Argentinos en Brasil: Tango Carioca

MuyFútbol sigue inaugurando secciones, y en esta ocasión llega el turno de poner la lupa sobre el campeonato brasileño, sin lugar a dudas la mejor liga de América. A partir de ahora vamos a realizar un seguimiento semana a semana de las principales novedades de la competición, haciendo hincapié en la actuación de los jugadores argentinos, que con el tiempo han sabido ganarse un lugar en el corazón de los ‘torcedores’.

El Brasileirao es uno de los torneos más apasionantes del planeta. Además de contar con varios de los mejores equipos del continente, la situación económica del país en la última década permitió que su principal deporte prolifere sin sentir coletazos de la crisis que atravesaron las grandes potencias.

Las empresas -nacionales y extranjeras- apuestan por el desarrollo del torneo y eso alienta dos cosas: la presencia de figuras consagradas en Europa y el mantenimiento de juveniles que ya se asoman como las estrellas del futuro. Nombres como Rivaldo, Adriano, Neymar y Ganso equiparan al torneo carioca con las ligas del viejo continente.

El contexto detallado anteriormente se nutre constantemente de jugadores argentinos. Siempre se destacó de ellos su profesionalismo y su espíritu de competencia, algo que muchas veces no viene incorporado en el ADN del jugador brasileño. Uno de los que más contribuyó a la valoración de los argentinos en Brasil fue Pablo Guiñazú. Poco valorado en su país, el volante cordobés encontró lo mejor de su carrera en Internacional de Porto Alegre. Desde su llegada en 2007 se hizo amo y señor del equipo, y es considerado por fanáticos propios y ajenos como uno de los mejores jugadores del torneo.

Siguiendo la pista de Guiñazú, que sobresale como capitán y emblema de uno de los equipos más grandes, muchos compatriotas emprendieron su propia aventura en el Brasileirao. Es por eso que desde MuyFútbol vamos a seguir bien de cerca el rendimiento de jugadores como Montillo, D’Alessandro, Cañete, Lanzini, Herrera, Sand, Nieto y Escudero, entre otros.