Hemos visto que el forro polar es una excelente herramienta contra el frío moderado, especialmente en situaciones de actividad física intensa donde no se necesita una protección térmica grande pero sí una alta capacidad de transpirabilidad que permita la evacuación y evaporación del sudor.
¿Cómo debemos protegernos del frío más extremo o qué prenda debemos usar para complementar al forro polar cuando detenemos nuestra actividad?
Vamos a conocer las prendas especializadas en el aislamiento térmico que no deben faltar nunca en tu armario.
Hoy hablaremos de las prendas de aislamiento (generalmente encontrarás estas prendas en los catálogos de los fabricantes con la denominación de insulation).
PRENDAS DE AISLAMIENTO: EFICACIA VS EFICIENCIA.
Algo que hay que entender de los materiales aislantes es la importancia de la eficiencia.
Resolver el problema del frío es a priori sencillo, basta con rodear tu cuerpo con algún material o tejido que aisle térmicamente en mayor o menor medida. Con algunos materiales encontrarás tu grado de confort con unos cientos de gramos y con otros hará falta añadir varios cientos de gramos más.
Pondremos un ejemplo que todos conocemos: antiguamente se usaban en los pueblos, en esas casas sin calefacción central, unas eficaces pero pesadas mantas de lana. Si hacía mucho frío añadíamos una manta más. Al final dormíamos placidamente bajo el peso de todos esos kilos de lana.
La clásica manta de lana de toda la vida.
En cambio, hoy podemos escoger edredones de plumas que con mucho menos peso nos ayudan a dormir igual de bien. Aunque las mantas de lana y el edredón de pluma son igual de eficaces, nos quitan el frío, el ededrón de pluma es más eficiente (nos “aplasta” menos y es como no tener “nada” encima).
¿Cuál es la causa por la que las plumas del edredón son más eficientes que la lana para abrigarnos? Una cualidad de los materiales es la respuesta: el relleno de pluma ofrece una mayor resistencia a la transferencia térmica: es mejor aislante.
Podemos decir pues, que cuanto mejor aislante es un material menos cantidad del mismo necesitaremos utilizar en nuestras prendas para estar térmicamente estables.
Hay materiales que son excelentes aislantes pero que, por efectos prácticos, no podremos utilizar. Para los deportes al aire libre los aislantes han de cumplir además de sus buenas cualidades térmicas otros requisitos y adaptarse al tipo de actividad que realizamos.
QUÉ MÁS PEDIRLE A NUESTRO AISLANTE.
Generalmente debemos exigir a estos materiales que sean “cómodos” para vestirlos en forma de prendas técnicas. De este modo, por ejemplo no deben resultar demasiado rígidos, tienen que poderse lavar y, a ser posible secar rápido, ocupar poco espacio plegados, etc.
Plumífero en su funda: apenas pesa y ocupa en tu mochila.
Una de sus características más importantes es que sean suficientemente transpirables.
La gestión de la humedad es un tema siempre presente y es especialmente importante cuando se realizan actividades físicas intensas.
MÁS ALLÁ DEL FORRO POLAR.
Dijimos que el forro polar es caliente, transpirable y gestiona de manera sobresaliente la humedad. También es mucho más ligero y cálido que la lana. Entonces ¿por qué no usar sólo el polar?
Primero, el forro es un buen aislante (es eficaz), pero en términos de eficiencia existen prendas más eficientes (con menos gramos calientan más).
Segundo, sería posible abrigarse sólo con forros polares, pero estaríamos en el escenario de las viejas mantas de lana: sería necesario llevar puestos varios de ellos. Por una razón de economía de peso, hay pues mejores opciones.
Tercero, podría decirse que el peso no es tan importante, al fin y al cabo una vez puestas, hasta las prendas pesadas se llevan con relativa comodidad. Cierto, pero la Naturaleza es cambiante: lo que en un momento dado está bien puede ser excesivo o insuficiente más tarde. Es por eso que generalmente en los deportes de montaña se lleva ropa extra en la mochila (para ponerse o quitarse prendas y transportar nuestro “armario” portatil). Y es entonces cuando se hace difícil cargar con muchos polares, por la buena razón del peso y también del espacio.
