Revista Cultura y Ocio

Artemisa, de Andy Weir

Publicado el 28 marzo 2024 por Laura Coll Rigo

Hace seis o siete años leí El marciano, la obra más conocida de este autor. Hasta entonces no había leído mucha ciencia ficción y fue mi primer encuentro con un autor que hablaba de ciencia como quien habla del tiempo. Me pareció una novela curiosa, pero no fue santo de mi devoción. G escuchó el audiolibro de Artemisa hace poco, así que, para comentarlo con él y darle una segunda oportunidad al autor, decidí leerlo. En mi caso, lo he leído en digital porque mi intención era saltarme la abrumadora cantidad de detalles científicos... pero al final no ha sido necesario, porque la novela no se ha hecho nada pesada.

Artemisa, de Andy Weir

Jazz Bashara es una criminal... O al menos lo parece. La vida en Artemisa, la primera y única ciudad de la Luna, es difícil si no eres un turista adinerado o un multimillonario excéntrico. Así que hacer un poco de contrabando de lo más inofensivo no cuenta, ¿verdad? Sobre todo cuando hay que pagar deudas y tu trabajo como transportista apenas alcanza para pagar el alquiler.
De pronto, Jazz ve la oportunidad de cambiar su destino cometiendo un delito a cambio de una lucrativa recompensa. Y ahí empiezan todos sus problemas, pues al hacerlo se enreda en una auténtica conspiración por el control de Artemisa que la obliga a poner en peligro su propia vida...

No creo que vaya a extenderme mucho con esta reseña porque es una novela que busca el entretenimiento sin pretensiones y que te atrapa mientras la lees, pero sabes que la olvidarás al cabo de poco tiempo.

Artemisa, de Andy Weir

La trama no es nada del otro mundo (bueno, literalmente sí que lo es): Jazz, una veinteañera muy inteligente, vive en la Luna, donde se dedica al contrabando. Acepta el encargo de sabotear unas excavadoras, pero lo que parecía una tarea sencilla, se complica de formas insospechadas. Durante toda la obra seguiremos las peripecias de Jazz, quien se ve metida en un lío tras otro y que cada vez se tiene que enfrentar a mayores retos.

Tengo que empezar diciendo que esperaba que la historia fuera muy distinta, que en lugar de quedarnos encerrados en un planeta, como sucedía en El marciano, explorásemos el universo en una nave. En su lugar, todo sucede en la Luna. De esta forma, mientras que la primera novela del autor exploraba las ventajas e inconvenientes de vivir en Marte, aquí hace lo mismo, pero con la Luna y sus especificidades. Parece que el verdadero interés del autor es estudiar los entresijos de la colonización planetaria, no a nivel social, como viene siendo habitual, sino a nivel científico-técnico.

No estamos ante un manual científico, ni mucho menos, la novela se rinde a su trama, pero sí que hay mucha información completamente innecesaria y artificial sobre el funcionamiento de una base humana en la Luna. La obra está narrada en primera persona pasado y Jazz nos habla en algunas ocasiones directamente a nosotros, cosa que no se justifica en ningún momento (no es que la estén entrevistando ni que haya decidido escribir su historia). A veces, hace incisos en su narración para explicarnos cosas que ella sabe perfectamente, pero que desconoce un lector corriente. Admito que me han sorprendido todas las curiosidades sobre la vida lunar (te desplazas rápido por la baja gravedad, no te haces daño al caer, les sobra oxígeno, los incendios son catastróficos, la temperatura de ebullición del agua es distinta y por eso el café está frío,...) y he descubierto muchas cosas que ni me imaginaba, pero al mismo tiempo, esta forma de transmitir la información me ha molestado mucho porque me saca de la experiencia: es como si la intención fuera darme lecciones.

"Jin sorbió su café y puso mala cara. Lo he visto antes. Los terrícolas odian nuestro café. La física dicta que sabe a rayos. El aire de la Tierra tiene un veinte por ciento de oxígeno. El resto es material que los cuerpos humanos no necesitan como nitrógeno y argón. Así que el aire de Artemisa es oxígeno puro al veinte por ciento de la presión atmosférica de la Tierra. Eso nos da la cantidad de oxígeno precisa al tiempo que reduce la presión en los cascos. No es un concepto nuevo, se remonta a los días del Apolo. La cuestión es que cuanto menor es la presión, más bajo es el punto de ebullición del agua. El agua hierve a 61 grados Celsius aquí, con lo cual el té o el café no pueden estar más calientes. Al parecer, es desagradablemente frío para la gente que no está acostumbrada."

