Revista Opinión

Argentina: gremio-cracia, persecución y elecciones

Publicado el 08 agosto 2015 por Colombatto

Durante el mes de Junio traté de interesar a los comerciantes de mi barrio en el armado, sostén y distribución de una revista para incentivar el comercio local y combatir la gremio-cracia que pretende que nuestros chicos sean a futuro albañiles, sirvientas (“amas de casa”) y empleados del Estado para controlarlos de-por-vida.

En la primera reunión les advertí que en una estrategia de pinzas los gobiernos y las multinacionales (muy especialmente los supermercados) pretenden que todos terminemos siendo asalariados controlados económica y culturalmente (todos los políticos proponen más empleo -en realidad más empleados- en lugar de más independencia laboral). También les dije que hace 50 años más de la mitad de los trabajadores eran independientes y ahora quedan solamente ellos (50 comercios en un barrio que tiene varios miles de habitantes).

Aunque poco entendieron dichos comerciantes, logré el apoyo de la mayoría de los directivos culturales (los socios de la gremio-cracia pusieron objeciones y se mostraron apáticos a la propuesta) y sólo era cuestión de que terminaran las vacaciones de invierno para diseñar la revista (20 páginas: 10 con publicidades y 10 con textos culturales).

En estos días ocurrieron cosas que me hicieron cambiar la idea: 1) al juez federal Bonadío le quitaron la causa por investigar a la familia presidencial sin mediar denuncia ni juicio previo como exige la Constitución Nacional; 2) una de las personas más honestas e inteligentes del país (Mirtha Legrand) catalogó de dictadora a la presidenta (la respaldó la diputada Elisa Carrió explicando qué son dictaduras de mayorías, como lo fue Stroessner en Paraguay); 3) noté que La Cámpora ya está actuando en nuestro barrio vigilando qué hacemos o qué pretendemos hacer; 4) llamaron a mi puerta y me hicieron una encuesta donde se nota que durante el próximo gobierno van a implementar policía controlada por el gobierno municipal (policía dependiente de la política, ¿las SS de Hitler?).

Se dice que ya el 50% de la prensa en el país está controlada por el kirchnerismo (la llamada “televisión líquida” porque no deja enseñanza) y que cierta líder social de las provincias del noroeste está lista para movilizar unos 50.000 civiles armados. El diputado nacional Felipe Solá, públicamente se animó a vincular a Aníbal Fernández con el negocio de la droga, lo cual es un secreto a voces, más otras cuestiones que ni me animo a escribir sobre el padre de la presidenta, etc.

Los abogados saben que publicitar la violencia es un delito (apología del delito) pero por televisión todos los días nos explican cómo le pegaron, cómo asaltaron y cómo mataron a alguien que no conocemos y que tampoco sabemos si fue real. Gota a gota se llena el vaso, y los que saben dicen que así seguiremos hasta que “las hordas salgan a las calles” a robar y matar. El negocio es quitarnos la libertad a cambio de seguridad paga y ya muchos viven detrás de rejas en sus propios domicilios.

Hace unos 20 años me enteré que las aguas de la costa de Comodoro Rivadavia están infectadas con un centenar de sustancias nocivas a la salud (la prensa no informa). Hace una década dinamitaron el golfo San Jorge en busca de petróleo bajo el agua y acabaron con la fauna y flora (dicen que el suelo del golfo esta tapado por un colchón de animales muertos); por eso ahora casi no hay pesca. Las frutas y hortalizas que consumimos en Argentina son tratadas con herbicidas y abonos de la empresa Monsanto (prohibida en otros países de América Latina), que ha disparado los casos de cáncer.

En las escuelas de la ciudad -y supongo que igual estará ocurriendo en el resto del país- todas las semanas fabrican alguna razón por la cual los alumnos no tienen clases: reunión de docentes, desinfección, feriado “puente”, se cortó el servicio de agua, huelga de docentes, huelga de porteros, huelga de empleados estatales, a lo que algunos agregan falta por familiar a cargo, por enfermedad del docente, por trámites en horario de trabajo, por “stress”, porque tiene ganas de faltar, etc. Tan desfachatados son algunos que en reunión con los padres de los alumnos, uno de estos docentes avisó a principios del ciclo lectivo que él se iba a adherir a todas las medidas de fuerza que se hicieran durante el año, sin importar las razones.