Y cuarto, al hilo de lo anterior, los polares son prendas voluminosas si las comparamos con una prenda de aislamiento (ver arriba el plumífero verde en la funda de compresión comparado en tamaño con un bidón de agua).
Un polar cálido, de los más pesados y voluminosos del mercado: 800 gramos. Usada en nuestro Sistema de Capas debería complementarse con alguna prenda cortavientos (a sumar 150-200 gramos mínimo). Si queremos proteger la cabeza añadamos 40-60 gramos de un gorro grueso.
Una down jacket de 375 gr (con 99 gramos de relleno de plumón 800 Fill-Power) como ésta sería incluso algo más cálida que ese polar tan pesado. Además, esta prenda es resistente al viento y tiene capucha.
Para los casos en que los forros polares no son un aislante suficiente o para transportar una prenda extra lo más ligera y caliente posible, existen las prendas de Capa 2 que la mayoría de fabricantes agrupan en sus catálogos bajo la denominación Insulation (aislamiento), de los que estamos hablando y a los que nos referimos como “prendas de aislamiento”.
Estas prendas son esenciales sobre todo en condiciones y entornos de frío intenso, e incluso para los usos lúdicos más modestos ofrecen un grado de seguridad y confort que ninguna otra prenda puede ofrecer. En mi opinión, por una cuestión de pura seguridad, siempre debería transportarse en la mochila una de estas prendas pues son ligeras y compactas y pueden realmente salvarnos la vida.
Esto no significa que los polares no sean prendas adecuadas. Hemos dicho que son prendas magníficas. Pero hay que saber entender el rol que ocupan, cómo usarlas eficazmente y cómo hacerlas jugar en equipo con otras prendas como las prendas de aislamiento, ya que por sí solas tienen muchas limitaciones.
AISLANTES SINTÉTICOS Y NATURALES.
La mayoría de fabricantes tienen dos categorías principales de prendas de Insulation en función del material utilizado en el relleno aislante: down o pluma natural y sinthetic o relleno sintético (generalmente alguna variedad de polyester).
Un trozo de relleno sintético, presente en multitud de prendas.
Los rellenos naturales y sintéticos tienen sus pros y contras. En este momento es importante que sepas que, generalmente (si es de buena calidad) el relleno natural (down o pluma) es más eficiente que el sintético. Por contra, en caso de verse afectado por la humedad, el relleno sintético es, a priori, menos vulnerable y por lo tanto mejor opción que la pluma en ambientes húmedos (o potencialmente húmedos) o en situaciones de uso continuado donde nuestra propia transpiración puede llegar a humedecer el relleno y mermar su capacidad de aislamiento.
La partícula “mágica” del plumón, el elemento más cálido que se conoce.
El asunto de los rellenos naturales y sintéticos será tratado en detalle en otro artículo, pues se trata de un tema extenso y muy interesante.
POR QUÉ UNA PRENDA DE AISLAMIENTO EN TU MOCHILA.
Esta pregunta tiene la misma respuesta de siempre cuando hablamos del Sistema de Capas: comodidad y seguridad.
En mi caso personal me llevó años darme cuenta de esto, pero una vez que probé estas prendas ya no me he separado de ellas. Son un verdadero seguro de vida y evitan muchas molestias. Pero te daré más motivos:
1) EFICIENCIA = MENOS PESO = MÁS ESPACIO = MÁS PRENDAS
Si seleccionas eficientemente tus prendas ahorrarás en peso (y también en espacio), posiblemente llevarás menos prendas que te permitirán llevar otras adicionales o bien llevarás prendas más cálidas que te protegerán más cargando menos peso.
Por el peso/espacio de dos polares puedes llevar una chaqueta de aislamiento, mucho más cálida, un gorro y unos guantes… ¿qué preferirías?
Cuando no uses tus prendas tendrás que cargar con ellas. Si llevas varios polares o prendas de lana, en una subida por ejemplo pasarás calor y tal vez sólo necesites uno o ninguno, tendrás que llevarlos en la mochila. ¿prefieres cargar la mochila hasta arriba o ir más ligero?
