Revista Cultura y Ocio

Archivos parroquiales, guía de consulta

Publicado el 26 octubre 2015 por Antonio Alfaro De Prado @genealogiah

Los archivos parroquiales se constituyen, sin duda alguna, como los principales para la investigación de la historia familiar en España. Ya tuvimos ocasión de resaltar su importancia en Los registros parroquiales y civiles, ejes genealógicos. Vamos a intentar aclarar todo lo relativo a ellos para realizar con éxito nuestra investigación.

¿Qué vamos a encontrar en un archivo parroquial? 

Desde el punto de vista genealógico resultan esenciales los libros que registraron todos los Bautismos, Confirmaciones, Matrimonios y Defunciones. Sólo con ellos sería posible realizar un sólido árbol genealógico desde el siglo XVI. Algunos aspectos  a tener en cuenta:

-Los libros de Bautismos se indexaban por los nombres de pila, lo que nos recuerda que este sacramento tan solo imponía los nombres propios a los niños, no sus apellidos. Si hay índices por apellidos tengamos cuidado, se habrán realizado a partir de los que usaban los respectivos padres, pero ello no quiere decir que necesariamente sean los que usasen sus hijos al llegar a adultos (ver La ¿caótica? transmisión de apellidos hasta el siglo XIX en España )

bautismo

Modelo de partida de bautismo según el manual eclesiástico “El áncora del coadjutor” (1862) que recoge disposiciones de 1837. Las partidas de siglos anteriores pueden ser notablemente más escuetas. La información sobre los abuelos se generalizó a partir del XVIII.

-Las Confirmaciones en los libros antiguos apenas consistirán en una línea donde fue anotado el nombre del niño, el de sus padres y la edad con la que recibió el sacramento. Aún así, conociendo además el año en que tuvo lugar, puede constituir una fe de vida muy útil. También nos permite confirmar que una persona perteneció a una determinada parroquia aunque no hayamos encontrado la partida de bautismo, que quizás se celebró en otro lugar por diversos motivos.

-Al consultar los libros de Matrimonios puede que no figure la partida de casamiento pero sí la celebración de una ceremonia vinculada a éste, las velaciones, que nos puede aportar tanta información y certeza del matrimonio como la partida matrimonial que puede estar inscrita en otra fecha u otra parroquia. Además, es importante revisar si la partida matrimonial menciona la existencia de una dispensa para casar, lo que nos indica que se formó un expediente matrimonial donde podríamos encontrar información adicional sobre los novios, las circunstancias de la boda y sus familias (ver los expedientes matrimoniales eclesiásticos)

matrimonio

Modelo de partida de matrimonio

-Menos consultadas pero con idéntica fiabilidad y utilidad son las partidas de enterramiento, aportando los últimos datos sobre la persona investigada (o quizás los primeros que la documenten). Pueden desvelarnos nuevos matrimonios u otras circunstancias, entre ellas la existencia de testamento, otro documento muy importante en el estudio genealógico.

enterramiento

Modelo de partida de enterramiento

Será recomendable conservar una copia íntegra de cada partida que consultemos, bien mediante fotografía, solicitando una reproducción por cualquier medio o incluso anotando nosotros mismos su contenido literal. Todo lo que se refleja en ellas, cualquier matiz, nos podría ayudar en el futuro, desde los nombres de las personas que participaron a otras circunstancias que rodearon al sacramento.

Además de estos libros, el contenido de un archivo parroquial puede ser amplísimo. Expedientes matrimoniales, padrones de cumplimiento pascual (auténticos censo de todas las personas de una parroquia), copias de testamentos de los benefactores, obras pías y fundaciones para capellanes (capellanías por cuyo disfrute podían entablarse pleitos con amplia aportación de datos genealógicos), documentación sobre hermandades y cofradías, libros de fábrica (libros de cuentas y obras de la iglesia)…  Todo ello requiere una consulta en profundidad del archivo pero puede aportar información de sumo interés sobre las personas y familias en muy diversos aspectos.

