Revista Cultura y Ocio

Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022.

Publicado el 06 octubre 2022 por Juancarlos53
Premio Nobel de Literatura 2022
Hoy he sido gratamente sorprendido con la noticia de la concesión del Premio Nobel de Literatura 2022 a la francesa Annie Ernaux. El jurado sueco ha justificado su decisión en 
«la valentía y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal»

Mi homenaje particular consiste hoy en reproducir la reseña que en marzo de 2020 hice de "Pura pasión". Gracias a esa lectura conocí a esta escritora y comencé a saber más de ella. Leí El acontecimiento en el que narra su propio aborto y luego vi la adaptación cinematográfica que de la misma hizo la francesa de origen libanés Audrey Diwan en 2021 que se alzó con el León de Oro n el Festival de Venecia de ese mismo año. 
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 "Pura pasión" de Annie Ernaux

“Naturalmente, no siento ninguna vergüenza por anotar este tipo de cosas, debido al lapso que media entre el momento en que se escriben, cuando soy la única que las ve, y el momento en que la gente las leerá y que, me da la impresión, no llegará jamás” (Annie Ernaux: Pura pasión)
Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022.El adulterio de Irene Wagner de Stefan Zweig en la Viena de 1913 [me refiero a la novela Miedo del escritor austriaco que reseñé en marzo de 2020] me ha llevado a recordar una lectura anterior sobre una relación amorosa bien distinta situada en un momento mucho más cercano a nuestro hoy. Se trata de una más que interesante confesión íntima de una mujer madura y con hijos víctima de una pasión irresistible por un hombre de un país del este también casado y al que lo que le une esencialmente es la relación erótica y sexual. El mundo interior de esta mujer cuando espera la llegada de A (así lo llama) a la habitación de hotel donde se han citado es de una sinceridad como pocas veces he visto por escrito. La mujer, posiblemente -mejor debiera decir, seguramente- la propia Annie Ernaux, madre de dos hijos que estudian ya en la Universidad y han dejado la casa familiar, escritora y profesora de literatura en la Universidad, se desnuda metafóricamente ante nosotros los lectores. Pocas veces he leído una confesión autobiográfica de tal calibre.
Annie Ernaux -leo en la nota biográfica que sigue a esta pequeña obrita de sólo 88 páginas- dejó la ficción para abordar la confesión autobiográfica tras dos o tres éxitos en el campo de la novela. El autobiografismo, el memorialismo, la autoconfesión, es un género de no ficción que comenzó a cultivarse por muchos autores a partir de los años 80 del siglo pasado. La novela que acabo de leer es del año 1992 y se une a otros títulos autobiográficos de la escritora: “El lugar” (1983) y “La vergüenza” (1997) en los que cuenta el ascenso social de sus padres; “Ce qu’íls disent ou rien” (1977) sobre su adolescencia; “La mujer helada” (1981) sobre su matrimonio; “El acontecimiento” (2000) en el que relata su aborto; “No he salido de mi noche” (1997) sobre la enfermedad de Alzheimer padecida por su madre; “Una mujer” (1987) en el que cuenta la muerte de su madre por cáncer de mama; y otros títulos [los años de publicación se refieren al momento de su aparición en Francia. En España se publicaron mucho más tarde]
En "Pura pasión" nos encontramos en 1989, momento en que ella se siente fuertemente atraída por un hombre. La atracción les llevará de inmediato a mantener relaciones sexuales. Para ella, una mujer sola pero madre de dos hijos ya con vida independiente, este hombre se convierte en una permanente obsesión. Comienza así ella a entender a cuantas mujeres del pasado o personajes literarios vivieron ávidamente inmersos en una pasión semejante. La obsesión por A (como lo designa en el escrito que finalmente ha decidido hacer sobre su experiencia) la ha tenido ausente del mundo real. Durante unos meses vivía pendiente del teléfono, de sus llamadas, se compraba vestidos y lencería para que él la viera guapa, cuando ella contemplaba en TV una película romántica pensaba si él estaría viendo la misma, durante sus encuentros clandestinos el tiempo para ella desaparecía y sólo existía el presente del placer que ambos se proporcionaban...
