Revista Poesía

Antonio casado da rocha

Por Acalvogalan
ANTONIO CASADO DA ROCHA

Mencionado por:

Hasier Larretxea

Menciona a:

Pablo Casares

Karmelo C. Iribarren

Luis Alberto de Cuenca

Angel Erro

Enrique García-Máiquez

Kepa Lucas

Carlos Marzal

Miguel d’Ors

Jorge Riechmann

Pedro Sevilla

Kirmen Uribe

Joseba Sarrionandia

Tomás Segovia

        



Bio-bibliografía


Donostia – San Sebastián (1970). Comenzó a no romper poemas en 2007, por culpa de un segundo premio en el “Villa de Pasaia” con la edición de Filósofos y películas (San Sebastián, Bermingham, 2008). Al año siguiente, accésit en el “Ciudad de Zaragoza” porApología del aurresku (y otras danzas), al igual que en el “Villa de Ermua” por Cerebración. Ha publicado poemas y traducciones de Fernando Pessoa, Billy Collins y Wisława Szymborska en las revistas Bitarte y El invisible anillo. Tres de sus haiku fueron seleccionados para la antología Perro sin dueño (Albacete, Universidad de Castilla – La Mancha, 2008). Tras obtener el premio Iparragirre con el libro Quién me mandaría a mí (San Sebastián, Bermingham, 2009), ha publicado la colección Al pormenor en una antología hispano-chilena (Crisol poético, Santiago, Lom, 2009).

Poética


POETIKA TTIPIA

“Bakoitzari berea”

esan zuten Erroman:

poema egitean

aurki iezaiok forma.

(“A cada uno lo suyo” / solían decir en Roma: / en el hacerse el poema / encuéntrale tú su forma.)


Poemas


EL MAPA

Un niño acepta

un billete de vuelta

al siglo quince:

esta mi pesadilla

(siglo más, siglo menos)

la cuenta Gil

de Biedma en un poema

sobre la guerra

y yo la anticipo

casi todos los días

cuando acompaño

a mi hijo (el mayor)

a la ikastola


donde me espera un mapa,

donde le espera un mapa.

(Filósofos y películas)

ALTO EL JUEGO

Hay cosas que siempre han estado ahí,

como el lanzamiento espacial

de una catedral gótica.

Hay cosas que van y vuelven,

como las golondrinas que bajan

en tobogán por el aire sin tobogán.

Pero hay cosas que parecían eternas

y sin embargo desaparecen en un instante

sin dejar más rastro

que nuestro asombro

al preguntarnos

cómo pudimos

vivir así.

(Al pormenor)

FINAL EN VILLANELLE

Quién me mandaría a mí

escribirte, o leerme

quién te mandaría a ti.

Porque alguien dijo que sí

ahora estamos frente a frente.

Quién me mandaría abrir

la ventana cuando vi

el rayo que dura siempre.

Quién te mandaría venir

con el abrigo ese de Yeats

que no abriga cuando llueve.

Quién me mandaría al fin

de la noche sin candil

un primero de diciembre.

Quién te mandaría aquí.

Y al cabo de este trajín

todo, cuánto depende

de quién me mandaría a ti

y quién te mandaría a mí.

(Quién me mandaría a mí)


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