Revista Comunicación

Apuntes sobre la transformación digital en la industria española – 1era parte

Publicado el 25 marzo 2017 por Mandomando

España lidera el consumo de datos móviles en Europa. El panel de datos a continuación muestra que la mayoría de los consumidores son multiplataforma y a menudo multipantalla (con su significado en contenido visual) visitando sitios en el móvil, escritorio o TV en simultáneo, por lo que se necesita desarrollar experiencias consistentes a través de espacios y dispositivos.

O el porcentaje de consumidores que utilizan dispositivos móviles: en un documento de referencia internacional, Ofcom mostró la popularidad global de la utilización de diferentes dispositivos digitales en ciertos países representativos.

Sin embargo, incluso entre colegas del mundillo digital, de la comunicación y de la consultoría sigue el pie el mito del atraso tecnológico en las empresas, cuando lo que existe es la cultura del rechazo a la innovación. Pero esto no es nuevo ni es indiferente a muchos profesionales innovadores: los primeros conservadores también fueron los primeros revolucionarios y toda vieja guardia de innovación que en su día lideró el cambio suele posicionarse con disgusto ante uno nuevo. Vale que en ciertas regiones, con mayor preponderancia. Pero más allá de idiosincrasias, la transformación digital tienen velocidades radicalmente distintas (aquí y en el mundo entero) según de qué sectores estemos hablando.

Pero cuando oímos hablar de economía digital, prima el libro a vender antes que la explicación (entendible viendo el volumen de negocio involucrado). Me juego a una fotografía; de los últimos 25 años, una síntesis de economía digital debería rescatar tres cuestiones:

1. Infraestructura de negocio electrónico: donde los temas clave sí estarían centrados en recursos que involucran la tecnología, tales como hardware, software, telecomunicaciones, redes, capital humano capacitado y con habilidades digitalizadas. En el periodo 2010 -2014 se multiplicó por cinco el mercado en cuanto a conectividad y se espera doblar esa cifra en 2020. Es lógico decir que el consumo de tecnología empuja un mayor consumo de recursos para producir contenido digital por parte de las empresas, a nivel mundial.

2. e-Business: o de cómo se conduciría el negocio, siendo cualquier proceso que una organización realizara a través de medios digitales y por tanto, es gestión de negocio y de dirección. Aquí es donde empieza el gap, entre otras cosas por creer por parte de directivos, de especialistas (que daño que hacemos a veces los tecnólogos en pensar que la tecnología producida es igual a tecnología consumida y viceversa), de opinadores en general, que hacen equivaler el tener un móvil de última generación a "estar en la onda digital"

Cuando un comunicador suelta "el reto es conseguir que un dinosaurio utilice un iPhone" (sic) muere un gatito. Fijo.#TransformacionDigital

- Mando Liussi (@mandomando) March 20, 2017

La transformación digital plena llegará cuando se tengan oficinas abiertas, se entienda el concepto de compartir información en lugar de difundir información, de pensar en reducir el error por experimentación en nicho, en segmentar y responder personalizadamente a clientes, en estar disponible según la necesidad en lugar de según nuestras creencias, en descentralizar procesos para poder escalar, es ganar reputación a través de la gestión de la identidad de cada integrante de la firma, del ejercicio de transparencia continua. En definitiva, de una cultura de participación por encima de una de control, perdiéndolo para bajar riesgos y mayores ingresos basados en dispersión y variedad.

3. Comercio electrónico: relativo a todo proceso digitalizado de transferencia de bienes, algo en lo que sí hay valoraciones claras de un mercado conservador hasta hace unos años (esa temida compra online si era local), pero donde actualmente, el consumo por grupos etarios ha despegado, es parejo y homogéneo en ese crecimiento:

Apuntes sobre la transformación digital en la industria española – 1era parte

Pero por lo que ese cambio dejaría a España -por acción corporativa- en la cola del e-commerce siendo líder en móvil -con explicaciones corporativas como la desidia de no priorizar el acceso "mobile", olvidar el showrooming, no entenderlo como extensión del RoPo, o pensar en logistica en función del valor temporal del cliente en vez de en apuesta única, por poner alguna razón- pero que sin embargo (o a causa de ello) se prevé un alto crecimiento junto con Italia durante este año:

Europa promedia +12%, Italia (+30%) y España preveen el mayor salto y crecimiento del comercio online. #CAGR #ecommerce pic.twitter.com/FuuCuTSntZ

- Mando Liussi (@mandomando) January 19, 2017

Ya visto el escenario general, queda el salto cultural en la industria, a la transformación digital pendiente que denominan impensadamente Industria 4.0 (otra vez, cuánto daño hizo nombrar dospuntocero a toda renovación al mundo online).

A los sectores mas comprometidos con la transformación digital los encontraremos juntos, en cluster, entre las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, los medios y el ocio y de ahi en mas, cayendo a donde no debería: en educación (de eso va el proximo post respecto de la segunda conferencia), en Salud, en Manufacturas y en Administración Pública. Sobre el último sector, lo del ministro opinando sobre cultura y tecnología, es de postre:

La industria necesita cambiar, pero no en tecnología sino por cultura tecnológica. Cuando vemos que el 32% de las empresas aún no tienen página web, se trata de una cuestión de cultura, no de tecnología. Cuando el 90% de ellas carece de un espacio que presente a sus gestores (directivos, fundadores, accionistas, especialistas) se trata de una cuestión cultural. Cuando menos del 1% de las compañías tiene a estos gestores vinculados a espacios sociales (sus identidades en Twitter, en Linkedin, en Xing, en Viadeo o en su blog y como contramuestra, el ejemplo) vemos esa diferencia entre empresas tecnológicas que ponen la transparencia hacia los clientes como evidente y necesario ADN de la comunicación y cuya expresión digital resulta natural y el espacio industrial (y de salud, y de la enseñanza y de la administración pública) que lo ven como una vencida prueba de pérdida de poder.

Ni hablar de lo que es poner video de aquellos gestores: menos del 0,01% (una cada diez mil) web de empresa en Europa y de las que no brillan las manufactureras. Ejemplo industrial poco exitoso en tener presencia social y menos audiovisual, fue el del ex CEO de Volkswagen, Dr. Prof. Martin Winterkorn con su video tan anticlimax:

Y siguiendo con la linea de Volkswagen -ejecutivos y aproximaciones tan diferentes- comparación de aquél directivo en su torre de cristal con la cercanía y honestidad brutal del CEO de su filial americana, Michael Horn y su "la hemos cagado":

Cuando leo por ahí que la transformación digital en España no existe, veo mitos y falta de pruebas. En el informe que tengo en mis manos leo lo siguiente:

Sí, casi un 80% está en proceso de transformación digital. Sí, un 80% es ir avanzando. Eso sí, ese 80% no es parejo y ni por asomo implica al 80% de las industrias de marras.

No es realidad actual, pero debería ser la meta.


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