El hecho de alimentarse más de la cuenta o con los alimentos equivocados, la contaminación, el sedentarismo, generan desequilibrio en muchos órganos que son los que deberían actuar permitiendo que los nutrientes se absorbieran bien y que se eliminaran las toxinas. Los síntomas de la anemia se expresan en cansancio, palidez en el rostro, desinterés, bostezos continuados, hipersensibilidad, mareos y fatiga, entre los más comunes. El desorden de vida añadido dónde se funciona a partir del estrés, la inseguridad, contribuye a llevar un estilo de vida que favorece el sentimiento de fatiga y debilidad. Tanta tensión y sobre carga pasan factura al cuerpo y a la mente; más aún en las mujeres en las que se añade la pérdida de sangre menstrual. Tanto hombres como mujeres nos encontramos en muchas ocasiones el plano del "pensar, el deber, el tener que…" generando más estrés en detrimento de nuestras funciones vitales. Vivimos en una sociedad de “seres pensantes sin descanso” que les cuesta relajarse y tanto pensamiento mecánico ha ido en detrimento de lo amoroso, lo sensitivo y lo sensual. ¿Cómo puedo reducir esta sobrecarga para facilitar el buen funcionamiento de mi circulación? ¿Cómo puedo aumentar la absorción de los nutrientes?         §El primer paso sería observar la alimentación, rebajando las grasas animales, los azúcares, los productos químicos y el exceso de harinas y  sal. Incorporar alimentos con hierro y vitamina C (para fijar el hierro) acido fólico y vitamina B12 a nuestras comidas.           §  En lo que respecta a la actividad física, el ejercicio adecuado activa la calidad de la circulación y oxigenación de la sangre y ayudar a sentir menos fatiga.

       §pero también hay que observarse desde la mente, y comprender que nuestra forma de pensar, “estar baj@”, “falto de energía”, “débil” puede llegar a generar una excesiva auto-identificación con nuestra debilidad y generar más desequilibrio emocional. 
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