Añoranza

Es triste ver y extremadamente duro aceptar como nuestra Cuba se ha quedado ahí, envejeciendo, caducando, deteriorándose. Hay tanto que se ha quedado obsoleto y anticuado, tantas cosas que un día prometieron ser maravillosas hoy son cadenas que nos atan impidiéndonos avanzar, y esos kilómetros que no hemos podido recorrer, son ya incontables. Pero lo que más me acongoja y aflige es todo lo que hemos perdido, principios, valores, calidad profesional, aspiraciones, orgullo propio………. Perdimos tantas cosas atados a esas cadenas, que de alguna forma nuestros deseos de liberarnos se rindieron, y con el desánimo y la pérdida de fuerzas se terminaron extinguiendo todas esas cualidades que antes nos identificaban y que desafortunadamente ya no tenemos.

Nuestra Isla, nuestra nación, nuestra tierra, ese lugar que nos pertenece, donde viven nuestros recuerdos, donde está nuestra infancia, el principio de nuestras vidas, ahora está gris, está opaca, está empañada, está pálida y marchita, está seca y áspera como campos abandonados, sin riego, sin abono, sin cuidados y sin pastor que mime su tierra, que con entrega y deseos de recoger una nueva cosecha la mantenga fértil y saludable durante cada día.

Ay mi tierra linda y añorada, qué te hicieron, qué te hicimos, qué nos pasó, como me gustaría verte otra vez sonreír. Las interrogantes son:

¿Te hemos abandonado en manos de tus verdugos y hemos huido cuando debimos permanecer?

¿Podrás recuperarte o estás tan transformada y debilitada que prefieres permanecer en tu atadura?

Anónimo.