"Que si tenéis un mechero chavales"
"... y por eso voté a Podemos, Paul"
Un científico megalómano está desarrollando una tecnología que permite encoger cosas y personas a tamaño de insectos, aprovechando los estudios de otro científico, Hank Pym, que no estaba seguro de que la tecnología cayera en buenas manos y la ocultó.El propio Pym buscará a un tipo que le ayude en su propósito y para ello lo reducirá al tamaño de una hormiga, pero con una fuerza y una velocidad descomunal. Scott, que así se llama es un ladrón de buen corazón que pasa por problemas económicos.
Encaré esta película sin mucha esperanza. Había algo que no me sonaba demasiado bien. La idea de un superhéroe de medio centímetro de alto no me inspiraba mucha confianza que digamos. Yo pensaba: ¿Cuál es su superpoder, arruinar picnics? ¿Cargar con cáscaras de pipas?.
La fiebre del running le ha dado hasta a las hormigas
Pero me encontré con una película de lo más entretenida, con acción bien llevada, un guión ingenioso con algo más que un tipo enfundándose un traje de cuero y salvando al mundo, con toques de humor chorra y bastante llevadera pese a sus dos horas de duración.Los actores, con Paul Rudd -uno de los actores de moda en Hollywood- están correctos en su papel, incluidos Michael Douglas y Evangeline Lilly (aunque ella me sigue sin convencer). Corey Stoll hace un buen villano y los secundarios son divertidos.
La cinta no tiene elevadas aspiraciones metafísicas ni filosóficas, ni lo pretende tampoco, uno encuentra lo que este género de películas puede ofrecer: entretenimiento sin complicaciones muy efectivo. Y lo consigue holgadamente.