Angry Birds Epic: nueva adicción móvil

Reconozco que me equivoqué. Tras leer algunas de las supuestas manifestaciones del presidente de Rovio, Peter Vesterbacka, en las que afirmaba que sus cabreados pajaritos les iban a convertir en una compañía más grande que Disney, pensé que se les había subido la fama demasiado pronto a la cabeza. Al fin y al cabo, aunque su videojuego estrella y el merchandising relacionado estaban teniendo un éxito brutal, también empezaban a dar síntomas de agotamiento. De hecho, los juegos que iban sacando eran todo refritos de la misma idea, cambiando únicamente algunas mecánicas y adaptándolos a las franquicias que utilizaban para conseguir más audiencia, como por ejemplo la de Star Wars.
Poco después, sorprendieron con "Angry birds Go!", un juego de carreras, con clara inspiración (por no decir imitación) del "Mario Kart", que aunque no estaba mal, tampoco era una novedad demasiado llamativa y no aportaba prácticamente nada. De hecho, en mi caso, siguió un camino muy parecido al del resto de sus "hermanos", jugué un poco con él al principio para después hacerlo de manera ocasional y, finalmente, tras estar un tiempo sin siquiera cargarlo, borrarlo.
 Descubrí este nuevo videojuego hace un par de días, gracias a Isa, que se lo había descargado al verlo en la App Store. Epic es un juego de combate con turnos, cuya historia y objetivos son idénticos al del resto de la saga de los pájaros mosqueados: unos cerdos de una dudosa coloración verde roban los huevos de los protagonistas, con la maligna y culinaria intención de comérselos fritos o váyase usted a saber; nuestra misión, pues, será clara, matar a todos cuantos podamos y se interpongan en nuestro camino para recuperarlos. Qué bonita lección del uso de la sangre y el dolor para alcanzar nuestros fines.
Pero en esta ocasión, no nos lanzaremos con un tirachinas gigante para abatirlos o derrumbar sus defensas, sino que lucharemos con ellos a magia y espada, en combate por turnos. La mecánica del juego imita a algunos juegos roleros, en los que manejas de uno en uno a tus personajes, los cuales disponen de distintas habilidades, tanto ofensivas como defensivas, para derrotar a nuestros porcinos enemigos, los cuales también cuentan con sus propias capacidades. Por el camino, nuestros pájaros subirán de nivel y podrás equiparlos con nuevas armas y utensilios que los harán más poderosos, cosa necesaria ya que nuestros rivales también serán más y más duros.

Este espíritu RPG (friki rolero, vamos) le sienta, a mi modo de ver, muy bien a la saga o al menos consigue renovarla y hacerla más interesante. El mundo creado hasta el momento por los chicos de Rovio es muy extenso y promete unas cuantas horas de juego. En cuanto a su mecánica, cuentas con cinco clases de personaje, cada una con sus propias habilidades y dentro de ellas sus propias subclases, lo cual hace que puedas personalizar muchísimo a tu grupo de combate y adaptarlo a cada enfrentamiento.
Aunque la aplicación es totalmente gratuita, en el juego podrás, como es habitual, realizar micropagos (que a veces no son tan micro) para conseguir ventajas en tu partida y para acelerar un poco las cosas si no quieres avanzar al ritmo que te impone. Lo cierto es que la curva de aprendizaje está bastante bien ajustada y lo más complicado, si no tienes experiencia en este tipo de juego de combate por turnos, es aprender a fabricarte el equipo y la preparación de la estrategia a seguir para cada pelea. Cuando se consigue dominar estas facetas, la adicción está asegurada. Hay que tener en cuenta, además, que los combates no duran demasiado, con lo que puedes jugar una partida en casi cualquier momento, cosa bastante importante cuando quieres pasar un rato con el móvil.
¿Qué hacéis todavía leyendo? ¿Qué estáis esperando a descargaros la aplicación? Aunque este tipo de diversión no os atraiga nada de nada, pensad que también ayuda para conseguir ciertos bonus tener amigos de Facebook que jueguen a Epic, con lo que ya estáis tardando en darle una oportunidad y conectaros a vuestra cuenta en la red social, para echarme una manita de vez en cuando. Venga, hombre, que os estoy esperando.