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ARTÍCULO: La Capa 2 -  Prendas de abrigo IV: Otras prendas.

Por Nikolai79
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Hemos venido hablando de las prendas de abrigo de la Capa 2, de los forros polares, y de las prendas de aislamiento. En este artículo vamos a hablar de las otras prendas de Capa 2, destinadas a proteger nuestro cuerpo de las bajas temperaturas.

Normalmente hacemos hincapié en las prendas que cubren el tronco, pues es el lugar donde se encuentran nuestros órganos y donde más afecta el frío. Pero no podemos olvidarnos de proteger el resto del cuerpo, especialmente las extremidades, más sensibles a las bajas temperaturas ambientales y generalmente más expuestas a las agresiones térmicas.

UNA PRENDA PARA CADA PARTE DEL CUERPO.

Para hacernos una idea de la incidenca de las prendas sobre el grado de confort y seguridad podemos hablar de BSA (Body Surface Areas), es decir el porcentaje que suponen las distintas partes sobre el total del cuerpo. Es fácil buscar este dato, pero para hacerlo más sencillo veamos en su lugar que porcentaje representa cada prenda:

Guantes: 1%
Braga/bufanda: 2%
Gorro: 4%
Calzado/calcetines: 7%
Balaclava/pasamontañas: 8%
Pantalones: 43%
Chaqueta o cazadora: 48%
Chaqueta o cazadora con capucha: 54.5%
Traje tipo mono: 80%
Saco de dormir: 98%

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Los calcetines, los pantalones térmicos, los gorros, las bragas y bufandas para el cuello, los guantes y cualquier otra prenda que sirva para protegernos del frío es una prenda de Capa 2. Sin embargo éstas suelen llevar a cabo el rol de varias de las capas.

Estas prendas, en muchos casos realizan funciones de dos o las tres Capas del Sistema de Capas.

Los calcetines podrían considerarse prendas de Capa 1 y Capa 2, del mismo modo que unos pantalones térmicos interiores, una braga, un gorro o unos guantes. En otros casos podrían realizar también funciones de Capa 3 si ofrecen protección contra el agua y/o el viento.

Otra prenda particular sería el saco de dormir, destinada a protegernos del frío en el momento de menor actividad física (mientras descansamos y/o dormimos).

Aprovechemos para negar el mito de que por la cabeza se pierde hasta el 75% del calor corporal, es falso. Cubrirse la cabeza es importante, pero como lo es cubrirse las manos y otras partes del cuerpo. En realidad, supone un máximo de un 10%.

PRENDAS PARA LAS EXTREMIDADES.

Las extremidades son un punto crítico que debemos proteger con especial mimo y cuidado. 

Manos y pies son partes de nuestro cuerpo vitales: son nuestras herramientas de manipulación y desplazamiento. El uso intensivo que hacemos de éstas es lo que las hace más expuestas y vulnerables al frío:

- Pies y manos están especialmente expuestos a la pérdida de temperatura por conducción, es decir, por contacto directo con materiales fríos: caminar sobre suelos fríos o nieve y manipular objetos fríos son dos ejemplos.

- De la mano de lo anterior, pies y manos se ven también más expuestos a la humedad y por lo tanto son más propensos a perder calor por evaporación y convección.

- Ambas son zonas con propensión al frío por el simple hecho que son los puntos más alejados del sistema circulatorio. La sangre que bombea el corazón tiene que recorrer un largo camino hasta llegar a los dedos de pies y manos y sucede que el riego sanguíneo ofrece un aporte de calor importante a las diferentes partes del cuerpo. Como líquido que es, el tejido sanguíneo es un excenlente conductor de calor y funciona de un modo semejante a los radiadores de agua de una casa.

Al proteger estas zonas deberemos tener en cuenta todo esto para dotar a nuestros pies y manos de una protección adecuada.

A continuación realizamos un breve repaso de estas prendas que algún día veremos en detalle en artículos independientes.

PROTRECCIÓN PARA LAS MANOS

En ambientes fríos y/o al manipular objetos fríos debemos proteger las manos con las prendas de protección diseñadas para este fin, principalmente los guantes. 

El clásico guante de cinco dedos es una prenda que cubre la palma y dorso de la mano, la muñeca (total o parcialmente) y de manera independiente cada uno de los dedos.

Los guantes pueden estar confeccionados con diferentes tejidos y contar con muy diversos diseños por lo que habrá que atender muy bien a sus características y construcción a la hora escoger el guante adecuado para cada tipo de actividad en función de las condiciones ambientales que preveas encontrar (temperatura, humedad, viento, etc.).

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  Clásico guante de montaña.

Las manoplas son la prenda de protección para las manos que, por su diseño, protege de manera más eficaz contra el frío. En lugar de un espacio individual para los dedos las manoplas dejan únicamente sólo al pulgar y agrupan el resto de dedos. De esta manera, al permanecer juntos los dedos se calientan entre sí. El pulgar permanece aislado para permitir manipular objetos a modo de pinza. 

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Unas manoplas, típica prenda de mano para climas rigurosos.