Hay u n amplio elenco de personajes, pero no son más que herramientas con las que Jazz mantiene una interacción mínima. Pese a que todo sucede en una colonia lunar, una ciudad llena de gente, Jazz actúa siempre por su cuenta y no pide ayuda. En El marciano también teníamos a un protagonista solitario, pero eso se justificaba por el hecho de estar atrapado e incomunicado. Aquí volvemos a tener una protagonista que habla consigo misma durante gran parte de la novela porque no quiere establecer lazos con nadie. Incluso en los pocos momentos en los que forma parte de un equipo, la trama busca una excusa para enviarla a hacer tareas por su cuenta o para cortar las comunicaciones.

"Hice algunas compras en la Burbuja Bean. Era más caro de lo que quería, pero necesitaba ropa especializada. Artemisa tiene una pequeña población musulmana (incluido mi padre), así que hay unas pocas tiendas que les dan servicio. Encontré un vestido largo color habano con un patrón bordado con estilo. Era adecuado hasta para la chica musulmana más conservadora. También compré un niqab verde oscuro. Pensé en marrón o negro, pero el verde oscuro y el color habano combinaban muy bien. Solo porque estuviera planeando un golpe, no quería decir que no pudiera estar guapa al hacerlo.
Vale, ya puedes dejar de simular que sabes qué es un niqab. Es un pañuelo tradicional islámico que cubre la parte inferior de la cara. Combinado con un hiyab para cubrirme el pelo, solo mis ojos eran visibles. Una gran forma de llevar una máscara sin levantar sospechas."

Entiendo que Jazz sea muy independiente, pero no hay ninguna reflexión acerca de esta filosofía de vida. No es bueno aislarse de los demás porque tarde o temprano necesitamos el apoyo de los otros, pero en ningún momento se critica a Jazz por utilizarlos como herramientas.

Por supuesto, Jazz es la única verdaderamente caracterizada y su personalidad monopoliza la novela. Como personaje tampoco es nada fuera de común: es una chica de 26 años con mucho talento y potencial debido a su inteligencia, pero lo desperdicia en trabajos de poca monta que le permitirán amasar mucho dinero. Se nos muestra como una chica despreocupada, bastante inmadura, con sentido del humor y capaz de adaptarse a cualquier situación. Todo eso hace que parezca la versión femenina (y un poco más joven) del protagonista de El marciano. El único rasgo diferenciador es su relación con la cultura musulmana (ella no es creyente, pero su padre sí), que aparece mencionada esporádicamente.

Artemisa, de Andy Weir

Es un personaje con garra y carisma (por suerte, porque es quien carga con todo el peso de la historia y de la narración), que impregna la narración con un tono humorístico, aunque a mí no me ha parecido tan divertida como se cree. Tiene un código moral heredado de su padre (nunca engaña cuando se trata de negocios) que da un poco de juego, pero se podría haber explotado más. Es muy resolutiva y los secundarios nos recuerdan constantemente que tiene una mente brillante, pero no me ha parecido justificado que malgaste su inteligencia y habilidad en trabajos precarios. Entiendo que quiere mucho dinero y rápido, pero hubiera sido mucho más eficiente para ello encontrar un buen trabajo honrado, que es cosa fácil, porque todos la quieren en su equipo. Además, al final te quieren vender que controla todo el submundo criminal, pero si eso fuera verdad, tendría mucho más dinero.

El resto de personajes aparecen solo cuando la trama les necesita, no tienen profundidad y las pocas escenas que comparten con Jazz no sirven para profundizar su relación, solo arañarla. Me duele que el padre sea tan secundario, teniendo en cuenta la importancia que tiene para Jazz y que lo del mejor amigo se arregle de una forma tan sencilla. Además, de vez en cuando se intercalan cartas del intercambio epistolar entre Jazz y un chico de la Tierra, con quien lleva hablando desde que iba al instituto. Esperaba que esto tuviera alguna relevancia, pero no es más que una excusa para conocer el pasado de Jazz y el amigo no es relevante. Podrían ser páginas de un diario y aportarían lo mismo.

"-¿Qué pasa, papá? Vas lento como un aprendiz hoy.

-¿Estás de broma? Te he visto usar un soplete con una mano y controlar los niveles de una mezcla con la otra al mismo tiempo. ¿Por qué estás...?