Van pasando los días, las semanas y aunque en la cabeza de ella la obsesión permanece intacta, A no ha vuelto a llamarla, ha desaparecido. Ella no quiere acudir en París a ciertos actos no vaya a ser que A junto a su esposa esté allí; aunque racionalmente no le preocupa, sin embargo emocionalmente no soporta imaginarlo haciéndole el amor a otra mujer, ni siquiera a su esposa; al tiempo que se va habituando a su desaparición, sin embargo desea irracionalmente rebobinar el tiempo vivido y para ello acude a lugares -Florencia o Venecia- donde estuvo justo antes de conocerlo o a donde ambos acudieron juntos... A veces el viaje sólo se lo justifica ante sí misma por el mero hecho de retornar y mostrarse engañosamente a sí misma que él no le importa tanto.
Es de gran interés ver cómo esta mujer culta, preparada, profesora universitaria, escritora, que disfruta de lecturas y películas como algunas que cita en el relato (“La mujer de al lado” de François Truffaut, “Loulou” de Pialat, “Demasiado bella para ti” de Blier, “El imperio de los sentidos” de Oshima, o “Lo que el viento se llevó” del director Víctor Fleming) ha podido quedar atrapada en una relación con un hombre hermoso pero que poco o nada lee y que más que ver películas eróticas o románticas como ella gusta de practicar sexo y poco más. Ella misma es consciente de ello y lo viene a justificar no por una diferencia de clase social sino de procedencia geográfica.
Cuando él se ausenta sin previo aviso durante casi un año ella se pone a escribir sobre esta vivencia sin romanticismos ñoños ni engaños personales: 
    • "Yo estaba segura de que jamás había habido en mi vida nada más importante ni tener hijos, ni aprobar oposiciones, ni viajar lejos que eso, estar en la cama con este hombre a media tarde."
    • "Yo tenía el privilegio de vivir desde el inicio, constantemente, con plena conciencia, lo que siempre acaba por descubrirse con asombro y perplejidad: el hombre al que se ama es un extraño."
Novela autobiográficaPor otra parte en esta novelita Annie Ernaux, profesora de literatura, no lo olvidemos, realiza no pocas reflexiones metaliterarias sobre lo que está escribiendo y como lo está escribiendo. Así mientras A está ausente sin dar noticia alguna pero ella está en plena fase enfermiza de dependencia amatoria el tiempo verbal que utiliza es el pretérito imperfecto para marcar así lo inacabado de aquello que relata: "El pretérito imperfecto que he utilizado de manera espontánea desde las primeras líneas corresponde a un tiempo que yo no deseaba que acabara, el de 'en aquel entonces la vida era más hermosa', el de una repetición eterna.". Sin embargo cuando ya comienza a tomar conciencia del final cercano de esa relación, ciertamente tóxica para ella, el tiempo verbal se muda en presente de indicativo: "Paso del pretérito imperfecto, el era -¿pero desde cuándo?-, al presente -¿pero desde cuándo?- por falta de una solución mejor"
Por último también Annie Ernaux viene a confesar en un momento de esta novela de no ficción el motivo que la lleva a tomar la pluma. Me pregunto si no escribo para saber si los demás no han hecho o experimentado cosas idénticas, o al contrario, para que les parezca normal experimentarlas. O sea, escribir es para ella una manera de conocimiento tanto personal como para aquellos que la lean. Sería algo así como una mezcla de la literatura del conocimiento y de la literatura de la experiencia válido para los dos extremos de la comunicación literaria: el autor y el lector.
En definitiva, como también viene a decirnos en un momento dado, ella no está escribiendo un libro sobre A ni tampoco sobre sí misma, sino sobre lo que las vivencias tenidas con él le han supuesto.
El me había dicho: «No escribas un libro sobre mí». Pero no he escrito un libro sobre él, ni siquiera sobre mí. Me he limitado a expresar con palabras —que sin duda él no leerá, ni le están dirigidas— lo que su existencia, por sí sola, me ha dado.
Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022.

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