Los tridedos o guantes de tres dedos son un diseño de guante a medio camino entre el guante tradicional y la manopla: más calientes que un guante y más cómodos de usar que las manoplas.

Pueden agrupar los dedos de dos en dos o bien dejar libre índice y pulgar para facilitar los trabajos manuales.

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Ejemplo de tridedos de ciclismo.

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Otro ejemplo de tridedos orientados a alta montaña.

Hablemos ahora de los sotoguantes o guantes interiores. Se trata de unos guantes finos y generalmente elásticos diseñados para ser usados con temperaturas moderadas o bien para utlizarse bajo  manoplas o guantes más gruesos. En el modelo de capas podrían ser considerados la Capa 1-2 para las manos. 

Estos guantes finos sirven para reforzar el aislamiento o para permitir manipular más cómodamente objetos manteniendo un cierto grado de protección, ya que en ocasiones ciertas tareas no pueden realizarse llevando guantes gruesos o manoplas.

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Sotoguantes lowcost de la marca de esquí de Oxylane (Decathlon).

Los calentadores de muñeca o wrist gaiter son otro accesorio interesante. Son prendas destinadas a cubrir únicamente la palma y dorso de la mano, la muñeca y parte del antebrazo. Pueden ser protección suficiente con tiempo fresco y un refuerzo o complemento a los gauntes o manoplas. Su principal función es limitar la pérdida de calor corporar en la unión de la manga de la chaqueta y el guante: la muñeca es un punto muy sensible, pues tiene un importante riego sanguíneo, si la sangre pierde temperatura al pasar por la muñeca ésta llega más fría a los dedos. La sangre supone un aporte fundamental de calor para los dedos, por lo que protegiendo la muñeca podemos prevenir la aparición de molestias en las puntas de los dedos.

Algunas chaquetas (softshells o polares) incorporan una especie de calentador de muñeca en el extremo de la manga. Es un buen detalle a la hora de escoger una prenda de este tipo.

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Calentadores de muñeca.

Por último podemos hablar de los mitones o guantes sin dedos. Generalmente sirven más para proteger contra la abrasión la palma de la mano o para mejorar el agarre y la adherencia, aunque existen modelos que se parece bastante a los calentadores de muñeca con una mayor capacidad de aislante térmico.

Incluso podemos encontrar en el mercado variantes de guantes sin dedo que se pueden transformar en manopla. Generalmente se trata de guantes en la que la dexteridad es fundamental, para tareas donde hay que realizar tareas manuales imposibles de realizar con guantes. Son muy comunes este tipo de guantes para actividades como la caza, si bien se pueden acomodar muy bien igualmente para otras actividades lúdicas al aire libre como la fotografía.

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Guantes sin dedos transformables en manopla.

PROTECCIÓN PARA LOS PIES

Los pies suponen un porcentaje significativo y, al igual que las manos, son esenciales ya que es nuestro medio de desplazamiento natural (y en la Naturaleza puede que el único).

En el contexto del Sistema de Capas, los calcetines son la prenda para los pies que realiza las funciones de Capa 1 y Capa 2 de manera simultánea: gestión de la humedad (sudor) y aislamiento térmico. Además unos buenos calcetines hacen más cosas como aliviar la fricción con el calzado previniendo la aparición de heridas y ampollas.

Existen una gran variedad de diseños y de materiales en la confección de calcetines. Puesto que se trata de una prenda que debe gestionar la humedad que genera nuestro cuerpo naturalmente, es preciso que no absorba mucha humedad y que su secado sea rápido. La buena gestión de esta humedad evita la pérdida de calor por evaporación, fundamental y primera para mantener el confort en nuestros pies: evitar que la piel esté mojada. Es por ésto que los clásicos calcetines de algodón, tan comúnmente utilizados en el día a día, NO son una elección para las actividades al aire libre, ya que como vimos al hablar de las Prendas Interiores de la Capa 1, el algodón es un tejido natural que retiene mucha humedad y con un tiempo de secado muy grande.

Complementariamente, en función de las temperaturas y condiciones que vayamos a afrontar, habrá que escoger una mayor o menor capacidad de aislamiento térmico. Así, para unas temperaturas bajas invernales habrá que optar por tejidos más gruesos y materiales más aislantes.

Como otras prendas, los calcetines, si el calzado lo permite, pueden usarse apilados, es decir, podemos utilizar un calcetín sobre otro calcetín para cada pie. Esto puede ser una buena estrategia: calcetín fino de material sintético que gestione eficientemente la humedad + calcetín más grueso que se ocupe de aislar.

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Calcetines con relleno sintético Primaloft, una opción para climas fríos.

La pareja de los calcetines es el calzado. En actividades al aire libre utilizaremos botas, si bien las opciones en calzado deportivo outdoor son muy diversas para adaptarse a distintos usuarios, distintas necesidades y distintas actividades.

La bota tiene un rol mixto de Capa 2 y Capa 3 en nuestro Sistema de Capas: la bota ofrece al mismo tiempo una protección contra el frío y una protección contra los elementos (viento, agua, nieve…). Al ser nuestro medio de locomoción, los pies además realizan múltiples funciones adicionales en las que ahora no vamos a entrar.

