Revista Comunicación

Aprender escribiendo una novela

Publicado el 15 junio 2018 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994

El artículo Aprender escribiendo una novela es propiedad de Carmelo Beltrán.

Durante los últimos meses he escrito una novela. No es producto del #NaNoWrimo. Aunque me gusta la iniciativa, el hecho de correr tanto no me acaba de convencer. Necesito tiempo y aclimatarme a mis ideas para sentirme a gusto contándolas. Sin embargo, la historia no está terminada, simplemente escrita. Estoy en proceso de revisión, aunque es algo que ya sabéis vista la tabarra que os suelo dar por Twitter. No obstante, el simple hecho de haberla escrito me ha aportado mucho a nivel personal y a nivel de escritor. Por ello hoy os quiero contar cinco cosas que he aprendido de escribir una novela.

Escribiendo novela

Cinco cosas que he aprendido de escribir una novela

La disciplina para escribir una novela

Comencé el proyecto en el mes de junio y lo acabé a mediados de octubre. Han sido cinco meses de escribir sin poner excusas.

Uno de los retos que tiene escribir una novela es que no tienes a nadie al que dar cuenta. Pasa lo mismo en todo proyecto personal, hacer deporte o empezar a comer más sano, entre otras cosas. Por ello la disciplina es clave en este proceso.

Durante estos cinco meses he escrito todos los días excepto los viernes. Me los daba de descanso y solía escribir otras cosas. Muchas veces el cuerpo me pedía seguir también estos. No obstante, siempre le ponía coto para comenzar el sábado con todavía más ganas.

Ha dado igual cómo me sintiera. Ha habido días tristes, alegres, algunos cansados, otros con energía… pero hasta que no terminaba de escribir mi novela no me iba a dormir. Me lo propuse y lo he cumplido. Indiferentemente del resultado, esto ya ha sido un logro personal.

Eso sí, el café ha sido todavía más amigo en este tiempo.

Bloquea el tiempo para escribir una novela

Es una frase que le escuché decir a Pablo Ferradas en un vídeo durante el verano. Tu tiempo de escribir una novela va a ser horas que le robes a otras tareas. Por ello, es probable que te sientas culpable de no estar haciendo aquello que otros considerarán más relevante que tu simple pasatiempo.

Sin embargo, si bloqueas cada día tiempo en tu calendario para dedicárselo exclusivamente a escribir esa sensación desaparecerá. ¿Por qué? Porque habrás organizado tu día alrededor de esa idea. A esa hora solo tendrás que ponerte delante del ordenador y teclear. Por ello, si estás haciendo otra cosa te sentirás culpable. No al revés.

Para cumplir esto es indispensable una buena planificación de tus días. Sé sincero contigo mismo. Considera tus obligaciones, contrasta cuánto tiempo tienes. Intenta no descuidar a familia o a amigos, pero estate preparado para ser más huraño durante un tiempo. Todos los días que teclees suman.

Desconecta todo a la hora de escribir una novela

A la hora de escribir lo tengo muy claro. Activo el modo avión del iPhone y el iPad y quito el WiFi al MacBook. No quiero interrupciones, no quiero música, no quiero tentaciones de mirar si tengo una notificación en Instagram. Ya tendré tiempo para ello. Durante el tiempo que he bloqueado para escribir solo tengo que estar yo con el papel.

Hay mucha gente que tiene fuerza de voluntad. Yo en todas las tareas de mi vida la tengo. Sin embargo, cuando me atasco escribiendo soy muy tendente a mirar el teléfono por simple inercia. Quería acabar con esa rutina. Al final lo hacía por ansiedad. No me iba a aportar nada y me separaba del verdadero reto: la novela.

Además, dependía mucho de la música para escribir. Si las canciones no estaban donde quería no me salían las palabras. Eso lo he cambiado. A fuerza de voluntad me he ido desintoxicando de esa necesidad. Ahora puedo hacerlo en total silencio.

Al principio me costaba mucho enfrentarme a la novela de esta manera. Sin embargo, ahora disfruto demasiado estos momentos.

Vas a hacer sacrificios para escribir una novela

Olvídate de la imagen de escritor que nos venden en las películas. No nos parecemos en nada. Vamos a tener que trabajar como nunca en algo que no va a ser rentable económicamente. Y, encima, tenemos que tener muy claro que vamos a realizar un gran número de sacrificios para cumplir nuestros calendarios.

Hay días que he renunciado a salir con amigos o pareja, hay ocasiones en las que mis clases universitarias han pasado a un segundo plano y otros en los que he paseado a mis dos enanos más allá de la medianoche (que, aunque esto nos encanta a los tres, para mí que me levanto a las seis es un problema). He sacrificado horas de sueño y he agradecido mucho la llegada del fin de semana.

Sacar tiempo para escribir conlleva sacrificios. Por ello, tienes que estar seguro y preparado para hacerlo. No todos pueden. Pero, ¿cuánto deseas escribir?

Cuéntale a dos personas que estás escribiendo una novela

Solo a dos personas. No grites a los cuatro vientos que estás escribiendo una novela. Eso te hará verte más cerca de conseguirlo y te esforzarás menos. Es algo natural en el ser humano.

Por ello es mejor contárselo únicamente a dos personas para las que sabes que eres importante y que, debido a ello, te van a preguntar periódicamente cómo llevas el libro. Algo vas a tener que contestarles, ¿verdad?

Es uno de los mejores consejos que me han dado. Existen dos tipos de amigos, los que cuando un día llegas reventado te dicen que no hace falta que hoy escribas y que solo es un pasatiempo y aquellos que te preguntan insistentemente y que te animan aunque sea a plasmar cien palabras. Para el proceso de escribir una novela, los segundos son los buenos.

Ahora nos encontramos en el proceso de revisión de la novela. En junio me puse una meta diaria de 500 palabras que se me hacía muy complicado de cumplir. Sin embargo, cuando quise darme cuenta ya estaba escribiendo un millar por día. Ahora reviso mínimo esa cantidad diaria, aunque la mayor parte de las ocasiones la supero. Quiero tenerla revisada antes de que acabe el año. Con el impulso navideño seré capaz.

El artículo Aprender escribiendo una novela es propiedad de Carmelo Beltrán.


Volver a la Portada de Logo Paperblog