Aquella que llega cuando todos se van

Hola que bien que regresas me hacías falta empezaba a sentir que no estarías hoy conmigo, pero la última persona que te alejo de mí ya se fue, se cansó de mí, no quiso quedarse ni pude hacerle entender la importancia que tenía para mí, fui totalmente incapaz de mostrarle quien soy y al final de cuentas se fue, como tu seguramente lo esperabas totalmente decepcionada, y ¿Sabes? Duele, duele mucho.

Pero en fin como suele suceder, ella se fue y llegaste puntual, sabía que no me fallarías, y aquí estamos vieja amiga, tu y yo sumidos en el silencio de tu presencia ¿recuerdas la vez en que nos conocimos?, si fue esa ocasión, en la que mis padres me castigaron por romper el jarrón preferido de la abuela, ¿Pero cómo podía evitar patear ese balón que mis  primos dejaron inerte enfrente de mí? Era imposible no hacerlo, en fin me consignaron todo el día en esa habitación sin nadie y a obscuras, y ahí amiga mía a los 8 años por fin te conocí, fue cuando comencé a hablar contigo tu solo escuchabas y no decías nada,  como siempre callada pero presente.

Recuerdo aquella vez que me acompañaste, cuando murió mi perro, el biuford ¿Recuerdas? Aunque todos me querían consolar, tu estuviste ahí abrazándome, dejándome ser dejándome llorar, recuerdo que preferí tu compañía, que las palabras de todos los que me decían no llores y tú con tu silencio me incitabas a llorar llora hasta secarte, sácalo todo no te hace bien.

Hay querida amiga, tan fiel y tan presente como siempre, cuando todos se marchaban y se alejaban de mi tú de inmediato llegabas, nunca me dejaste solo siempre estuviste para mí no importando los errores que cometiera, nunca me juzgaste y siempre entendiste como me sentía, has sido mi gran confidente, y toda la información que has recibido y sabiendo mis más obscuros secretos nunca los usaste en mi contra.

¿Recuerdas cuando murió mi abuelo Mario? Yo lo amaba muchísimo, él era un verdadero cabrón pero lo amaba, y tu nuevamente estuviste ahí callada y a mi lado mirándome, en silencio, no hiciste ni un solo ruido horas contigo, y pude llorar y hasta hable con él, y le pude dar las gracias por haber sido el mejor abuelo del mundo.

Hay amiga mía, te amo porque estas, escuchas y no juzgas solo sabes estar, siempre estar viendo y entendiendo recibiendo constantemente mis lágrimas, mis frustraciones, mis alegrías, mis triunfos, mis fracasos, me has enseñado a platicar conmigo y a cerrar los ojos y mantenerme en silencio, me has acompañado en los momentos más obscuros de mi vía siempre ahí inerte y sin ruido,  solo estas abrazándome y cubriendo, y guardando mis miedos, y mis planes siendo fiel testigo de mis deseos y mis anhelos.

Hoy nuevamente estas aquí, lista como siempre escuchándome y dejándome sacar lo que duele y buscando reconstruir y reparar el daño causado, te juro amiga mía que pensé que no te volvería a ver pero me equivoqué nuevamente llegaste y  aun que renegué de ti aquí estas aun que trate de evitarte nuevamente estas sin juzgar sin decir nada solo llegaste y me abrazaste y nos volvimos a encontrar y te agradezco mucho mi amiga SOLEDAD.