En lo que a combatir el frío se refiere, está claro que hay distintas botas para distintos climas. Evidentemente por sus materiales de construcción y su diseño hay botas mucho más cálidas (aislantes) que otras. Habrá siempre que adecuar nuestra elección de calzado al entorno y las temperaturas que vayamos a encontrar.


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Botas de trekking, la elección lógica con buen tiempo.

Las botas de alta montaña o las diseñadas para climas fríos cuentan con aislantes más generosos y gruesos, así como suelas más altas (minimizando así la pérdida de calor por conducción al caminar o estar en contacto con superficies heladas).

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Botas de alta montaña: diseñadas para otro entorno y temperaturas bajas.

PRENDAS PARA LA CABEZA, CARA Y CUELLO.

Estas partes del cuello son bastante resistentes al frío por el hábito de llevarlas casi siempre “desnudas”. Sin embargo en determinadas condiciones de frío será completamente necesario cubrirlas con prendas de protección para evitar una pérdida de confort e incluso prevenir males mayores.

Las prendas para proteger estas partes del cuerpo son los gorros, sombreros, bragas, cintas tubulares (tipo Buff), bufandas, balaclavas y pasamontañas.

Durante mucho tiempo circuló por ahí el mito de que por la cabeza perdíamos un porcentaje altísimo de calor corporal: lo cierto es que la cabeza ronda el 10% de la superficie de nuestro cuerpo y supone exactamente eso y no más.

Con todo, cubrise la cabeza es un método muy sencillo y cómodo de abrigarse y de termorregular nuestro cuerpo. Un simple gorro o una capucha puede ayudarnos con este sencillo pero efectivo truco. Los efectos de este pequeño gesto son modestos pero inmediatos y muy eficaces. Si sientes algo de frío prueba a taparte la cabeza antes de usar una prenda más grande y sí, al contrario, sufres calor, prueba a descubrirte antes de quitarte otra prenda.

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Las bandas tubulares nos sirven para casi todo.

El cuello abrigado previene la pérdida de calor de la sangre que pasa por las venas y arterias que van al cerebro.

La cara, en situaciones extremas también habrá que cubrirla para evitar congelaciones. Hay que estar atento a los síntomas: un dolor leve que luego se vuelve agudo y un enrojecimiento son indicios de una primera fase de congelación.

PRENDAS PARA LAS PIERNAS.

Las piernas son partes del cuerpo bastante más resistentes al frío que el tronco pero sin embargo no debemos descuidar su protección térmica. Suponen un porcentaje tan alto de nuestra superficie corporal que indudablemente van a jugar un papel importante en nuestro confort térmico.

La ausencia de órganos y un poderoso riego sanguíneo para alimentar a los grandes músculos que conforman nuestras piernas las hace mucho menos exigentes. La prenda de las piernas suele ser un pantalón. Un pantalón con las características adecuadas y la protección térmica necesaria para las condiciones previstas es esencial. Puede que con dos o tres tipos de pantalones en tu armario tengas más que suficiente para caminar o hacer senderismo: un pantalón fino para el verano, uno intermedio y uno más grueso para el invierno).

El pantalón de invierno puede ser fácilmente complementado con otras prendas para aumentar el aislamiento térmico en las piernas: unas sencillas mallas elásticas (tipo Lycra o polyésther/poliamida), o unos pantalones interiores térmicos (más gruesos que las mallas, del tipo Polartec Powerstretch, lana o polar) pueden bastar para robustecer y hacer más cálido tu pantalón.

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Pantalones interiores de montaña.

Si el frío es más extremo habría que pensar en unos pantalones térmicos dotados de algún material aislante (generalmente sintéticos). Un ejemplo típico de este tipo de pantalones son los pantalones de esquí, que además de sus tejidos externos contra los elementos (agua y viento) suelen contar con una capa de aislante sintético, generalmente algún polyéster como vimos al hablar de las prendas aislantes.

  

PRENDAS PARA TODO EL CUERPO.

Existen prendas pensadas para proteger amplias zonas del cuerpo o todo él del frío. Hablaríamos de los monos árticos o de expedición y de los sacos de dormir.

Los monos árticos son prendas de una sóla pieza para cubrir cuerpo, piernas y cabeza, evitando que el calor se escape por los espacios entre prendas. Son un artículo pensado exclusivamente para el frío más riguroso (zonas polares y grandes altitudes).

Mucho más común es el uso del saco de dormir, que no es más que un gran abrigo que utilizamos para protegernos del frío al dormir en la Naturaleza. Hay que tener en cuenta que al dormir nuestra actividad física está al mínimo y por lo tanto nuestra necesidad de protección térmica es la máxima. Existen multitud de tipos y diseños de sacos, tema que va mucho más allá de este artículo, generalmente casi todos los sacos del mercado son del tipo de las prendas aislantes. Simplemente decir que habrá que estudiar detenidamente la elección de saco en función de nuestras necesidades.

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Un buen saco es una pieza clave en nuestro confort y seguridad.


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