Por último, hay que tener en cuenta que además de la serie principal de libros, algunas parroquias mantuvieron una sección castrense para la inscripción de los sacramentos relativos a los militares y sus familias (la mayoría de estos libros han sido trasladados a los archivos generales castrenses correspondientes). También podría haber otras series diferenciadas sobre esclavos o minorías étnicas, algo relativamente común en las antiguas parroquias americanas, mientras que en las peninsulares suelen encontrarse insertas entre las demás.

¿En qué archivo parroquial debemos buscar?

Puede parecer obvia la cuestión ya que los sacramentos debían celebrarse en la parroquia a la que pertenecía cada persona, determinado por su lugar de residencia. Sin embargo, hay excepciones que nos pueden generar quebraderos de cabeza.

Los bautismos deben estar inscritos en la parroquia a la que pertenecían los padres pero puede ocurrir que éstos por tener oficios que les obligaran a desplazarse pudieran haber bautizado a sus hijos en otras parroquias. En estos casos, si la parroquia de los padres mantiene registros de confirmación podríamos hallar en ellos una referencia válida. También ocurría con cierta frecuencia que niños nacidos en casas rurales fueran bautizados en pueblos limítrofes al de nacimiento debido a la mayor cercanía.

Los matrimonios era costumbre celebrarlos en el lugar de residencia de la contrayente, pero si no se localiza la partida lógicamente recurriremos a la parroquia del novio. Debido a este uso inmemorial hay familias con bautismos anotados durante siglos en una sola parroquia pero apenas si es posible encontrar algún matrimonio.

En el caso de los enterramientos si la persona falleció anciana no es extraño que hubiera pasado a vivir con hijos o familiares, constando en otra parroquia.

En todas estas búsquedas estemos también atentos a la aparición de familiares, las partidas de hermanos u otros familiares podrían ayudarnos a precisar fechas e incluso revelarnos los parentescos que investigamos.

¿Qué parroquias había en el lugar y época que nos interesa?

Para ello debemos consultar la excelente Guía de los Archivos de la Iglesia en España, que convendrá descargar ya que será de utilidad en múltiples ocasiones. Recoge las parroquias de cada localidad y la antigüedad de los libros parroquiales que conservan, lo que ofrece una primera orientación de si el lugar contaba con una o varias parroquias y si las fechas coinciden con nuestras búsquedas.

Puede resultar muy complicada la consulta en poblaciones donde hubo múltiples parroquias, en cuyo caso es recomendable intentar recurrir al archivo municipal para revisar censos o padrones que nos permitan identificar la calle o barrio de nuestros antepasados.

También convendrá para esta cuestión, y para la investigación en general, conocer la historia local que permite conocer las iglesias antiguas, los sucesos que pudieron hacer desaparecer los archivos y los que aún se conservan. Incluso es posible que aporte indicaciones de qué parroquia fue la principal. Lógicamente no todas las parroquias tenían la misma importancia y número de feligreses, por lo que es recomensable comenzar por las que pueden contener más registros.

novisimo manual de curas

Tengamos presente que ni este Novísimo manual de curas (1847) ni ningún otro reglamento eclesiástico establece que una de las prioridades de los párrocos sea atender a los genealogistas. En más de una ocasión la paciencia y la mano izquierda serán imprescindibles para acceder a los fondos parroquiales.

¿Dónde están actualmente los libros parroquiales? ¿pueden estar digitalizados o microfilmados?

Una vez que se haya determinado dónde comenzar la consulta es preciso conocer si los libros parroquiales han sido trasladados al archivo diocesano correspondiente, proceso que aún no ha concluido y cuyo estado podemos consultar en España en mapas (II): La concentración de los archivos parroquiales . En la relación de diócesis se hace constar si hay disponibles digitalizaciones o microfilmaciones.

Por último, no olvidemos repasar las recomendaciones sobre Cómo preparar y optimizar la visita a un archivo para lograr el máximo rendimiento de nuestro tiempo.

Antonio Alfaro de Prado


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