Cima del Everest: el 100% de los visitantes de esta cumbre llegan hoy día vistiendo prendas de aislamiento.
2) BAJA ACTIVIDAD = MÁS NECESIDAD DE CALOR
A menos actividad física más abrigo necesitaremos (más capacidad de aislamiento térmico). Para actividades estáticas (observación de aves, fotografía, etc.) o para actividades moderadas (pasear, pescar, trabajos manuales, etc.) estas prendas ofrecen una altísima protección.
Un fotógrafo trabajando en una zona fría: las prendas de aislamiento son idóneas para actividades estáticas como la fotografía.
Del mismo modo, en las pausas en actividades de alta intensidad en entornos fríos es necesaria una prenda que abrigue bastante, sea ligera y ocupe poco espacio, ya que casi siempre estará guardada en la mochila y será usada sólo en esos momentos puntuales. El resto del tiempo la actividad física intensa elevará la temperatura corporal y la necesidad de abrigo será mucho menor.
En entornos profesionales son la única opción.
En actividades de montaña estas prendas son muy utilizadas. Las imágenes nos muestran su uso típico: cubierto con la prenda en una reunión y mientras se descansa.
3) PRENDA MÁS CÁLIDA = MÁS CONFORT Y MÁS SEGURIDAD
En el caso de las actividades más ligeras como el senderismo o excursionismo estas prendas son igual de valiosas.
En mi opinión son imprescindibles: cada año hay accidentes e incluso muertes de personas que se han perdido o se han visto en circunstancias climáticas que les han llevado a sufrir una hipotermia. El hecho es que sufrir una hipotermia es muchísimo más sencillo de lo que la mayor parte de la gente cree. Se puede sufrir una hipotermia incluso con temperaturas suaves si se dan las condiciones y nuestra elección de prendas no es acertada. Ya explicamos que una buena base (prendas interiores o Capa 1) es fundamental. Pero si la temperatura desciende necesitaremos aislamiento térmico (a cargo de la Capa 2 como venimos viendo).
Sucede que mucha gente realiza actividades con una prenda de abrigo que sólo le sirve para mantenerle caliente mientras camina y a duras penas cuando se detiene. ¿Qué ocurre si surge un imprevisto? ¿Qué ocurre si las paradas se alargan? ¿Y si la temperatura es más baja de lo esperado? ¿Y si sufrimos un accidente, nos perdemos o desorientamos o simplemente nos cae la noche? Si vas con la cantidad justa de ropa de abrigo… hay un problema que puede volverse muy grave.
Sin ser tan dramáticos y fatalistas. Por mera comodidad, evitar pasar frío, estas prendas se agradecen un montón en algo tan cotidiano como es la hora de la comida en el campo.
El escenario más común de uso para unos excursionistas: la hora de la comida.
Muchas personas, por desconocimento confían su confort y seguridad frente al frío a prendas completamente inadecuadas… yo mismo lo he hecho durante años (y pasé frío muchas veces). Ejemplos clásicos son personas “abrigadas” con un softshell, o con un softshell + cazadora impermeable (tipicamente de Gore-Tex), caminando con cara de frío. En el mejor de los casos disponen de un polar. No llevan más porque son prendas voluminosas y pesadas. El polar puede ayudar y el softshell abriga un poco… pero puedo garantizar que si se detiene el tiempo suficiente y se ve expuesto al frío en pocos minutos esa persona lo pasará mal. Pueden ponerse toda la ropa de que disponen y en una simple comida no están cómodos… no pensemos si se hiciera de noche qué ocurriría.
Si te ves retratado piensa que algún día podrías tener un problema. Sí aún así esto no te da miedo, hazlo sólo por estar más caliente en tus paradas y disfrutar más de las comidas.
Una inversión en una prenda eficiente (calentita) y que no te dará pereza llevar porque ocupa poco y es ligera es algo que agradecerás siempre. Incluso poco a poco comenzarás a usarla para otras actividades ajenas a los deportes al aire libre. Viajarás con ella, la usarás en tu día a día… estarás más cómodo y a salvo.
El precio no es un obstáculo ya que hay incluso opciones low-cost de prendas de aislamiento
Puzzle Bobble
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Puzzle De Bloques
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