Revista Cultura y Ocio

Antibióticos: Pueden dejar de curar

Publicado el 30 septiembre 2014 por Martaserrano @Uni_Actualidad

Vivimos en una sociedad completamente antibiotizada. España, es uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos por habitante[1]. Lo grave de esto es que los tomamos mal, y es que se considera que hasta un 36% de las prescripciones realizadas por los médicos de atención primaria son inadecuadas[2]. Entre las causas que favorecen el exceso de la prescripción por parte de los pediatras y médicos se encuentra la presión ejercida por los padres y pacientes[3]. También somos el país con mayor tasa de automedicación antibiótica[4].

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Conocidos estos datos es importante que tomemos consciencia de la gravedad del asunto. Aunque los antibióticos están bien y son muy necesarios para tratar de determinadas enfermedades y, en algunos casos, suponen la diferencia entre la vida y la muerte. No sirven para absolutamente todo; ni se cumple aquí en la regla de cuanto más, mejor; es preferible no tomarlos si no son completamente necesarios, sólo si hay pruebas reales de que esta enfermedad sea de tipo bacteriana (las enfermedades víricas por ejemplo no necesitarían de este tipo de medicamento) o si es una enfermedad que se solucina sola.

Las resistencias de la bacteria Klebsiella pneumoniae a un antibiótico llamado cefalosporina, aumentan anño tras año

Las resistencias de la bacteria Klebsiella pneumoniae a un antibiótico llamado cefalosporina, aumentan anño tras año

¿POR QUÉ? Porque cuando se consume un antibiótico de forma inútil o incorrecta, se produce un fenómeno conocido como resistencia bacteriana, esto quiere decir que esas bacterias que estabas atacando se vuelven inmunes, resistentes, a ese fármaco. A partir de ese momento, ya NO podrás volver a usarlo contra ella (sería inútil) y, llegado el caso, habría que usar uno mucho más potente para poder combatirla (y, por tanto, con muchos más efectos secundarios). Incluso, podría ser las bacterias adquiriesen también resistencia a este nuevo medicamento, teniendo que usar otro aún más potente y así entrar en un círculo vicioso hasta quedarnos sin posibilidades de curar a esa persona. De hecho, ya existen resistentes a todos los antibacterianos. Y esto puede afectar no sólo al individuo que la padece, sino también a toda su familia y entorno al que se lo contagie.

¿Qué podemos hacer para evitar esto? Podemos establecer aquello que se conoce como uso racional de antibióticos, que consiste en usarlos con mucha precaución, solamente cuando sea necesario y el médico nos lo haya indicado, no debemos por ningún motivo tratar de automedicarnos. También es muy importante que sigamos las pautas de toma que nos ha dado el doctor, por ejemplo, si nos dice que tenemos que estar siete días tomándolo cada ocho horas, tenemos que hacerlo; no podemos dejarlo a los tres días porque ya nos sentimos bien, porque ese período en el que nosotros lo dejamos es cuando las bacterias se hacen resistentes.

Los datos son realmente alarmantes, como he dicho antes, ya existen bacterias inmunes a cualquier antibiótico conocido (dejando a los pacientes sin solución). Ya hay bacterias que viven en los líquidos desinfectantes, ésos que ahora venden para lavarse las manos. Ya se ha demostrado que los médicos tienen que recetar antibióticos cada más y más fuertes. Ya ha se han producido muertes.

Es un fenómeno silencioso del que nadie habla, pero que es real y extremadamente dañino y empeora a pasos agigantados. Si no hacemos nada para evitarlo terminará siendo un problema a escala mundial que se cobrará muchas vidas.

Dia mundial de la salud 2011

Pincha aquí para ver vídeo de la OMS sobre el tema

[1] Orero A, González J, Prieto J, et al. “Antibióticos en los hogares españoles. Implicaciones médicas y socioeconómicas” Med Clin (Barc) 1997; 109:782-5.

[2]Dirección General de Aseguramiento y Planificación Sanitaria. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Ministerio de Sanidad y Consumo. Informe sobre resistencia microbiana: ¿qué hacer? Med Clin (Barc)1995; 106:267-79.

[3]Smith RD, Coast J. Antimicrobial resistance: a global response. Bulletin of the World Health Organization 2002; 80:126-33.

[4] González Núñez J, Ripoll Lozano MA, Prieto Prieto J. Automedicación con antibióticos. Med Clin (Barc) 1998; 11:182-6.


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