Revista Opinión

Armas de destrucción masiva

Publicado el 07 noviembre 2012 por Elturco @jl_montesinos
Los seres humanos somos individuos, seres únicos. Personal e intransferible. Así, no obstante, el azar evolutivo quiso que también fueramos seres sociales, como condición sine qua non para seguir poblando este pedazo de universo venido a menos, dicen los ecologetas. Por el fornicio, vaya.
Entonces, con los siglos, las culturas y los mestizajes se han ido definiendo reglas y modos de comportamiento, que de algún modo nos permiten no matarnos del todo, los unos a los otros. Y hemos llegado al mundo global. Al de la información masiva. Al de internet. Al de 7 debates políticos en la tele. Al de los periódicos que dicen exactamente lo contrario cuando cuentan exactamente los mismos hechos. Y aquí es donde hemos de desenvolvernos. Nosotros y los que vendrán después. Tengo la sensación de que dentro de unos cientos o miles de años, cuando la historia juzgue este periodo, hablarán de revolución. En las manos de todos está que sea una revolución comparable a la del desarrollo de la agricultura o a la revolcuión industrial, aunque quizá estemos en los coletazos de esta. Ya dirán los historiadores.
Divago. Centrando. Personas humanas, relacionandose all around the world. All around the clock, tonight. Necesidad de encontrar capacidades para progresar, para crecer, para procrear, para vivir en definitiva, y vivir mejor en la sociedad que nos ha tocado por turno. En esto quería centrarme, ya me la he puesto a huevo, yo solo. A ver que tal me remato.
¿Cómo afrontar el asunto? Dos armas tenemos. La primera la que nos dice como hemos de comportarnos. La segunda la que corrije los errores.
La educación es el arma primordial. La espada con la que luchamos y nos enfrentamos al mundo, a sus ciudadanos, a toda situación. Nuestra marca genética empuña nuestros conocimientos y nuestro espíritu crítico, para batirnos el cobre con aquello que nos rodea. Pero claro... que digo... después de 40 años de franquismo y 30 de particocracia con su planes de estudio, a cada cual peor, que mierda de espíritu crítico vamos a tener. Lo primero que habría que enseñar a ciertas edades es a dudar del mismo profesor. Pero es mucho más comodo creer a pies juntillas, lo que ha dicho la tele. (Y en cada canal algo distinto)
Mal vamos por este camino.
Miremos pues hacia el arma correctiva. Yo la llamo justicia. Que viene a ser asunción de responsabilidades en vernácula. El que la hace la paga y esas cosas. Miremos pues hacia el arma correctiva y echémonos a llorar, si acaso. La  justicia no funciona, y eso no es nada nuevo. España, hace tiempo, que no va nada bien, tanto tiempo como los mas de 70 años, del párrafo anterior. 
Y en esas andamos. No saldremos de ningún agujero mientras no seamos capaces de solucionar este embrollo. La sociedades, necesitan de estas dos armas, personas educadas con discernimiento y capacidad crítica e individual, con dudas. Los datos estan en los libros. No hay por qué saberlos. Personas que asuman su responsabilidad de motu propio o forzadas por el sistema social. Pero no. La sensación de impunidad campa a sus anchas por entre los nuestros.
No podemos crear sociedad porque no tenemos educación y no podemos corregirla porque no tenemos justicia.
Así que la ausencia de estas armas es lo que nos tiene lastrados y cogidos al fondo del hoyo. No hace falta que el Premio Nobel de la Paz vaya a buscarlas a Irán, en los próximos meses, que irá, están aquí, en España. La ausencia de educación y de justicicia son las armas de destrucción masiva con las que venimos siendo bombardeados desde hace casi un siglo. Y así está el país. Hecho un erial.

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