Aprender en equipo también es motivación personal

Cuando un grupo de personas se juntan para jugar o realizar cualquier actividad en colectividad, se siente como un mismo espíritu la unión del grupo, el buen resultado obtenido por cualquier miembro es percibido como propio, y aumenta la sensación de éxito, de victoria, nos motiva a seguir adelante y poder lograr nuestra meta, sabiendo que en caso de fallo o de victoria no estamos solos. Si es fallo se nos alentará a esforzarnos más y demostrarnos que somos capaces, y si es victoria se nos felicitará por sumar un éxito más al equipo.
El equipo de personas que realizan cualquier actividad lúdica con el fin de aprender gracias a la diversión no dejan de ser la suma de inteligencias individuales que juntas forman una inteligencia grupal, el entusiasmo la perseverancia, el buen hacer de los líderes de cada grupo guiando para conseguir en conjunto los objetivos marcados. Existen y existirán ideas que se convierten en grandes proyectos, gracias a la demostración que permiten las herramientas artísticas a través de sus múltiples disciplinas aunando esfuerzos y sacrificios para un bien colectivo que traspasa los límites del propio grupo y da cara y define la esencia y forma de vivir de una sociedad.
Lo que ahora se llama inteligencia social, no es más que la puesta en marcha en práctica para desarrollar a través de diferentes mecanismos, el fomento y desarrollo de las Artes como instrumento de cohesión y comunicación social, gracias a los estrechos lazos y vínculos que genera no sólo entre los que forman los equipos, sino entre agentes externos participantes de ese sueño, alentando y facilitando de diferentes maneras la propagación del mismo. Descubriendo así el poder de cohesión, de unión y fortalecimiento que es capaz el arte en sus disciplinas.
"El Arte es una manera de llevarnos al cambio de opinión, incluso a rastras". Tanto a nivel individual como a nivel colectivo el arte es un contínuo enjambre de controversia, de mensajes, porque en definitivo los seres humanos somos seres sociales y queramos o no nos gusta formar parte de un colectivo, entregarnos a él, y disfrutar de sus éxitos y alentar en sus fracasos. Probablemente al ser humano le gusta más vivir en comunidad que sólo, pertenecer a un grupo, por un simple echo de supervivencia. Si estamos unidos es más fácil vencer y sobrevivir. Y si además podemos usar nuestra propia creatividad para resolver problemas, y crear nuevas fórmulas de investigación, pues mejor todavía.
Si realmente como seres sociales nos gusta pertenecer a un grupo, igual o más importante es sentirse plenamente identificad@ con el grupo al que pertenecemos. Lo mismo pasa con nuestros trabajos, ¿nos sentimos identificad@s con nuestra empresa?, y ¿nuestra empresa se siente identificada con nosotros?. Sería bastante bueno poder ser sinceros con nosotr@s mism@s, e igualmente que nuestra empresa fuese igual de sincera consigo misma, si realmente el fin para el que existe, está en el camino en que se encuentra, o si por el contrario los ideales de su fundación se perdieron con el tiempo. Independientemente de lo que nuestra empresas sientan o piensen, somos nosotr@s quienes debemos trabajar a diario para esforzarnos en ser mejores en nuestro ámbito personal y profesional, es la única manera de lograr nuestra motivación personal.