Para quienes no viven en Argentina, cabe advertir que aquí se aplican medidas de fuerza en contra del gobierno (siempre, siempre por cuestiones salariales), pero casi nunca van contra el gobierno sino contra la sociedad. En el caso de los docentes, siempre atacan a los alumnos (menores de edad, sin defensa). Éstos y los demás empleados estatales, con frecuencia cortan calles y rutas para provocar malestar en la población. Nunca, o casi nunca, cortan calles donde viva o trabaje un político, por ello digo que van contra la sociedad, a veces avisando de los cortes que van a hacer; otras veces “lo hacen de prepo”, sin permiso ni conocimiento de los usuarios. Eso sí, se organizan entre los gremios: un lunes paro de docentes; un martes paro de los empleados de la salud; un miércoles paro de los judiciales; un jueves posible feriado por alguna fecha preestablecida en el calendario oficial, y el viernes por supuesto que “feriado puente”. Terminó la semana de jolgorio.

Esta es la realidad que no se cuenta por los medios de difusión, simplemente porque están controlados por el gobierno: 1) por sus representantes económicos (capitalistas que compraron medios de difusión para el servicio del gobierno) y 2) fuerte pauta publicitaria en otros medios para que soslayen informar lo que no le conviene al gobierno.

Este último punto fue notable durante las últimas dos semanas pues todos los canales televisivos aseguraron 1) que el candidato oficial a la presidencia de la nación -Daniel Scioli- va primero en las encuestas aventajando al segundo -Mauricio Macri- por 6-8 puntos, y 2) que las encuestas son muy dudosas y puede que se equivoquen mucho. Empalmando ambas informaciones, me ha hecho suponer que esos datos están dentro de la campaña oficial y que los datos reales le dan al candidato Scioli por debajo de Macri, pero que están ocultando la realidad a cambio de “soborno” a la prensa privada.

A esta sospecha agrego otros dos detalles: 1) la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en cadena nacional, trató de “pistolero” a un juez federal que intentó investigar la posible fortuna mal habida de la familia presidencial, y dijo que la residencia de una diputada y candidata a presidenta (en alusión directa a Elisa Carrió) es un “aguantadero” de delincuentes. 2) en la última exposición televisiva -previo a la veda electoral- de los candidatos presidenciales (se presentaron diez de los doce en danza) por uno de los canales del Grupo Clarín, el candidato oficialista (Scioli) se mostró muy apocado, a diferencia de sus spots publicitarios, en contraposición con los demás y sin propuestas concretas (usó el tradicional lenguaje hueco de los políticos que no quieren confesar intenciones).

Resumo: ¿la virulencia desbocada de la presidenta se debió al inminente revés electoral, corroborado por el miedo que transmitió su candidato frente a la pantalla chica?

En base a estas locuras que está haciendo el gobierno actual y que en parte viví allá por 1975 (en parte porque entonces los Montoneros no eran gobierno y Perón los había echado de Plaza de Mayo tildándolos de estúpidos, imberbes e infiltrados), la experiencia me dice que mejor no me meta en líos, porque si un juez federal se siente tan débil para decir “si me suicidan, busquen a los responsables” (empalme exacto con respecto a la dudosa muerte del fiscal Nisman), pues no quiero que por intentar ayudar a otros, yo o alguien de mi familia termine de la peor manera.

“Como es arriba, es abajo” o “los extremos se unen”, son dos frases que aquí vienen de perilla, porque en mi entusiasmo por hacer esta revista cultural, una de las personas noté que usaba lenguaje muy tajante y no aceptaba matices. Le pregunté si era parte de La Cámpora y me respondió: “No, pero yo tengo que informar lo que se hace en el barrio”.

A buen entendedor, pocas palabras.

Nos quieren brutos y miedosos. Los adolescentes no saben las tablas de multiplicar. En su paso por las universidades reparten diplomas como si fueran figuritas sin valor. A los presos les pagan sueldo y cobran casi el doble que la jubilación básica.

Hace casi una década atrás, quien era director de cultura local y a su vez estudiante en la universidad de mi ciudad, un día me dijo:

“Mirá Luis, si alguien tuviera la suficiente paciencia de llevar una vaca y mantenerla en las aulas el tiempo necesario, con el tiempo seguro que le dan algún diploma”.

Que cada uno se las arregle como pueda. Yo de esta, me abro.

Luis Colombatto.


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