Comenzamos semana visitando una vivienda en Copenhague, la cual anteriormente era un matadero. Su dueña realizó una fantástica rehabilitación para conseguir una vivienda acogedora, funcional y personal, en la que vivir con su hijo. Ella misma realizó algunos de los muebles que vemos, por ejemplo la mesa del comedor, hecha con tablones de andamios encontrados en la calle y unos caballetes de Ikea. Muchos accesorios han sido adquiridos en mercados de pulgas, los cuales visita con frecuencia su dueña. En definitiva, una vivienda con un estilo nórdico-escandinavo con muchos detalles, personalidad y originalidad.