Revista África

Argelia también arde

Por Ciberculturalia
Argelia también ardeEl mundo árabe está soliviantado. Todos los días hay alguna noticia que confirma este hecho. Sin ir más lejos el pasado día 12 el Gobierno argelino decidía cerrar Internet y Facebook como respuesta a las protestas de los argelinos que piden a gritos la dimisión de su presidente, Abdelaziz Bouteflika.
Sin embargo, ni esta medida, ni la carga continuada de las fuerzas policiales, consiguen amedrentar a los ciudadanos argelinos que han decidido seguir ocupando las calles y rompiendo los cordones policiales. Argel es ahora una ciudad tomada por miles de policías, furgones y vehículos antidisturbios que ocupan lugares estratégicos de la ciudad.
Durante todo el mes de enero, llevan manifestándose los argelinos en contra de la dictadura del régimen, en contra de la corrupción y sobre todo en contra de la brutal alza de precios de los productos básicos. 
Es un país donde llevan, que se dice pronto, 19 años en un "estado excepcional de emergencia", donde muchos derechos civiles se hayan conculcados en pro, tal y como defiende el gobierno, de la seguridad exigida para luchar contra los islamistas insurgentes vinculados a Al Quaeda. Con ese fausto motivo, los argelinos se hayan en un estado de excepcionalidad continuada.
Atemorizado y asustado viendo lo que ocurre en países vecinos, el presidente argelino comienza a prometer cambios sustanciales.  De momento tan sólo son promesas ya que lo cierto es que varios partidos de izquierdas, como el Frente de Fuerzas Socialistas y la Agrupación por la Cultura y la Democracia, entre algunos otros, están prohibidos. También los medios de comunicación son controlados por este gobierno dictatorial.
Lo peor de todo es que estos regímenes dictatoriales y corruptos que tienen atenazados a sus ciudadanos, son aceptados, consentidos y muchas veces, hasta ahora al menos, aplaudidos por occidente, es decir por Estados Unidos y Union Europea. 
Argelia también arde
Estos gobernantes, y algunos otros de por acá, no se dan  cuenta que podrán levantar muros, sacar tanques, cerrar internet o las redes sociales, pero no podrán con la inmensa fuerza de una ciudadanía sublevada contra la violación sistemática de sus derechos. Lo vemos en Argelia, en Egipto, en Tunez, en Yemen, en Jordania, en Irán, en Líbano...  y apunta ya en Marruecos. 
Ya es imparable. Cuanto más tarden los gobernantes en comprenderlo más doloroso será y más víctimas caerán en el empeño, pero los ciudadanos se liberarán. De ello estoy plenamente convencida.
Creo que estamos ante un cambio de gran trascendencia en el mundo árabe. Aún no sabemos en qué dirección, y yo quiero pensar que la dirección es la que lleva a la libertad y a la construcción de la democracia. Estaremos atentos.
Les dejo el "Manifiesto de solidaridad de los intelectuales árabes con los pueblos árabes y egipcio"

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