Revista Opinión

Apuntes de psicología barata

Publicado el 09 agosto 2014 por Romanas
Apuntes de psicología barata El tipo se autodenomina MADRILENYfeliz, casi na. Y va todos los días a la sección de comentarios de MUNDODEPORTIVO a excretar su bilis, o sea, su mala baba, su mala leche, contradiciendo así claramente su autodenominación. O sea que el tío proclama a los cuatro vientos que es madrileño y feliz, aunque lo que él quiere decir es, más ajustadamente, que es madridista y feliz porque actúa ferozmente en un foro deportivo y lo hace con esa crueldad y desprecio mental típica y tópica en el madrileño de los bajos fondos/de los barrios bajos. Durante la mayor parte de mi vida deseé ardientemente vivir en Madrid. Porque creía, más o menos erróneamente, que allí radicaba el centro cultural de la vida española. Es posible que sea así. Que allí sea más fácil que en provincias, como ellos dicen, ver teatro, asistir a conferencias y debates, exposiciones de pintura, presentación de libros, conciertos musicales, etc. Hoy, considero que vivir en Madrid es, poco más o menos, como hacerlo en el peor de los infiernos.  En fin. Porque es evidente, con toda la evidencia del mundo, que allí reside lo peor de cada casa ya que en la Villa y Corte reside el mayor porcentaje de cabrones e hijos de puta por metro cuadrado. Por supuesto que allí también hay miles, millones, de personas honradas, dignas del mayor de todos nuestros respetos. Pero es evidente que allí, viven, están tipos como el Ussía, Marhuenda, Rojo, Inda, y tantos otros canallas, hijos de la gran puta que han hecho objeto de su vida amargar, humillar, entorpecer, encarecer, la vida ya por sí difícil de los demás. Y todo ello sin mencionar al Rajoy, la Cospedal, la cerdita y etc., etc. Pero, sobre todo, sobre todos, El Conseguidor, El Ser Superior o como ustedes quieran llamarle. Este hombre debe sus significativos apodos a su manera de ser y proceder. Era un pobre, un humilde hijo de vecino y ahora es el hombre más poderoso de España, tanto que si un/una ministra no comulga con su manera de obrar, la llama a su despacho, él a ella, no, al revés, y le dice “oiga, v. verá lo que hace, pero si sigue oponiéndose a todo lo que  a mí me sale de los cojones, va a tener serias dificultades para sobrevivir, aquí, en Madrid, donde realmente el que manda soy yo, a ver si v. se entera de una puñetera vez, porque vivimos en un país democrático y el pueblo de Madrid vive por y para el Real Madrid, y el RM soy yo”. Tan real como la vida misma. Filosofía barata y putrefacta pero flosofía, al fin. ¿O no? De modo que aquel tipo del principio, el MADRILENyfeliz lo tiene claro, más que claro, diáfano, él está en la cresta de la ola y tiene todos los motivos del mundo para ser, como su propio nombre indica, madrileño, madridista y feliz. Claro que, para ello, tiene que ser al propio tiempo un hijo de puta, un grandísimo, un insuperable hijo de puta pero es que él lo es, porque  hay que ser hijo de la más perfecta de las grandes putas, para ser feliz precisamente porque los demás no lo son, y no lo son porque para que él sea tan feliz es preciso, ineludiblemente, que el resto de sus coetáneos sean los tipos más infelices del mundo, coño, porque cuando El Conseguidor, o El Ser Superior, como más le guste a este extraordinario ciudadano que a pesar de madrileño y madridista es feliz, ficha a un tipo, a un par de tipos donde él, por medio de sus empresas, que, por cierto, lo son todas, directa o indirectamente, de España, tiene insuperables intereses económicos, lease concesiones administrativas del correspondiente Estado para hacer toda la red del metro de la capital, o montar el más gigantesco de los depósitos subterráneos de gas, terremotos aparte, el Estado de aquella nación favorecida por el insuperable acontecimiento no es que se ponga de rodillas ante El Consguidor o El Ser Superior, no, no, es que se arrodilla ante él y le hace la más completa de todas las felaciones, porque ha fichado, ha dado entrada en el Olimpo de los grandes dioses inmortales a Keylor Navas o James no sé qué más, de modo que un pueblo entero, una nación, un país se pone de rodillas para siempre ante el Real Madid. ¿Puede haber otra gloria semejante? Yo les aseguro desde este mismo momento que no, que no hay gloria humana que siquiera se le pueda comparar. Y que importa muy poco, en realidad, nada, que, para ello, no ya un pueblo, una nación, un país, tenga que ponerse de rodillas para mejor felacionar, no, no, ni mucho menos, que millones de niños tengan que pasar un hambre insuperable que lastrará para siempre sus depauperados organismos, que legiones de ancianos hayan de morir en  el mayor de los abandonos, en la más completa soledad, pero qué coño y a quién importa todo esto, joder, se trata de que aquel tipejo que iba de la mano de su padre todos los domingos y fiestas de guardar a un estadio que entonces se llamaba Chamartín, para ver y aprender para siempre cómo su equipo robaba siempre todos los partidos porque así tiene que ser porque para eso es el más grande de todos ellos, coño, de modo y manera, como las habas están más que contadas, como no hay más cera que la que arde, si el Real Madrid tiene que llevarse 100 de donde sólo hay esos jodidos 100 millones está muy claro que los otros no se pueden llevar Nada, coño, ¿es que no está claro, acaso necesitan que se les haga además un dibujo? Pero no es sólo eso, a mí y a otros muchos como yo, nos importaría un puto carajo que el Madrid, su presidente, todos sus directivos y toda esa ralea de la peor de las gentuzas que los días de partido abarrota el palco del RM, se llevaran a sus hinchados bolsillos todo el dinero que genera el nuevo opio del pueblo, con su pan se lo coman todos estos madrileños, madridistas felices, coño, lo que sí que me importa, lo que me lleva al límite de toda mi indignación es que es precisamente con ese canallesco trampantojo con lo que se tapa todas las miserias de una política general que lleva a este país a ser uno de los dos otras culos, anos, ojetes, del mundo, coño, coño, coño. Porque mientras El Ser Superior, o sea, El Conseguidor hace todo lo que le da la gana, para eso es el nuevo Nerón que imbeciliza a todo un país de madrileños madridistas y a pesar de ello felices no ya con el añejo “panem et circenses” sino con el mucho más limitado de sólo los circenses porque pan, joder, ya no dan ni uno, de modo que, como decíamos hace ya un rato, hay que ser muy hijo de la más grande de todas las putas del mundo, engendrado por el más cabrón de todos los cabrones del puto universo, para, a pesar de todo esto, sentirse el más feliz de todos las canallas de la Tierra. 4 folios, cansado, fin.

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