No era un trabajo normal. Al día siguiente, la vida de su hija dependería de la calidad de esas soldaduras. Lentamente, comprendí que, para él, era el proyecto más crítico que había hecho nunca. No aceptaría nada que no fuera lo mejor. Y si eso significaba pasarse todo el día, así sería. [...]
Poca gente tiene la oportunidad de cuantificar el amor de sus padres. Pero yo sí. Mi padre debería haber tardado cuarenta y cinco minutos en completar el trabajo, pero tardó tres horas y media. Mi padre me quiere un 366 por ciento más de lo que quiere cualquier otra cosa."

En cuanto a la trama, intenta ser un comentario sociopolítico (mafias, contrabando, acuerdos comerciales, corrupción) pero lo trata con tal s implicidad y de forma tan superficial, que pasa de ser el tema principal al marco de la historia. Esperaba una trama mucho más poderosa que esta: las travesuras de una adolescente en el espacio. Algunos de los puntos álgidos de la historia son la destrucción de cuatro excavadoras, la pelea con un matón, una persecución por la superficie lunar y huir de un edificio a punto de estallar. Nada de todo esto entraña la más mínima complicación para una joven que sabe de casi cualquier rama científica y que se conoce la Luna como la palma de su mano. Es por eso que la novela se vale de puentes rotos para dificultar el avance de la trama. El principal recurso narrativo de esta novela es poner a la protagonista en una situación difícil para nosotros, pero que ella es sorprendentemente capaz de resolver... para entonces añadirle un grado más de dificultad (tiene la mitad del tiempo, no tiene aire, se ha quedado sin materiales, la puerta se ha atascado, la atacan para interrumpirla...). Problemas artificiales que crean tensión artificial y que resultan repetitivos: llega un punto en el que sabes que todo saldrá mal y que tendrá que ingeniárselas de otra manera para lograr sus objetivos.

Artemisa, de Andy Weir

Además, la tensión y la carga dramática se desvanecen enseguida, porque Jazz, como narradora, siempre quita hierro al asunto, en un esfuerzo por resultar cercana al lector. En su anterior obra, el humor era la forma que tenía el protagonista de lidiar con la situación, un escape de la realidad; Jazz no se encuentra en constante peligro, por lo que el humor no debería ser el tono general de la obra.

La historia es dinámica, con escenas muy cinematográficas y acción constante, así como pocos instantes para tomar aire y dejar que los personajes se desarrollen. El tono ligero y despreocupado hace que se lea con agilidad, pese al tono científico que adopta la narración en algunas situaciones. Hay algunas explicaciones científicas, pero no son extensas y están simplificadas, como si su única función fuera dar verosimilitud a la historia y sumergir al lector en el ambiente lunar. Eso ha propiciado que algunas descripciones me parecieran confusas porque faltaba detalle.

El final amable es coherente con el tono ligero de la obra, pero contradictorio con el drama y el realismo que presentan las situaciones. Los conflictos escalan hasta tal punto que a mí no me parece creíble que haya ninguna consecuencia grave a todo lo sucedido ni que la protagonista reciba ninguna penalización por todo lo que ha provocado.

En conclusión, Artemisa es un libro que trata de reproducir el éxito de El marciano cogiendo la misma fórmula, pero le sale rana. Tiene la mayoría de los ingredientes de la primera novela, pero como la historia marco es distinta, no funcionan tan bien y el resultado es un pastiche con poca gracia. Es una obra dinámica, con acción y un toque científico que te situa en el contexto lunar sin abrumarte, por lo que se lee con facilidad. El tono es ligero y humorístico constantemente, cosa que hace que se le reste importancia a las situaciones tensas y más dramáticas. Los secundarios no son más que herramientas con poca profundidad y la protagonista solo se caracteriza por cuatro rasgos definitorios. Es entretenida, pero no aporta nada nuevo.

Por útlimo, me gustaría recomendaros esta reseña de Fabulantes, porque me parece que hace un análisis concienzudo de los fallos y pocos aciertos de esta novela.

  • Los musulmanes solo se inclinan ante Alá.
  • La temperatura de ebullición del agua es distinta en la Luna y por eso el agua caliente está más fría.
  • Si en la Luna caes de una gran altura, no te haces daño.
  • Encender fuego en una atmósfera solo de oxígeno es mala idea.
  • Datos inútiles sobre vivir en la Luna.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

Artemisa, de Andy Weir

Artemisa, de Andy WeirArtemisa, de Andy Weir Artemisa, de Andy WeirArtemisa, de Andy Weir

Volver a la Portada de Logo Paperblog